Peerrrrrrrrrrrrsonitas hermosas, me disculpo por no subir rápido, pero tengo la excusa perfecta: Me equivoqué. En los anteriores capítulos, me olvidé del pequeeeeeeeeeño detalle de que Punzie tenía el cabello castaño y corto, así que no podía seguir publicando hasta arreglar eso, bien ya lo solucioné ([Mentira]) y todos somos felices como lombrises, comiendo... NARICES :'D
— Sí, Abi, ésto de las rimas no se te da muy bien.
Sin más preámbulos, gooooozen del capítulo ;)
SÍÍÍ!!!! YA SOMOS 400 ABICHUELAS♥ Maratón pa' festejar(;
Ok, las dejo leer tranquilas :3 es la emoción por que *le tiran un zapato en la cabeza*
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Capítulo 36...
Hipo y Mérida estaban acostados en la cama de la princesa, dormían abrazados y estaban desnudos (:3 ay diossss x'D), en eso la pelirroja abrió los ojos lentamente para encontrarse con SU castaño, sonrió recordando lo que había pasado en la noche y depositó un beso en la mejilla de Hipo para luego salir de la cama y cambiarse en el baño.
Por otro lado en el taller de Norte, Rapunzel y Jack ya habían amanecido, pero ellos habían aprovechado la noche para... otra cosa, Jack había llevado a ver las estrellas a Rapunzel, él desde siempre supo que la ahora castaña amaba las hermosas vistas. Durmieron en el bosque dejando a Norte solo en el taller. En la mañana volvieron muy temprano para desayunar bien.
Jack estaba haciendo tostadas mientras que Rapunzel se bañaba. Norte se acercó a Jack y puso una mano en su hombro, el albino se dio vuelta para encontrarse con los azules ojos de Norte, Jack lo había notado. Norte estaba preocupado y nostálgico con él, no sabía por qué y le daba miedo saberlo. Pero su curiosidad siempre podía más que cualquier otra cosa. Así que le preguntó:
— ¿Qué sucede Norte?
Norte sólo quitó la mano del hombro de Jack y respondió con voz calmada y suave:
— Sólo quiero saber que deseas para navidad.
Jack lo miró confundido.
— ¿Por qué tanta desesperación por saber que quiero para navidad? —preguntó Jack.
— Sólo es curiosidad, Jack —dijo Norte más calmado.
Norte comenzó a caminar alejándose de él.
— Voy a trabajar —dijo y entró a su oficina.
Jack se quedó parado pensando en la extraña actitud de Norte, parecía... preocupado. Jack se encogió de hombros y sigió haciendo el desayuno. Minutos después se esuchó a Rapunzel bajando las escaleras, Jack sonrió al verla, ella también.
— ¿Cómo estás? —preguntó él.
— Bien, ¿Tú?
— Muy bien —dijo Jack acercándose a su novia con una sonrisa seductora.
Puso las manos en sus caderas y se acercó hasta el punto en el que no podía acercarse más, ambos sonrieron y se besaron lenta y dulcemente.
La puerta del taller sonó y a los segundos se abrió haciendo que el cascabel sonara. Jack asomó su cabeza y reconoció en un instante la cabellera pelirroja. Los dos tortolos habían regresado, Jack y Rapunzel sólo sonriéron y esperaron a que llegase la pareja.
— ¡Llegamos! —anunció la pelirroja.
Entraron en la habitación en la que estaban Jack y Rapunzel, los cuatro amigos se abrazaron con fuerza, pues, habían logrado destruír la famosísima piedra de la oscuridad, aunque también sabían que luego de la piedra iba Pitch, lo que sería difícil. Pero por ahora ellos se dedicaron a disfrutar de su pequeño receso.
Cuando los cuatro terminaron de desayunar se dedicaron a hacer carreras, sólo para pasar el rato, luego de eso entraron a el taller hablando y riendo, contando sus anécdotas divertidas, Jack comenzó haciendo tonterías y los chicos reían de él, pero lo mejor de la tarde fue cuando ayudaron a Norte con los juguetes, entre que Jack pintó miles de duendes de color azul y Norte le dijo que "No es un color navideño" y los tuvo que pintar de rojo. Hipo quería hacer algo tierno para su novia y lo que hizo fue coser una almohada en forma de corazón que decía "Te amo", se la mostró desde lejos y ella se sonrió algo sonrojada. Cuando terminaron su tarde disfrutando de ser... ellos mismos y disfrutando sobre todo de estar juntos, sin el temor de saber que Black estaba ahí afuera y podía atacar a todos cuando quisiera. Era hora de que se tomaran un descanso.
Calló la noche, los cuatro estaban por ir a dormir cuando se escuchó el ruido del cristal roto, los chicos extrañados se giraron al proveniente y vieron la ventana en la que siempre hablaban con la Luna, ésta tenía un agujero en el centro, pequeños pedazos de vidrios estaban en el suelo y la única cosa que pudo hacer ese agujero en la ventana se encontraba a unos centímetros de el globo de la tierra; una piedra. Ellos se acercaron con curiosidad, la piedra tenía una nota pegada con cinta, Jack la agarró y leyó...
"No ha acabado aún, el camino a la oscuridad es el miedo..."
Jack arrugó el papel haciéndolo un bollo y lo tiró al suelo, pateó la roca enfadado.
Hiccup dejó que su novia valla primero a su habitación para que pudiese cambiarse tranquila, Hiccup se quedó apagando las luces del taller, y cuando todo estuvo a oscuras decidió ir a su habitación, tocó la puerta y sólo escuchó un pequeño gruñido, abrió la puerta algo asustado y se encontró con dos Mérida's tiradas en el suelo golpeándose.
— ¡Mérida! —dijo él algo confundido.
— ¡Es una réplica Haddock! —habló una de ellas.
— ¡Ella es la réplica! —dijo la que estaba abajo.
— ¡La nota, Pitch se refería a esto, sólo quería arruinarnos la tarde! —volvió a hablar la que estaba arriba.
— ¡De acuerdo, basta! —dijo Hipo algo estresado.
Las dos chicas se separaron dándose miradas fulminantes, Hipo miró una vez a una y luego a la otra, tragó en seco sin saber que hacer.
— Ahm... —dijo nervioso.
— ¡Hipo soy yo! —dijo una de ellas alarmada.
— ¡No la escuches, te está mintiendo! —dijo la otra algo preocupada pero más que nada enojada.
— ¡Vamos, confía en mí! —dijo ella, tomó al castaño de los antebrazos— Hipo, ¿Qué hacen las estrellas?
— ¡NO! —gritó la otra, ahora sus ojos estaban más cristalinizados— ¡Lo está usando en mi contra!
— Vamos, esa no soy yo. Mérida no llora tan fácilmente y es segura —dijo la chica asumiendo que ya ganó—, ven salgamos de aquí.
Le tendió la mano a Hipo él miró dudoso su mano, miró a la otra que sólo negaba con la cabeza.
— Brillan Hipo —susurró la otra en su oído.
Hipo la fulminó con la mirada y tomó la mano de la impostora.
— ¡NO! —gritó Mérida corriendo hacia ellos.
Pero la réplica con una bola de cristal hizo que ambos se teletransportaran. Mérida hubiera corrido más pero unos brazos en su cintura se lo impidieron.
— ¡Mérida! ¡¡Cálmate!! —gritó Jack que intentaba retenerla.
— ¡Hiccup! —gritó ella llorando, calló al suelo de rodillas mientras continuaba.
No se imaginaba qué podría pasarle con esa impostora.
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ℰℒℴℒ♥
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The Big Four #2: El lado oscuro de la luna. (Corrigiéndose)
FanfictionEl miedo puede hacer que lo pierdas todo...