Capítulo 2: Comportamiento extraño. *corregido*

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Era de noche, y en Berk comenzó a helar.  Mérida se había levantado de su cama y se dirigió a la de Rapunzel, se paró en frente suyo y comenzó a cantar:

Flor que da fulgor, con tu brillo fiel...

El cabello de Rapunzel comenzó a iluminarse, pero el canto  fue interrumpido.

—¿Mérida? —dijo Rapunzel soñolienta y refregándose los ojos, la pelirroja se quedó inmóvil— ¿Qué estás haciendo?

—¿Yo? Am... nada —respondió nerviosa— Sólo quise ver si estabas bien porque... no puedo dormir. Pero ya pasó, así que adiós. Buenas noches, te veo mañana —habló rápidamente.

Al decir eso volvió a acostarse en su cama. Rapunzel algo extrañada decidió no darle mucha importancia y siguió durmiendo.

AL DÍA SIGUIENTE...

Ya había amanecido y todos estaban despiertos, desayunaron y se divirtieron bastante. En ese momento Hipo dijo que hicieran una carrera. Jack y Rapunzel contra Hipo y "Mérida".

—¿Una qué? —preguntó Mérida disgustada.

—Vamos. Será divertido, ven —dijo Hipo y la arrastró del brazo hasta llegar al lado de Chimuelo.

Rapunzel y Jack estaban listos, solo faltaban los otros dos chicos.

—Ven, sube —dijo Hipo arriba de Chimuelo y le extendiéndole la mano a Mérida.

—¡No voy a subirme a esa cosa! —dijo apartándose.

Todos se quedaron sorprendidos. Ella al darse cuenta, incómoda y nerviosa agregó:

—Sólo era un chiste —y al decir eso subió al dragón.

  Los otros tres amigos intercambiaron miradas rápidas y comenzaron la carrera.

  En el vuelo Mérida casi se cae unas 15 veces, no sabía agarrarse y le tenía ¿miedo? a Chimuelo. Por supuesto el dragón le gruñía de vez en cuando y no le encantaba tenerla encima, por eso hacía movimientos bruscos. 

Al terminar la carrera, ganaron Jack y Rapunzel.

  Era de medio día y fueron a pescar algo para almorzar. Al llegar al lago Jack, Rapunzel e Hipo intentaron pescar mientras se salpicaban y empujaban divertidos. Se había convertido en una guerra de agua. Mérida sólo se miraba las uñas sentada en una roca.

—¿No vienes? —le dijo Jack.

—¿De qué hablas? No pienso mojarme, este vestido es nuevo, aparte no sé pescar y no me gusta el pescado —dijo Mérida haciendo muecas.

  Los otros tres chicos solo la miraron incrédulos, mientras Mérida continuaba mirándose las uñas.

—Definitivamente algo no está bien aquí —dijo Rapunzel en susurro para que sólo la escucharan sus dos amigos.

—¿Qué creen que sea? —preguntó Hipo preocupado.

—¿Alguna poción? —decía Rapunzel— ¿Algún hechizo? ¡¿Veneno?!

—No creo que tenga que ver con eso, muy dramático —Hipo negó con la cabeza.

—No lo sé, pero debemos averiguarlo —respondió Jack.

  Y en ese momento se vio en el cielo la aurora boreal, la llamada secreta para reunir a los guardianes. Todos se miraron, listos.

—Tenemos que irnos pronto —dijo Jack saliendo del agua junto con los otros.

—Ah, sí. Sobre eso... no creo que pueda ir —dijo Merida—. Tengo... Lecciones, qué lastima.

Gothel se paró y se sacudió un poco la parte trasera de su vestido.

— ¿Qué? —Jack dijo irritado.

—¿Desde cuando te importan tanto a ti las lecciones? —preguntó Rapunzel fastidiada.

—Desde que maduré, y ustedes también deberían hacerlo —dijo ella en tono de superioridad cruzándose de brazos y cerrando los ojos.

—Ya es suficiente —dijo Jack acercándose a Mérida amenazante.

Cinco minutos después...

—¡Bájame ahora! —gritaba Mérida enfadada.

Jack la había cargado en su espalda como saco de papas. Ella pataleaba y gritaba muy enojada, pero luego de unos minutos se calmó y es más, iba hablando con Rapunzel aún arriba de Jack. Al llegar al fuerte de los guardianes (Después de muchos gritos y patadas de Mérida) los recibieron con mucho gusto y cariño. Lamentablemente las noticias que iban a darles no eran del todo buenas.

The Big Four #2: El lado oscuro de la luna. (Corrigiéndose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora