Capítulo 23 «Un mal presentimiento».

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Capítulo 23

Narra Rapunzel

Seguíamos volando, Hiccup no estaba en DumBroch, tampoco en Berk, habíamos hablado con Estoico, el padre de Hipo y dijo que creyó que estaba con nosotros, poco tiempo después el padre de Hipo mandó a unos chicos a buscarlos y se incluyó junto con un tal Bocón, luego nos fuimos. Puedo notar a Jack preocupado, lo oculta bastante bien.

La madre de Mérida dijo casi llorando que no la había visto hacía tanto tiempo, que no había regresado al castillo en varios días, que había estado en coma y que la habían secuestrado pero que Hiccup la había ido a rescatar. Jack se preocupó más, nos fuimos de el lugar, él no sabía a donde más ir, así que decidimos que volveríamos al polo. Quizás puede estar ahí, aunque no lo creo, tengo un mal presentimiento... Ahora que lo pienso ¿Dónde estarán los guardianes? Si mal no recuerdo Jack me ha dicho que perdieron sus poderes. Deberé decirle, o quizás ya se acordó, o no hay tiempo... No mejor no digo nada. No quiero estropear el momento, los guardianes deben estar bien. Después de todo Pitch no los busca a ellos, sino a nosotros.

Aunque parezca no estoy tan tranquila, Hipo desaparecido, Jack alterado, los guardianes sin poderes inoportunamente. Tengo un mal presentimiento. Pero no es un presentimiento exactamente; no siento que algo malo va a pasar. Sino que algo malo está pasando. Pero ¿Qué?

~Narradora~

Mientras tanto...

Hipo seguía a su madre corriendo por el lugar que ella los guiaba, la había perdido un poco de vista ya que era muy rápida.

La mujer los había llevado dentro de una cueva cubierta de pinchotazos de hielo, pero sin embargo por donde estaban pasando ahora no había tanto hielo, sino rocas sueltas.

─ ¡Alto!- Decía Hipo mientras apuraba el paso e intentaba no perder a su madre de vista- ¡N-no puedes decir algo así y luego salir corriendo!

Entonces el camino de rocas se detuvo dejando ver frente a ellos una clase de isla. El espacio era inmenso, había plantas surtidas por todos lados, un arroyo, flores pero sobre todo, había miles de dragones. Especies descubiertas y otras extrañas. Todo era increíblemente asombroso para Hipo, los ojos no lo engañaban, él, estaba ahí, no estaba soñando ni delirando. Ese lugar existía.

Hipo quedó observando el lugar y detrás llegó una cansada Mérida que se reposó con las manos en su rodilla aún sin ver lo que tenía delante. La chica tenía la respiración agitada y miraba hacia el suelo. Luego llevó su vista hacia arriba para ver que le tenía tan sorprendido a el joven y miró. La tierra, las flores, las especies de dragones, todo.

Valka, que así se llamaba la madre de Hipo se les acercó.

- ¿Qué dices? - Le preguntó a Hipo, Hipo sólo observo negando con la cabeza aun sorprendido.- ¿Estás enfadado?

- Y-Yo, bueno no todos los días descubres que tu madre es una... Loca, salvaje defensora de los dragones - Dijo Hipo haciendo un ademán con las manos. Valka rió.

- ¿Te gusta?- Preguntó nuevamente a su hijo acercándose más. Hipo volvió a balbucear para por fin decir «Es... Impresionante».

Valka les mostró las especies de dragones y contó algunas anécdotas sobre sus pasados. Sus heridas, o como los había encontrado. Cosas características de ellos, secretos, sin embargo ningún Furia Nocturna. Se presentaron y por último quiso llevarlos a volar; Mérida había dicho que no, no se sentía bien pero «No quiero arruinar un momento madre e hijo.» Dijo en su defensa y le rogó a Hipo que volara con su madre, que ella estaría bien. Hipo accedió algo desconfiado pero aún así las ganas de volar con su madre, o el simple hecho de pasar tiempo con ella lo exitaba a conocerla más, casi veinte años sin el apoyo materno, es una locura.

Valka le dio un dragón a Hipo y salieron a volar dejando a Mérida sola.

Pero como todos sabemos, cada vez que un personaje se queda solo algo malo le pasa, y ésta no será la excepción.

Comenzó a sentir un dolor punzante en la cabeza, el dolor era inmenso. Se tomó la cabeza con ambas manos cerrando los ojos con fuerza. El dolor crecía y sus sentimientos iban cambiando. Ira, dolor, odio, miedo. Todo junto.

- No, ¡por favor ahora no! - Dijo apretando los dientes. Sabía perfectamente lo que significa el dolor punzante en la cabeza, las ganas inmensas de golpear algo, comenzar a sentir ira y odio hacia todo. Sabía que alguien intentaba entrar a ella. Y que ese alguien lo estaba haciendo ahora mismo.

Regalito especial(: no las voy a dejar sin caps :'D, si lo sé soy una buena persona. Subiré algún cap más cuando encuentre una computadora (Estoy en una de el hotel). Bueno Eso es todo mis criaturitas. Ah y ¿Alguien tiene un títlo para ponerle? xD no se me ocurre nada...

Bueno bayyyyyyyy♥

The Big Four #2: El lado oscuro de la luna. (Corrigiéndose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora