21. MCAVOY

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NARRA CHRISTIAN:

Mi abogado es un puto inútil. Mi mujer está secuestrada y mi hija en el hospital. ¿¡A qué coño espera para sacarme de este antro!?

- Grey. - me llama el guardia que vigila mi celda. - A ver si ya te vas de aquí. Me tienes harto.

- Yo también me alegro de haberte conocido.

Me voy acompañada de este tipo y con un movimiento brusco me suelta el brazo y hace que me siente en la silla que está frente a mi abogado.

- Hola, Christian.

- No me tutee.

- Oh, lo siento. Señor Grey, tengo malas noticias.

- Cómo no.

- Lo siento, pero no puedo sacarle de aquí. Al parecer la jueza está pensando en ponerle en cadena perpetua.

- Mire, tengo que salir de aquí lo antes posible. Sabe lo que le ocurre a mi familia, no puedo quedarme aquí dentro toda la vida sin saber dónde está mi mujer y si mi hija está bien.

- Lo siento en el alma, señor Grey.

- Escúcheme, cuando consiga salir de aquí le juro que...

- No se preocupe, Christian. Yo mismo me encargaré de todo.

Un tipo trajeado aparece detrás de mi abogado y le hace una seña con la cabeza para que se aparte de la silla y sentarse en frente mío.

- Me llamo Sean Jhonson, y voy a ser su nuevo abogado.

- Dime chico, ¿cuántos años tienes?

- 23.

- ¿23? Bastante joven para querer llevar un caso tan... complicado.

- ¿Cree que no soy capaz de ayudarle?

- Creo que conoces a mi hija y te ha pedido el favor.

- Puede ser. La ayudaría hasta con los ojos cerrados.

- Me apuesto lo que quieras a que os habéis acostado. La conozco bien.

- No hablo de mi vida privada, señor Grey. - me dice con una sonrisa traviesa. - Pero veo que conoce bien a su hija.

- Algo debía heredar de mí.

- Bueno, señor. Tengo un plan. Pero antes debo encontrar a su hija.

- Por desgracia, Vanessa está en el hospital.

- A ella no.

Quiere encontrar a mi otra hija.

- No sé dónde está. Pero tengo un contacto que seguramente lo sepa.

- Deme ese teléfono en seguida. Le prometo que saldrá de aquí de una vez por todas.

- No me sé su número.

- ¿Vanessa lo tendrá?

- Seguramente. Pero creo que sabes su situación.

- ¿Le ha pasado algo?

- ¿No lo sabes?

El tal Sean me mira confuso.

- Vanessa está en el hospital junto con su... - siempre me ha costado decir esta palabra. - novio, debido a un tiroteo.

- ¿¡Un qué!? - me dice el chico mirándome atónito.

- Lo que has escuchado. Ella está bien, su novio es el que ha sufrido los daños.

- ¿Pero la disparaban a ella o a su pareja?

- A su pareja. - digo haciendo una mueca. Sé que soy el típico padre sobreprotector con su hija y todo eso, pero ese chaval siempre me ha caído bien. Y en cierto modo... me da un poco de pena que se encuentre en esa situación.

- Vale... ¿cree que su hija podrá recibirme?

- Por lo que mi anterior abogado me ha dicho se encuentran en la misma habitación. Los dos en cama y Dereck... bueno. Dereck parece que está en coma.

- Madre mía... - dice frotándose la frente. - ¿Sabe qué es lo que hacían para que fuesen víctimas de un tiroteo?

Me quedo callado. No sé si confiar o no en este chico. No sé si será otro de los esbirros del gilipollas que tiene recluida a mi mujer. Si por un casual llega a traicionarme, me las pagará. Pero le daré una sola oportunidad.

- No lo sé.

- Bueno, haré lo que pueda, Señor Grey. Yo nunca pierdo un juicio. Confíe en mí.

Dicho esto se va, y mira mal al anterior abogado que tenía sin antes decirle:

- Adiós, Edward.

Éste no le contesta y se limita a mirarle con terror. Luego, se sienta en la silla donde anteriormente estaba sentado.

- ¿Está seguro de lo que hace?

Le miro con intriga.

- ¿Por qué lo dice?

De repente, el guardia que vigila los presos me hace una indicación de que se me ha acabado el tiempo de conversación.

- RÁPIDO. - le digo con tono amenazante.

- Él es Sean Jhonson, el abogado más temido de todo Nueva York. Nunca ha perdido ni un solo juicio.

- Bien, eso es lo que quiero. Salir de aquí cuanto antes.

- ¿Es que no me ha escuchado? - de repente el guardia me agarra por el brazo levantándome y guiándome hacia la puerta sin siquiera haberme despedido de Edward. - ES EL MÁS TEMIDO DE TODOS. - grita a través del cristal casi insonorizado. Y digo "casi" porque aunque el cristal sea a prueba de sonido para que los demás no puedan escuchar nada, el grito de mi anterior abogado a inundado toda la sala.

El guardia me lleva a mi celda y me suelta como si tirase a un animal dentro de una habitación putrefacta.

- Cuidado.

- Mejor cierra la boca, Grey. No querrás que saque la porra.

Me callé al instante con solo escuchar eso. No pretendo causar más problemas. Ya bastante tengo aquí dentro como para que pegue un tipo que no conozco de nada y que me añadan trabajos solidarios a la puta condena. Debo controlarme.

Soy Christian Grey, joder.

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NARRA SUSAN:

Tengo que saberlo. Debo saberlo, no puedo seguir así después de tantos días. Debo saber si es verdad lo que Evan me dijo. He estado concienciándome de que todo era una broma planeada, aunque yo no lo quiera así. Debe entender el riesgo al que nos exponemos si Patrick o cualquiera de sus otros secuaces se llega a enterar de que realmente nos queremos. Espero que con la conversación del otro día, Patrick crea que no siento nada por su sobrino. Aún así, debo ir a casa de Evan y averiguar si es cierto.

Al llegar al edificio me lo pienso dos veces antes de entrar. Decidido, voy a ir.

Subo en el ascensor y llego a una puerta marrón cruzando el largo pasillo. Al entrar me inunda un olor limpio y puro. Como si acabasen de pasar la fregona.

- Buenos días, señorita. - me dice una señora sonriente de unos 60 años.

- Hola. - le digo devolviéndole la sonrisa. ¿Desde cuando Susan Maddie Grey es tan amable?

Toco la puerta del apartamento de Evan. Es bastante amplio y muy moderno. Lo renovó hace poco. Las ventanas van de techo a suelo y las paredes son completamente blancas. Nadie me abre la puerta así que me dispongo a irme cuando un Evan con solo una toalla enroscada en la cintura me recibe.

- Hola. - me dice con sorpresa en los ojos.

- Hola. - le digo sonriendo con timidez.

¿Timidez? ¿Se puede saber desde cuando Susan Grey es tímida ante un chico?

¿Qué me estás haciendo, Mcvoy?

VENGANZA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora