Llamas [RenMin] -II

XX

Advertencia: Capítulo con contenido explicito. 

Renjun

Me desperté y me encontré acostado en la cama con Jaemin a mí alrededor. Su corazón cantante me había llamado, calmando las profundidades de mi alma, mientras salía lentamente de la niebla del sueño. Levanté la mano para agarrar la que había llevado a descansar posesivamente sobre mi estómago.

—Me trajiste a casa... gracias por eso —dije en voz baja.

—Por supuesto que lo hice. ¿Cómo te sientes ahora, Inunnie? Me has asustado... otra vez. ¿Vas a hacer un hábito de esto? —preguntó en voz baja, mientras presionaba un beso en mi cuello.

—Claramente espero que no. —Me quedé inmóvil de repente, recordando todo lo que había sucedido antes de desmayarme —. ¿Dónde está Hyunjin? Espero que no le hayas hecho daño. Me había olvidado de él, pero es mi hermano, y no quiero que sea lastimado. Él no sabía que yo era el que los cazadores traían esta noche, no es realmente uno de ellos, ya sabes. Solo se encontraba allí debido a una mentira, e incluso entonces era sólo por el cheque de pago—.

—Lo sé. Confío en él. Lo toqué para leer sus recuerdos tan pronto como nos conocimos. Además, Wendy me había avisado que el hombre con el que te encontraría, no debía ser lastimado. Está con ella y Chan ahora mismo. Todos están abajo, probablemente bebiendo té y coqueteando. —Hizo una pausa, luego frunció el ceño—. Oye, lo siento, Injunnie—.

—¿Por qué? No es tu culpa que me consiguieran sacar del restaurante. Quiero decir, incluso me ofreciste a acompañarme al baño. Sólo lamento que nuestra cita haya terminado así... y después de que estuvieras tan emocionado por eso. Estúpidos malditos cazadores. No podrían haber elegido un mejor momento, ¿verdad?—

Jaemin rió ligeramente en mi oído.

—¿De verdad? ¿Habría alguna vez un buen momento para que alguien secuestre a mi compañero? Claro que no. Pero no, no es por eso que lo siento. Renjun, lamento que hayas tenido que ver a mi dragón ocuparse de los asuntos. Parte de eso se debía a que este estaba enfurecido porque te habían llevado, pero como un dragón guardián, también era mi deber hacerlo. Esos hombres nunca iban a dejar de cazarte a ti o a cualquiera de nosotros. Dejarlos allí planeando su venganza, habría sido más que estúpido por mi parte. ¿Y puedo preguntar por qué diablos pensaron que disparar llamas a un dragón funcionaría realmente? Quiero decir, eso fue una mierda realmente estúpida. También podrían haberme llevado a uno de esos salones de bronceado que he visto en tu memoria. Al menos, entonces, el cáncer de piel me habría afectado con el tiempo—.

—No voy a mentirte, fue perturbador ver a tu dragón disparando esas llamas. Pero no por el bien de esos malvados cazadores, no. Esta noche trajo otros recuerdos que era mejor dejarlos olvidados, eso es todo. Todavía están borrosos en su mayor parte, pero recordé lo suficiente como para saber por qué tengo miedo del fuego—.