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Niki había escuchado con atención las historias que contaban las demás personas en la habitación. 

Por ejemplo, una chica relató cómo (hace un año) algunas de sus ex-compañeras de clase le hacían bullying todos los días por estar un poco subida de peso y tener granos en la cara propios de la pubertad. La golpeaban e insultaban hasta el cansancio, y cuando por fin decidió pedir ayuda a una de sus maestras, ésta la tachó de mentirosa y dijo que solo tenía envidia de las demás por ser delgadas.

"TOTALMENTE ABSURDO, ¿CÓMO PODÍA EXISTIR GENTE TAN ESTÚPIDA?" pensó el castaño con enojo. 

Un día la chica se hartó tanto de su situación, que había contemplado la idea de acabar con su vida. Ella no dio detalles de cómo pensaba hacerlo pero sí contó que se detuvo por un mensaje que le envió su mamá en ese preciso momento: "hija, hace mucho frío allá afuera, vuelve a casa antes de que te resfríes."  Pensó en su madre y en el profundo dolor que le dejaría si moría ese día. Así que decidió volver a casa y confesarle lo que estaba pasando en la escuela, antes no se lo había contado por miedo a que no le creyera.

Desde entonces su mamá estuvo acompañándola en todo su proceso de recuperación y ahora se encontraba mejor física y psicológicamente, pero aún tenía muchas inseguridades al momento de socializar y por eso estaba en el grupo de apoyo. 

Niki logró empatizar con la chica, pero también sintió envidia de que tuviera una madre que realmente quisiera apoyarla, mientras que él... no tenía lo mismo. 

Por otro lado, estaba un anciano que se sentía muy solo después de la muerte de su esposa y aunque nunca había tenido pensamientos de acabar con su vida, sí se sentía desmotivado todo el tiempo porque ella había sido su única compañía desde que sus hijos crecieron y se mudaron a diferentes países, ahora que su esposa se había ido para siempre...él ya no sentía motivación para hacer nada. Sus hijos estaban realmente preocupados por su situación y como todos vivían en el extranjero habían pensado en vender la casa donde el hombre había vivido tantos con su esposa con el fin de internarlo en un asilo para que otras personas cuidaran de él y ellos deshacerse del problema. Aquello solo lo puso más triste porque se sentía un inútil y un estorbo. Una mañana cuando regresaba de comprar sus pastillas vio el anuncio del grupo de apoyo comunitario y decidió unirse para tratar de calmar un poco su dolor. 

A Niki se le apretó el corazón cuando vio al hombre llorar mientras contaba su historia, lo que le hizo reflexionar mucho sobre los sentimientos de las personas mayores, algo que hasta ese momento nunca había hecho. 

Luego llegó su turno y todos los ojos se posaron en él.

—Es tu turno de compartir con nosotros.— habló el líder del grupo, Kim Seokjin, con una sonrisa amigable y voz comprensiva— Puedes confiar en nosotros.

El castaño mordió sus labios y agachó la mirada, no estaba seguro de cómo empezar o qué debía contar. 

—Mi nombre es Nishimura Niki.—empezó con nerviosismo— Tengo dieciséis años y...

TIME ➳ | SunKi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora