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Volkov se lamentaba en sus adentros, ver al pobre chico destrozado a solo unos pocos centimetros le mataba, pero era una tortura mayor no poder hacer nada y solo podia limitarse a escucharle intentar retener los sollozos

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Volkov se lamentaba en sus adentros, ver al pobre chico destrozado a solo unos pocos centimetros le mataba, pero era una tortura mayor no poder hacer nada y solo podia limitarse a escucharle intentar retener los sollozos.

El ruso le miro de reojo unos segundos fugaces, cayendo a la conclusion que la faceta vacilona era por mera proteccion a si mismo.

--Quiero bajar --demandó con voz rota, parecia un pequeño niño desamparado, el ruso hizo de oidos sordos --. Prefiero caminar --volvio a pedir, pero esta vez su voz se endurecio un poco mas, Horacio alargo la mano intentando abrir la puerta, pero antes de que rozase el metal que le ayudaria a salir los seguros se activaron --. Viktor --exclamo dejando de forzar la pobre manilla y mirando con reproche al concentrado ruso.

--Sigo ordenes, me pidieron que le recogiera, eso hago --dijo serio sin apartar la mirada de la carretera, no podia mirarle, si lo hacia se hundiria junto el.

--¡Me da igual! ¡Ya no quiero verte cerca de mi nunca! --exclamo histerico --. ¡Debi dejar que la bala te matara! --estaba colerico --. ¡Te odio Viktor Volkov! Eres lo peor que me ha pasa...

El coche se detubo lentamente, Horacio observo como el vehiculo se detenia pero el ruso seguia con ambas manos en el volante y mirada fija en la carretera, alargo una mano al boton que se encontraba en su puerta, lo pulso dejando oir el ruido de los seguros desbloqueandose --. Ya puedes bajar, vamos, azlo --dijo volviendo a llevar la mano al volante, Horacio se desabrocho el cinturon y bajo del vehiculo, le miraba con rabia --. Adiós Horacio.

El de cresta azoto la puerta --. ¡Adi...! --se detubo unos segundos.

--Nos vemos Horacio. Buen servicio --se despidio serio el ruso.

--¿Adios? --pregunto ahora para si mismo.

--Adios Horacio, buen servicio --se despidio saliendo de comisaria, Horacio miro extrañado la espalda del comisario.

Fruncio su ceño llevando una mano a su pecho, agarro en un puño su camisa --. Mierda --grito al ver el vehiculo ya algo lejano.

--Adios comisario bom...

--Nunca me digas adios --dijo el ruso apretando su megilla con una mano, los ojos del chico de la cresta se agrandaron --. No me gustan las despedidas --reprocho a disgusto.

El ruso nunca decia adios, salvo cuando debia de irse... "Adios Horacio..." esas mismas palabras murmuro al irse de los santos y esas volvio a repetir una vez mas, el suceso traumatico de Horacio parecia repetirse.

--¡Volkov no quiero caminar! --grito con ansiedad, las palabras le habian salido solas, como si su cuerpo no quisiera dejarlo ir --. Joder --exclamo mirando a la desierta carretera, un taxi pasaba de manera tranquila, Horacio saco su placa y arma y se puso en la carretera --. Alto policia --grito con la mirada fija, el vehiculo freno bruscamente a pocos pasos del chico.

--¿Qué pasa agente? —bramó el taxista con la cabeza asomada por la ventanilla del conductor.

Horacio jadeo bajando lentamente el arma.

--¿Qué estoy haciendo? --susurro confundido.

Yo nunca me fuí. Volkacio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora