Todo estaba en completa oscuridad, una gran tela cubría mis ojos dejando así que fuera imposible para mi ver algo, mis manos en la nuca, mi cuerpo arrodillado.
En los fusilamientos en los que había participado había visto hasta el peor criminal rogar por su vida, mientras que yo me encontraba en silencio, esperando lo inevitable, no pretendo haceros pensar de que soy mejor u algo así, es mas, me parece inclusive envidiable, yo acabo de sucumbir, yo ya no me siento tan vivo, no tengo motivación, familia, amigos... ¿Para que vivir si estoy solo? En cambio el criminal aun sabe que tiene mucho por hacer, ya sea bueno o no, pero aun tiene esa motivación por la que aun quiere vivir.
Podía escuchar los pasos, sentir las miradas...
--Yo... quisiera hablar... --susurré agachando un poco la cabeza --. Quiero agradecerles por haberme hecho sentir tan bien, gracias por haber aparecido en mi vida --dije lo ultimo acompañado de un leve sollozo, no quería ni imaginarme como se sentirán después de apretar el gatillo.
Oh Volkov, nunca temía apretar el gatillo, pero sabia que esta vez le costaría, ¿Volverá amar el ruso?
Greco... Mi gran amigo con el que tantas risas hemos compartido, ¿Volverá a sonreír igual después de mi ida?
El viejo Conway, la única figura paterna que tenia, me protegía de todo, ¿Como debe de sentirse tener que dar la orden de hacer que me disparen?
Trague con dificultad evitando así que la preocupación y dolor se nublaran.
--Lo siento... --logre susurrar sacando algunas lagrimas acompañada de mi sonrisa lastimosa, no veía nada, pero sabría que alguien oiría mi ultima disculpa, mi ultimo arrepentimiento --. Siento por hacerles pasarla tan mal... --mi voz como no se termino de romper creando un gran sollozo --. Siento haberles hecho todo esto, merezco esto y mucho mas.
Escuche entre el silencio sepulcral unos pasos, estos iban tras de mi, no sentí terror, por que sabia que si estaba aquí arrodillado no saldría ileso de aquí.
La cinta de mis ojos fue soltada poco a poco, sentí como se había caído sobre mis rodillas, no lograba ver nada, mis ojos seguían completamente cerrados, tal vez por el miedo de ver por ultima vez los rostros decepcionados de mi gran amor, amigo, padre...
--Horacio... --oí por primera vez la voz de Greco en mucho tiempo, se le notaba apenado, apreté con mas fuerza mis ojos, haciendo así que mas lagrimas cayesen de mis ojos.
--¡No estoy implorando por mi vida! --aclaré en una arranque de pena que invadía mi alma --, ¡Ni mucho menos! --volví a sonreír con aquella sonrisa temblorosa --... Solo quiero... irme disculpándome y agradeciendo con los que me hicieron feliz de nuevo. Conway, Volkov, Greco... No se si están ahí los tres... --asegure sorbiendo mi nariz --...De igual manera, gracias por haber creído en mi cuando ni yo mismo lo hacia.
Silencio. Nadie respondió ni hizo nada ante mi disculpa, era normal, era una persona despreciable...
--¿¡Cómo puedes decirnos eso sin siquiera mirarnos!? --grito frustrado el ruso --. ¡Míranos y di eso mismo Horacio, pero dilo mirándonos!
--¡No puedo! --exclame negando con la cabeza --. No quiero irme viendo por ultima vez vuestro rostro decepcionado, ¡No puedo ni quiero! --grite lo ultimo desesperado.
--¡Se acabo! --grito el intendente, oí como desenfundaba algo, seguramente su pistola, también como le quitaba el seguro.
Un disparo.
Jadee al escucharlo, no de miedo, si no al no sentir absolutamente nada.
Mis oidos pitaban.
--¡Horacio ya lo sabes, solos hermanos! --le grito Gustabo de siete años.
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Yo nunca me fuí. Volkacio.
Fanfic--¿Nos amabamos? ¿O solo creiamos que lo haciamos? --le sonrio el chico cruzandose de brazos. El ruso le miro unos segundos --. Ya nada es igual, ya no soy igual de ingenuo, mi hermano ha perdido la cordura, y a mi no me queda mucho para alcanzarle...