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Llegaron hasta otra isla, donde un extraño de pelo afro los recibió de mala manera, aunque luego comenzó a enseñarles el pueblo.

--¿Eres tirador? --preguntó Lucy emocionada al escuchar eso.

--Soy el mejor tirador de todo el East Blue --aseguró con confianza.

--¡Genial! --celebró.

Llegaron hasta la mansión de la isla, donde entraron por un hueco en los arbustos.

Usopp, como se había presentado el de pelo afro, escaló un árbol y se sentó en una rama, llamando a la ventana.

--¡Usopp! --exclamó feliz una rubia desde el interior de la habitación.

--Hola, Kaya, mira, ellos son unos amigos --señaló hacia abajo, donde las dos chicas saludaron mientras Zoro solo hacía una mueca rara.

Mientras Usopp hablaba con Kaya, la pelinegra miró en una dirección en concreto de manera seria.

--Alguien se acerca --avisó, haciendo que Zoro se pusiera en guardia.

Unos cuantos segundos después un hombre de traje negro apareció, el cual los echaba de mala manera.

Usopp casi tuvo que arrastrar a ambos piratas con ayuda de Nami, aunque tenían demasiada fuerza y al final fue el propio Roronoa quien cargó a su capitana bajo el brazo, quien iba con los brazos cruzados.

--Zoro, bájame --mandó con seriedad.

--Tu padre me encargó que no te metieras en líos, eso hago --siguió caminando sin mayor importancia, aunque con una sonrisa burlona al escuchar el suspiro resignado de la menor.

Ya en un lugar seguro Usopp les explicó la delicada salud de Kaya y sobre su mayordomo estricto.

--Esa chica podría ayudarnos a conseguir un barco mayor --Lucy miró a Zoro al decir esto.

--No podemos hacer nada con su mayordomo --suspiró mientras bebía su sake.

--Bueno, si Kaya decide ayudarnos el mayordomo no puede decir nada, porque es decisión de su superior ¿no? --miró la pelinegra a Nami.

--Eso es verdad --removió su bebida con la pajilla.

--No, con ese mayordomo da igual si Kaya lo ordena --negó con exageración Usopp.

--Da igual, nos quedaremos un tiempo aquí, tengo un mal presentimiento --volvió a ver a sus acompañantes.

--Está bien --aceptó sin problema el peliverde.

--¿Tan fácil aceptas? --la pelinaranja se rio.

--Si supieras lo que yo sé de ella también aceptarías así de fácil --afiló la mirada al sentir la burla en la pelinaranja.

Nami se encogió en su sitio asustada por la intimidante mirada que iba hacia su persona, aún no se fiaba de esos piratas.

--Usopp ¿dónde podríamos quedarnos? --rompió la tensión la capitana.

--No sabría donde, el pueblo es pequeño y todas las casas están ocupadas, en la mía no hay suficiente espacio --rascó su nuca nervioso.

--Zoro ¿quieres dormir conmigo? --vio hacia el mencionado con una sonrisa.

--¿Dónde? --elevó una ceja extrañado.

--No te preocupes, yo me encargo de eso. Antes tengo que hacer una llamada, ahora vuelvo --saltó a Zoro y salió de la taberna, sacando de su bolsillo el Den Den Mushi rojo y llamando. --*Catcha* ¿Sabo?

Ave de la revoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora