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Una vez con la decisión tomada volvió a abrir los ojos y vio el cielo naranja, deduciendo que los cocineros no tardarían en llamar a todos a cenar.

Y como supuso así fue. Se levantó y acercó a la mesa de los comandantes, sentándose en su lugar correspondiente y sirviéndose.

--Chicos, tengo malas noticias --llamó la atención de todos Ace.

--¿Pasó algo? --se extrañó Namur por lo dicho.

--Hoy es la última noche de Lucy aquí --pasó un brazo por los hombros de la mencionada, quien tenía un puchero.

--Ace, no exageres --regañó la chica.

--¡No! --Haruta se vio exaltado. --Quería volver a oírla cantar --se entristeció cual niño pequeño.

--Hoy es el último día donde podrás hacer eso --respondió el segundo comandante.

El castaño volvió a verse feliz ante eso.

Mugiwara solo suspiró divertida por la actitud del 12° comandante.

--✠Y tú preguntando que por qué hicimos la demostración de fuerza tan pronto --se burló el fénix.

--Está bien, tenías razón ¿contento? --respondió a regañadientes.

--✠Mucho. Para que no te tome por sorpresa, mañana tomaré el control --avisó.

--¿Otra vez? --se tragó el gruñido.

--✠Sí, otra vez, Lucy no puede irse sin que nosotros continuemos con el cortejo --explicó serio.

--¿Qué será esta vez? --se rindió al final.

--✠Ya dije que ella está acostumbrada a estar rodeada de lujos --recordó divertido.

--¿Por qué será que siento que mi tesoro personal va a sufrir? --suspiró un poco para que nadie lo notara.

--✠Anímate, lo recaudaste para algo, además, no lo gastas en nada --expresó ahora con un tono burlón.

Marco contuvo el suspiro pesado y solo siguió comiendo.

Antes de darse cuenta ya estaban reunidos alrededor de la hoguera con el cielo iluminado por la luna y las estrellas y la fogata en el centro de todos.

--¿Cantarás algo, Lucy? --insistió Haruta casi con súplica.

--Claro --aceptó con un suspiro.

--¿Por qué no cantas la de "Hoy toca ser feliz"? --ofreció Ace.

--Sería una buena manera de despedirme --sonrió aceptando el ofrecimiento.

Todos guardaron silencio y se acercaron lo máximo posible para escuchar con atención.

El pecoso comenzó a marcar un tiempo al dar diferentes golpes en la arena, el cual la chica comenzó a seguir con un silbido.

--Cuando un sueño se te muera o entre en coma una ilusión, no lo entierres ni lo llores, resucítalo. Y jamás des por perdida la partida, cree en ti... Y aunque duelan las heridas curara...n --empezó tras dejar su silbido. --Hoy el día ha venido a buscarte, y la vida huele a besos de jazmín. La mañana está recién bañada, ¡el sol la a traído a invitarte a vivir! Y verás que tú puedes volar, y que todo lo consigues. Y verás que no existe el dolor. ¡Hoy te toca ser feliz! Si las lágrimas te nublan la vista y el corazón, haz un trasbase de agua, al miedo escúpelo. Y si crees que en el olvido se anestesia un mal de amo...r, no hay peor remedio que la soledad. Deja entrar en tu alma una brisa que avente las dudas y alivie tu mal. Que la pena se muera de risa, ¡cuando un sueño muere es porque se ha hecho real! Y verás que tú puedes volar, y que todo lo consigues. Y verás que no existe el dolor. ¡Hoy te toca ser feliz! --el silbido volvió y más se unieron a hacer la base de la canción con diferentes golpes basándose en lo que hacía Ace. --Las estrellas en el cielo son solo migas de pan, que nos dejan nuestros sueños para encontrar el camino y no perdernos hacia la tierra de Öz, donde habita la ilusión. Y verás que tú puedes volar, y que todo lo consigues. Y verás que no existe el dolor. Hoy te toca ser feliz. Y verás que tú puedes volar, y que tu cuerpo es el viento. Porque hoy tú vas a sonreír. ¡Hoy te toca ser feliz! --la base continuó con algunas risas añadidas por la diversión.

Ave de la revoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora