Cuando Marco estuvo seguro que ya nadie escuchaba miró a la chica, quien le devolvía la mirada curiosa.
--No debería decírselo, lo mejor sería dejar que se diera cuenta --pensó acelerado, desviando la vista inseguro.
--¿Qué querías decirme, Marco? --rompió el silencio la pelinegra.
--Creo que deberías quedarte --soltó lo primero que se le ocurró. --Con mi habilidad podría ayudarte a que la herida cure más rápido.
--¿¡Hontōni!? --abrió los ojos sorprendida. --¿Cómo?
--Mis llamas de fénix curan, no solo a mí. Es una nueva habilidad que descubrí hace poco, puedo curar a otras personas con mis llamas --incenció su mano y mostró sus flamas azules y amarillas.
Con curiosidad, Lucy colocó con cautela su mano sobre la que estaba incendiada, notando la calidez del fuego, pero sin ninguna herida.
Marco no pudo resistir la tentación y cuando sintió la fina mano sobre la suya separó los dedos y los entrelazó con los ajenos, su fuego tapando esta acción.
Las mejillas de la D. se colorearon de un tono rosa al sentir su mano entrelazada con la del mayor, aunque no se negó, su instinto le decía que no lo hiciera y no podía negar la tranquilidad y protección que esa simple acción le transmitía.
--No quema... --habló bajo hipnotizada por aquellos abrumadores sentimientos, sintiendo su cuerpo sucumbir al cansancio.
El rubio sonrió al verse correspondido, pero su sonrisa se borró al ver a la chica comenzar a caer, apurándose a tomarla en brazos para evitar su choque con el suelo, apagando sus llamas en el proceso.
--¡Lucy! --ambos hermanos se acercaron apurados al ver a su familiar caer.
--¿¡Qué hiciste!? --preguntó individualmente Ace, viendo con ojo crítico como el primer comandante tomaba a su hermana como a una novia.
--Nada --se defendió y acomodó mejor a la menor. --Está cansada, se quedó dormida de pie --mostró el rostro de la pelinegra y la expresión tranquila que este tenía.
Ambos hermanos se calmaron por esto.
--Será mejor llevarla con Trafalgar --opinó Sabo con la tranquilidad recuperada.
El pecoso y el otro rubio concordaron, bajando los tres hasta el submarino, donde el pelinegro se encargó de tocar la puerta.
Pocos minutos después salió un chico con una gorra donde ponía Penguin.
--¿Ocurrió algo? --se preocupó al ver a la paciente de su capitán en brazos del comandante.
--Se durmió de pie, sigue cansada --contó Marco con su rostro aburrido.
--Es entendible --se calmó por la información. --Te guiaré hacia su habitación --señaló con la cabeza el interior.
El Fushichō lo siguió de cerca con paso tranquilo para no despertar a quien seguía en sus brazos.
Varios minutos después el pirata de Shirohige salió y detrás de él Trafalgar.
--Hoy será la última noche que pasará en mi nave, nos tenemos que ir --pronunció con rostro serio. --Ya os indiqué como debe ser cuidada la herida --miró a los familiares, quienes asintieron. --No dejéis que haga movimientos bruscos ni que se transforme, da igual si es su forma híbrida, es peligroso para su herida.
--Lo entendemos --afirmó Sabo por todos.
El supernova asintió y volvió a adentrarse en el submarino.
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Ave de la revolución
FanfictionEsta historia NO es mía, yo solo soy una mera trancriptora que la escribirá en base a la idea de @SoyYNoSoy, la idea es suya completamente, yo solo escribiré y daré algunas ideas, pero los derechos no son míos.