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Lucy recorrió los pasillos siguiendo su Kenbunshoku Haki, llegando hasta una de las habitaciones de la enfermería, donde Sabo dormía sin interrupciones. Se sentó en la silla que había a un lado y acarició su cabello, viendo la suavidad de este, aunque descubriendo la cicatriz que ahora había en su ojo izquierdo.

--Sabo... Tienes que despertar --tomó la mano del inconsciente y la apretó un poco antes de sacar el bebé caracol y marcar. --*Catcha* Ace --llamó con dolor en la voz.

--¿Lucy? ¿Qué ocurre? --de fondo se escuchaba el fuerte oleaje.

--Sabo... Él... Está inconsciente --dejó al caracol sobre el abdomen del chico y apretó la mano entre las suyas con delicadeza.

--¿Inconsciente? ¿Qué ocurrió? --se preocupó ante el tono de su prima.

--¿Qué pasa, Ace? --se escuchó una voz desconocida para la chica.

--Calla, Deuce, esto es importante --sonó cabreado. --Por favor, Lucy, ¿qué le pasó a Sabo? --pidió.

--No lo sé --al fin habló la pelinegra. --Cuando llegué estaba entrenando. Quise hacerle una broma con el mote de cariño que él solía usar conmigo, y dijo mi nombre --recordó con una sonrisa. --Pensé que me recordaba, pero cuando me vio se desmayó --terminó de relatar.

--¿Dónde estás ahora? --su tono no cambio, pero el sonido de fondo se había calmado.

--En la enfermería con él, sigue dormido --vio la cara del rubio. --Tiene el pelo como tú --rio con debilidad. --Y una cicatriz en el ojo izquierdo, aunque le queda bien --soltó una mano de la contraria y acarició la mejilla de quien seguía en cama.

Ace suspiró con una sonrisa débil al ver al caracol con una lágrima y rostro dulce, suponía que mirando a Sabo.

--Lucy, si ocurre algo da igual el momento, llámame, siempre estaré para ayudaros --habló tras algunos segundos.

--Está bien, Ace, que te vaya bien --se despidió la chica antes de ambos colgar, el pecoso guardando su bebé Den Den Mushi azul en un bolsillo.

--¿Quién es Lucy? --escuchó a su espalda, viendo a su primero de abordo.

--Es mi prima --volvió a hacer funcionar su striker para seguir con su camino a la próxima isla.

--¿Tiénes una prima? --se sorprendió.

--También tengo un hermano --restó importancia.

--¿El tal Sabo? --siguió preguntando.

--El mismo --suspiró antes de adoptar una mirada seria. --Escucha, Deuce, si algún día me ocurre algo grave toma este caracol y llama a Lucy, informa de lo que esté pasando, ella nos ayudará --volvió a tomar el caracol y se lo mostró al de máscara.

--¿Cómo estás tan seguro? --ennarcó una ceja confuso.

--Es mi familia, y al igual que yo no dejaría que nada le pasara ella tampoco lo permitiría --volvió a guardar al animal y continuaron su camino en silencio.

(...)

La Monkey no se había separado del lado de su primo desde el día anterior que habló con Ace, durmiendo sobre el pecho del rubio en la forma más pequeña que podía adoptar en su forma ave.

Tenía la mano del mayor tomada cuando escuchó pasos en la puerta, girando y viendo como Koala entraba con cautela. La ignoró y volvió a ver al ex-noble.

Koala se sentó en la silla del lado contrario, mordiendo su labio nerviosa y jugando con sus dedos y su falda por igual.

--Creo que empezamos con mal pie --fue la pelinaranja quien rompió el silencio, ganándose una mirada de reojo desinteresada de la contraria. --No pretendía gritarte así, es solo que Sabo-kun ha formado parte importante de mi vida desde que ambos nos unimos al ejército, es como un hermano mayor para mí --admitió con la vista agachada.

Ave de la revoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora