Explicar nuestras razones a FATE se convertiría en un tema delicado, pues por una parte queríamos excusarnos, por otra nuestra idea era esconder el tema de los cristales que aparentemente solo Stare conocía al haber estado con nosotros en aquél hotel. ¿Y si mi padre tenía algo que ver con ellos? ¿Y si Stare sabía algo más? Solo les contamos lo que importaba a la empresa: habíamos sido golpeados, aún teníamos las marcas en la cabeza, nos secuestraron, luego nos enseñaron las instalaciones... y nos escapamos... Demasiada poca información para que cuadrara todo perfectamente. Así que no tuvimos opción. No dijimos nada de los cristales violetas, ni de Qork. A partir de ese momento, nosotros asegurábamos no saber absolutamente nada sobre el ataque. Quizás algún reactor les habría explotado, quizás otra persona les habría atacado, ¿pero nosotros? Nada de nada. Fue un acuerdo mutuo silencioso, veíamos hacia donde se estaba dirigiendo el problema, y tendríamos que pagar por ello, pero posiblemente mi padre estaba directamente conectado entre la pelea de FATE y DEAD en aquél momento, y ya no quedaba nada de él, se habría desintegrado junto al resto de edificio.
- De acuerdo. Cambiemos de tema -El General Treff habló tras ver que no aclararíamos nada -. Señor Robert, ¿le importa esperar un segundo fuera? -el chico aceptó abandonando rápidamente la sala -Sobre las armaduras, antes de ayer nos diste las bases, hoy tenemos hechas tres, una masculina, otra femenina, y la última unisex, así que debes dar el visto bueno al material y todo lo que necesite remirar, porque a partir de ahora estamos en pie de guerra, los DEAD no entenderán que no eráis capaces de crear tal plan destructivo, y no solo irán a por ustedes, sino que no pararán ni aunque consigan derrotaros, irán a por todo FATE.
- Señor, por favor, para comprobarlo todo necesitaría un día, solo pido este período de tiempo, y se las devolveré sin más preámbulos con mi carta de aceptación o los pequeños cambios que se necesiten hacer.
- Está bien, pero si pudiera ser antes, no nos quejaríamos.
Terminamos la reunión igual que comenzamos, no había nada más que decir, no habíamos llegado a ningún campo claro, y el enemigo nos pisaba los talones. ¿Qué haríamos a partir de ahora? Rob tenía una idea, yo otra, y ambas conjuntas podrían funcionar a la perfección. Pero primero era quedar con Stare, el hombre de la mirada psíquica. La cafetería era nuestro lugar favorito, ahí fuimos los tres. Él veía como por primera vez mi compañero y yo actuábamos conjuntamente, en vez de uno en uno como de costumbre. Cuando ya teníamos los cafés en nuestras manos y la mesa ocupada, el primer silencio incómodo ideando las palabras se dio a conocer.
- No tengo ni idea de por qué me miráis así, pero parecéis un par de policías buscando respuestas. Os lo dejaré claro, sea lo que sea, YO NO SÉ NADA.
- Sí que sabes, Stare, -contestó Rob con voz dulce -y ahora más que nunca te necesitamos de nuestra parte. Nos conoces a los dos, y nos conocemos ahora también. Dí cuál era el proyecto de Qork, y a partir de ahí trabajaremos para que la verdad vea la luz.
- No.
- Stare, sabes bien que mi padre tramaba algo, tú te refugiaste aquí mientras que él murió. Lo he tenido ante mí, muerto, ese era el castigo de Carel hacia mí, ¿crees que aún tienes derecho a ocultar su verdad? Soy su hija, y exijo saber todo relacionado con su proyecto.
Se negaba, no iba a hablar ni aunque le apuntáramos con una pistola en la cabeza, era tozudo, pero nosotros lo éramos más.
- No nos iremos de aquí sin respuestas. -continué.
- Entonces podéis preparar vuestras maletas y mudaros en el restaurante.
- Stare, no tienes opción.
- Suerte obligándome.
- No seas toca esferas, habla.
- ¿Qué me haréis sino? Matadme, adelante.
- Solo confirma o desmiente si los cristales lilas tenían algo que ver con él.
- Hablaré cuando una losa me tape el cuerpo, ¿lo entendéis? Así que esperad, y preparad una ouija para ese momento.
- Maldito cobarde. -maldije entre dientes.
Ese hombre era capaz de ver a la muerte ante él y encenderse un cigarro esperando a que se acercara. ¿Cómo íbamos a conseguir que dijera algo? Él era el único con información y había prometido llevársela a la tumba.
- Por cierto, KC, creo que te interesará el producto que sacaron en el departamento químico para quitarte ese tinte, no te queda... no eres tú con ese color a ceniza esparcida.
- Muy amable, pero este es el último de mis problemas ahora.
Necesitábamos algo que nos pudiera ayudar, y la respuesta estaba ante nosotros, Rob lo descubrió antes que yo, así que se fue en silencio tras terminar su café, y al poco rato volvió con una bolsa de farmacia en la mano. Me la dio y me preguntó si podía irme a mi habitación. Me dio mala espina al principio, luego comprobé que era el producto para el pelo que había nombrado anteriormente el hombre. Yo seguía sin entender hasta que volví a ser la misma de siempre.
Por fin mi pelo volvía a ser cobrizo, lo había echado de menos aunque solo hubieran pasado unas escasas horas. Llamaron a mi puerta cuando aún me estaba secando el pelo, era mi compañero.
- Así estás más guapa. -sonrió pellizcándome la mejilla.
- ¡Que no me pellizques, idiota!
- ¿Me dejas entrar?
- ¿Para qué?
- Para pintar un cuadro, no te digo... A ver... Tengo un plan para que Stare hable, pero tienes que colaborar.
Según él, si yo me hacía pasar por Emily, Stare cedería. Pero mi apariencia era de fácil distinción si teníamos que hacer eso. ¿un video de mala calidad donde apenas se vieran colores y a mí de espalda? Eso cambiaría ciertas cosas... Pero el tatuaje en el brazo, eso era importante, el número, si se me veía de espaldas, tenía que dibujarme su número en mi hombro. ¿Hasta ese punto teníamos que legar? Faltar al respeto a los muertos de esa manera... ¿Pero quiénes éramos nosotros para hablar después de lo que habíamos hecho y negado? Cada vez nos oscurecíamos más, actuábamos como un par de lobos disfrazados de ovejas, y a nuestro lado, Carel era la oveja vestida de lobo. Nos dábamos cuenta de ello, pero no había marcha atrás. Teníamos que ser malvados para aclarar la verdad, una verdad que moriría con Stare si algo iba mal. No nos lo podíamos permitir. Pero al fin y al cabo, estábamos poniendo más vidas en riesgo que si lo dejáramos pasar. Éramos monstruos, y no íbamos a cambiar si no a peor. Eso es lo que trae el pasado, las luces se han fundido ya, pero la oscuridad que queda es la que guía hacia el futuro, y si no puede verse a través, el precipicio es demasiado elevado.
ESTÁS LEYENDO
Hiding On Land of DEAD, FATE
Science FictionCassie y Rob trabajan como repartidores en la empresa FATE, una compañía líder mundial experta en armas y tecnología en una guerra silenciosa con la segunda potencia, DEAD, quienes quieren devolver la calidad de vida de los humanos del pasado y eli...