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Habían pasado ya dos días después de aquella discusión, por lo que las cosas ahora permanecian "normales"

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Habían pasado ya dos días después de aquella discusión, por lo que las cosas ahora permanecian "normales"

Normales entre comillas porque en realidad ya nada seguia normal, pero igual Confi aparentaba que si. Se decia a sí mismo que solo imitaba a Huevay y que lo iba a hacer hasta que el cubano se de cuenta y por fin ponga de su parte para arreglar lo que esta rompiendo.

Sin embargo, muy en el fondo él sabia que ya no decia nada porque intentaba proteger su salud mental y que Huevay no iba a volver a tocar el tema (y mucho menos disculparse) por su propia cuenta.

Parpadeó con rapidez, intentando disipar todos esos pensamientos que le nublaban el juicio. No queria estar con los ojos perdidos todo el tiempo, sobretodo porque hoy tenia trabajo.

No hacia la gran cosa, solo organizaba fiestas. Era bueno, le gustaba y encima le pagaban, por lo que no queria estar pensando una y otra vez sobre sus problemas con su pareja.

Caminó por la sala, rodeando el sofa donde Huevay estaba sentado, el cual le clavó la mirada enseguida.

–¿A donde vas?

–Tengo un trabajo– El oji-azul intentó sonar lo más neutral posible, pero en cuanto su novio dejó escapar una risilla burlona, no pudo evitar fruncir el ceño– ¿Qué pasa?

–¿Por qué conseguiste un trabajo? Con el mio basta.

–Creí que te gustaba recibir dinero extra.

–Me gusta GANAR dinero extra, no necesitas un trabajo, es más, creo que yo ya te había recomendado que lo dejaras.

–Si, fue un consejo y yo decidí no seguirlo.

Confi levantó la cabeza, procurando que la palabra "decidí" estuviera flotando en el aire bien cerca de Huevay para que lo mareara.

Sin embargo, no solo Huevay parecia fresco como lechuga, sino que encima se atrevió a todavia seguir hablando.

–¿Por qué siempre haces esto?

–¿Hacer qué?

–Hacer una discusión por cosas simples, estoy intentando hacerte entender que dejar ese ridículo trabajo es sinónimo de que dejes de humillarte y tú sigues neciamente tomandotelo personal. Eres igual que una mosca que no para de golpearse en un vidrio.

Huevay se quedó con la última palabra, como solia ocurrir. Confi, en shock, regresó a su tarea de abrir la puerta del departamento y salir, mientras repasaba una y otra vez la escena recien sucedida.

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violentometro//ConfixHuevayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora