⚠️⚠️⚠️Banda, les aviso que en este capítulo en especial voy a tocar temas muy fuertes. Se recomienda discreción⚠️⚠️⚠️
Hace ya una semana del incidente del telefono, y hace una semana que Confi se había negado rotundamente a volver dormir con Huevay. Al principio el moreno se quejó, lo insultó de un millón de formas diferentes pero el castaño no se movió en ningún momento y mucho menos cambió de opinión. Él no volveria a dormir con ese mounstruo.
En esa semana se quedo en el sofa, acomodado en un ovillo con una sabana y su almohada, se dedicaba el día entero a vagar por la casa como alma en pena, sin hacer o decir nada, solo caminando. Comia poquito, se saltaba las horas de alimentación necesaria y como Huevay seguia enojado con él, no se molestaba en recordarle. Otra de sus actividades que lo distraian era acostarse de lado y quedarse viendo la pared por horas, consumido por sus pensamientos.
De hecho, se encontraba haciendo eso justamente, respirando pesado, con las piernas tapadas por la sabana y con sus pensamientos volando.
Su mente era un desorden, una parte de él se dedicaba a denigrarlo por su comportamiento, torturandolo recordandole sus epocas doradas cuando salia con sus amigos y su relación con Huevay era de ensueños. La otra parte de él daba vueltas de un lado a otro, ideando planes de huida muy poco realistas. Todos bañados de desesperación e ira. Y por último, la otra parte de él lo consolaba y acompañaba en su letargo mental. Siempre lograba sacar un comentario positivo de cualquier ridícula o innecesaria actividad que estuviera haciendo. Como lo era ahora, mientras observaba la pared.
–"Piensalo de este modo, una o más personas pusieron todo su empeño en darle vida a la pared que forma este departamento y nunca te pusiste a apreciarla detenidamente. Esas personas que construyeron la pared seguro estarian orgullosas."
Sonrió un poco, pero entonces fue interrumpido cuando la puerta del dormitorio se abrió y Huevay salió, se paseó por la sala y llegó a la cocina.
Los oscuros ojos del cubano rodearon el cuerpo de Confi, que no se movió ni un milimetro. Humeó un poco el refigerador, tomó un poco de mermelada y después de embarrar un poco en pan, regresó como si nada al cuarto, con la mirada curiosa.
Así no era divertido.
El placer, la chispa de lo que quedaba de su relación era cuando minímo había una reacción humana. Ahora solo tenia un muñeco de trapo acostado en el sofa, sin moverse ni hablar.
Frunció el ceño. Ya se le ocurriria algo.
***
La noche cubrió toda la ciudad con su manto y Confi tuvo que interrumpir su tarea de agradecerle a los albañiles de su imaginación por construir la pared para dormir.
Dormia mucho ultimamente, por eso se recostaba apenas el atardecer hacía presencia. No tardó mucho en relajarse y dejarse llevar por el sonido de su respiración.
Huevay salió de la habitación hasta llegar al sofa y recargó su cuerpo en el respaldo, después movió sus manos hasta dejarlas apenas unos milimetros del cuerpo de Confi.
Tomó aire.
Después las dejó moverse con libertad.
Rapidamente rodeó el torso de su pareja y lo empujó hacía él. Con una mano lo mantuvo lo más cercano al respaldo y la otra se posó en su pierna.
Empezó a masajear en la zona del muslo, primero lento, disfrutando del tacto tela-piel. Después empezó a hacerlo más rápido fuerte.
Una extraña idea le vino a la mente. Sonrió con lujuria y soltó el torso de Confi para permitir que se metiera a su propio pantalón.
Una mano en la pierna de Confi, otra en el miembro de Huevay. Después empezó a mover de forma sincronizada.
Poco segundos después escuchó a Confi levantarse, con la respiración entrecortada. Estaba asustado.
–Callate. No arruines el momento.
Confi mantenia los ojos abiertos. Apretó la sabana entre sus manos mientras sentia como elsu pareja movia su mano emocionado, rozando con sus dedos a veces sus partes.
Se llevó una mano a la boca para ahogar sus sollozos