Era un nuevo día, cada vez era más cansado despertar y tener que levantarme para ir a la universidad, luego al trabajo y regresar a casa para seguir así día tras día como un ciclo que no tenía fin; eso era de mi vida desde que te fuiste, un constante circulo vicioso, ni siquiera el alcohol ayudaba además no me gustaba tomar y no te gustaba por lo que deje de beber.
— Alex — me miraste molesto y cruzaste los brazos, dabas miedo — ¿Qué te he dicho del cigarro y el alcohol? te va a dañar, déjalo.
— amor — me acerqué a ti y te tomé de la cintura pero no te movías, solo sonreí y asentí — prometo dejarlo...
El autobús iba un poco vacío y apenas la luz del sol se veía colar entre la ciudad. En la radio se escuchaba una melodía suave, era la canción que siempre tocaba para ti, cada que me llamabas por la noche o por el día te sentías tan triste para no querer hacer nada, mierda, aún podía recordar como tu linda sonrisa se postraba en tu rostro, lo extraño mucho.
Me llamaste llorando de nuevo a las tres de la mañana, no me importaba porque quería que fueras lo más feliz posible, tenías pesadillas muy feas y te daban tanto miedo que necesitabas llamar a alguien. Me llamabas porque me quedaba en la línea hasta que dormías de nuevo; tus amigos no lo hacían porque tus pesadillas solían ser seguidas, pero eso no me molestaba ya que solo me importabas tú.
— lo siento tanto — dijiste una vez te calmaste — seguro estabas dormido y yo...
— no te preocupes de nada — susurré mirando el techo de mi habitación escuchándote por el teléfono — ¿Quieres que te cante una canción?
Respondiste afirmativamente y puse el alta voz, busque mi guitarra y comencé a tocar una canción suave para que durmieras, te cante suavemente, solo podía imaginar tu lindo rostro con una sonrisa en él mientras te quedas dormido.
Para mi no había nadie más, hacías que mi mundo estuviera bien y perfecto. Sé que es poner demasiado a poco, pero es la verdad, siempre estabas cuidándome de mi mismo y ahora que no estas ¿Qué debo hacer?
Te reías corriendo mientras la lluvia caía sobre ti, te gustaba tanto mojarte cuando llovía, yo lo odiaba, era odioso después tener la ropa mojada y pesada.
Me miraste y te acercaste abrazándome — vamos mi gruñoncito — dijiste besando mis labios suavemente. No podía decirte que no y eso lo sabías perfectamente, y es que ¿Cómo hacerlo? eras jodidamente precioso, corrimos un poco más mientras sentíamos que nos mojábamos, mientras escuchaba tu linda voz.
Te extraño idiota, te extraño como no tienes una idea, me hubiera encantado verte una vez más correr y mojarme. enfermarnos por semanas y volver a repetirlo, mi hermoso Noah... Perdóname...
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Dear Diary
Short StoryTe fuiste de mi lado y lo único que tengo conmigo es tu estúpido y reciclado diario, una libreta donde anotabas todo... Dime... ¿Me extrañas donde sea que estés tanto como yo lo hago? ¿Por qué mierda te tuviste que ir? ¿Me miras desde donde estas? ¿...