Mirabas el cielo, estabas tranquilo y parecías viajar en tus pensamientos, tus hoyuelos estaban presentes gracias a tu linda sonrisa, el verdor de tus ojos hoy estaba muy brillante, me gustaba como te mirabas hoy.
— Alexander — me llamas y tomas mi mano, tu voz era muy suave, el medicamento te dormía un poco, pero te hacía sentir mejor — te amo
Solo te abracé acomodándote en mis brazos, estabas calientito, estabas entre mis piernas y tu espalda contra mi pecho, mis brazos y los tuyos te rodeaban, mi rostro lo acomodé en tu cuello, olías muy bien mi lindo Noah.
El cielo estaba especialmente despejado, el sol estaba en su punto, molesto y caliente, lo odio… la luz es molesta también.
Era un día de quejas, no hacía otra cosa más que quejarme de lo que sucedía a mi alrededor, aunque no había mucha gente en la calle, así que todo estaba más o menos, Noah, estoy cansado, no sé que hacer…
— Noah, dios — suspiro mientras tapo mi rostro, estaba muy cansado y no pensaba muy bien en lo que hacía — ¿Qué debo hacer? Te extraño
El tiempo pasaba y no arregla a nada, deseaba que esa frase, la que siempre solían decir ‘el tiempo lo cura todo’ fuera cierta, el tiempo debería arreglar todo lo que siento ahora u sentí en su momento, tu perdida me duele mucho y no sé que hacer… debería ser mejor y afrontar todo esto, pero de verdad no puedo, lo intento a cada segundo, me levanto y pienso que es un buen día, trato de limpiar y hacer toda la rutina, pero, a medio día todo oscurece, me entran muchas ganas de tirarme en la cama y no levantarme.
Iri viene a ayudarme, desde ese día viene una o dos veces a la semana, mamá parece encantada ya que me ayudaba, nunca pedí ese apoyo pero aquí estaba y lo agradecía.
Abrí tu diario, Noah, hoy leería una pagina más.
Dear Diary
Tengo mucho sueño, el color del cielo es especial, es un azul precioso y Alex me compró una linda figurilla de una serie que comencé a ver, es un amor mi lindo novio, a veces es un poco posesivo pero no demasiado, además yo soy igual.
Mi psiquiatra me dijo que voy a disminuir el medicamento, me siento emocionado, al disminuir las dosis me sentiré mejor, podré estar con Alex más tiempo y mis padres ya no me llevarán lejos.
Querido diario estoy muy feliz.
Recuerdo eso, esos días estabas tan bien, la luz que iluminaba tu rostro era inigualable, ya querías dejar toda esa medicina y ser feliz, lo pudimos ser un tiempo, pero, todo volvió a irse a la mierda tiempo después.
— ¡Con una mierda Alex, sabes que todo está mal y no te importa! — gritas de nuevo — ¡ no tengo la culpa!
— ¡y yo tampoco! — te interrumpí gritando —¡ pareciera que es mi culpa, la mierda que pasa en tu puta vida siempre es mi puta culpa!
— ¡Deja de decir eso idiota! ¡Siempre dices eso! ¡Perdóname por no ser perfecto y alguien estable! — estás demasiado molesto y yo no me quedo atrás — ¡Puedes irte! ¡Adelante, eres un maldito cobarde!
Me acerque a ti y te empuje contra la pared juntando nuestros rostros — no lo soy — susurré para que solo me escucharas tu, acune tu rostro en mis manos y bese tus labios para luego abrazarte suavemente.
— lo siento tanto — dije muy bajito y solo sentí como me correspondías y tu respiración se normalizaba — lo siento…
Ese día no fui a casa, me quedé contigo todo el día y toda la noche, me sentía culpable por los días pasados y todo el tiempo que te hice sufrir.
Noah te necesito demasiado y no sé que hacer para olvidarte, Iri no es un puto juguete para que esté ahí todo el tiempo, Iri es un gran chico y yo… yo…
— Alex — escucho y volteo — vámonos, ya basta de estar ahí lamentándote
— No me estoy lamentando — le contesto al de ojos azules y me dio un zape — ¿Por qué me pegas?
— Te levantas o te levanto — se cruzó de brazos y sus mejillas estaban un poco rojas haciendo que sus pecas resaltaran un poco — ¿Qué me miras?
— Es que, te ves bien — me aventó su mochila y comenzó a caminar mientras me maldecía en voz baja, Iri era un chico increíble y yo… yo lo estaba destruyendo poco a poco, Noah no quiero que eso pase, ayúdame
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Dear Diary
Short StoryTe fuiste de mi lado y lo único que tengo conmigo es tu estúpido y reciclado diario, una libreta donde anotabas todo... Dime... ¿Me extrañas donde sea que estés tanto como yo lo hago? ¿Por qué mierda te tuviste que ir? ¿Me miras desde donde estas? ¿...