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Quería beber algo, no agua, quiero alcohol y ver si puedo olvidarte y olvidar todo esto que siento, quiero dejar de pensar en ti y sentir que me deshago cada día con más intensidad, Noah te pido que me dejes ir y yo dejarte ir de una vez ¿Cómo lo hago sin sentir dolor? No puedo pensar en algo más que no seas tú.

No quiero lastimar a Iri, no quiero lastimar a mamá…
Noah ayúdame…

Baje a tomar mi desayuno, realmente tengo un poco de asco, no quiero comer nada. Tampoco quiero salir de casa, sin embargo, debo hacerlo sino mamá se preocuparía una vez más y no quiero verla llorar por mi de nuevo.

Dejé todo a la mitad y salí de casa, frente a mi puerta se encontraba Iri con ganas de tocar, ahora era como un tomate — lo siento — dice y comenzamos a caminar.
Últimamente viene por mi y nos vamos juntos.
Le gusta tomar mi mano y eso no me molesta, realmente eso es cálido.

— Ven — tomó mi mano con un poco de fuerza y me lleva por otro lado — sé que no quieres entrar y la verdad yo tampoco — dice mientras me lleva a la plaza. Sentandonos en una banca cercana comenzamos a conversar, su risa era tan contagiosa que no podía parar de reír.

Su voz era dulce y suave. Por primera vez en mucho tiempo no pensaba en algo más que tú, Noah.
Ayer, estaba a punto de besarlo y eso lo había tenido en cuenta, no había pensado en otra cosa toda la noche que no sea en los labios de Iri y en ti.
Mierda…

— Iri, tu y yo, no podemos

— Lo sé — me sorprendo de lo que dice y antes de decir algo más, me mira — estoy seguro de que no podemos ser nada, Noah siempre será tu persona y yo no soy nada comparado con él, Noah era inteligente y realmente lindo, yo… bueno…

No pude no pensar en lo preciosos que se miraban sus ojos con esas lágrimas que caían de ellos, estaban repletos de lágrimas y su rostro refleja un poco de dolor, trata de disminuir sus expresiones mordiéndose labios, eso era lindo.

Me acerco y pruebo sus labios, eran dulces y salados por las lágrimas, no me apresuro a aumentar el ritmo del beso ya que no quería asustarlo, solo lo beso de manera suave y pausada, me está gustando y no iba a poder parar.

— Hey — digo en modo de queja al ver que se separa de mi — lo siento tanto.

No salen palabras de su boca, solo salen pequeños sollozos con jadeos por el beso, se levanta y se va de ahí, mierda… por mi culpa Iri…

— Alexander — me llamas y te abrazo — no, no hagas eso, tu forma de dar cariño apesta

— Eso ya lo sabíamos mi amor — te miro atento — lo siento, intento cambiar pero no parece lo suficiente

— No se trata de eso idiota — picas mi nariz y sonríes dejándome ver esos hoyuelos en tus mejillas — debes aprender a dar lo mismo que quieres recibir, tu y yo estamos acostumbrados porque estamos rotos.

Estábamos rotos y yo estaba rompiendo a alguien más, Iri y Noah, les prometo no romper a nadie más o romperme a mi.

Dear DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora