Eight

939 146 19
                                    


Yoongi amaba recibir las ganancias fruto de su trabajo, pero atender mesas y estar al pendiente de los clientes realmente no era lo suyo. Sin embargo, como mesero de uno de los restaurantes más elegantes de Seúl siempre se centraba en dar lo mejor de sí o Seokjin vendría hacia el y lo pateria si le hacía quedar mal con su hermano mayor, dueño del lugar. A ambos le tocaba trabajar allí días intermedios de la semana, eternamente agradecido con los miércoles que eran los días menos transcurridos aunque le tocase trabajar los viernes que eran los peores. La gente solía amontonarse nada más por un lugar, y aveces tenías que tener como mínimo dos semanas de antelación para reservar una mesa.

Afortunadamente, era miércoles y eso no sucedería.

Se iba poniendo el uniforme con mucho cuidado de no arrugarlo, detrás de él llegaba Seokjin justo a tiempo para que leyeran juntos el nuevo mensaje de Jimin. Al parecer estaba teniendo una cita y no iba a llegar hasta muy tarde. O tal vez ni llegaría, según pensó su compañero de departamento.

Seokjin miró a Yoongi y rieron juntos.

-¿Crees que sea Yongsun? -preguntó Jin.

-¿No iba a tener una cita con Chaeyoung?

-Espera, creo que estaba saliendo con Dahyun.

-¿Seguro, Yoon? Creo que una de las mejores amigas de esa chica detestaba a Jimin.

-Ah sí, a la que le lanzó su pastel en tercer año, Jeongyeon o algo así.

Ambos rodaron los ojos y volvieron a reír antes de salir juntos ya totalmente listos. Como era de verse venir el restaurante estaba recibiendo a varias personas a tan poco de abrir las puertas así que se vieron cargados de ordenes yendo a cada mesa. Luego de unos minutos, el gerente a cargo llamó a Yoongi y le ordenó que atendiera una mesa en específico, de las que estaban en un cuarto privado de las costosas. Sabía que si le asignaban esa tarea significaba que esa noche sería exclusivamente mesero de quien hubiera hecho su reservación en ese lugar. No le molestaba, porque algunas veces recibía buenas propinas y en otras era tratado como un sirviente.

Su padre se lo decía, mientras más llena estuviera la billetera más vacíos serían sus modales.

Aún así, iba a esforzarse como de costumbre.

Llegó hasta el cuarto de reservación, un ambiente entre cuatro paredes para las parejas tuvieran más privacidad o simplemente se atendieran cosas importantes. Puso su mejor sonrisa mientras ajustaba su corbata de moño, entró al lugar con una mano detrás de la espalda donde sostenía su libreta aunque no la necesitara y la otra doblada desde su codo cargado una servilleta color crema.

-Bienvenidos, ¿puedo tomarles la orden, caballero?

Taehyung alzó la mirada al reconocer la voz tan familiar y difícil de olvidar de Yoongi, sorprendienose de verlo con el uniforme del lugar apenas sosteniendo de sus mejores sonrisas luego de la sorpresa que se llevaron ambos.

El lugar era bastante exclusivo, pero hasta ese día Yoongi no había tenido la oportunidad de atender a ningún famoso. Solían confiar más en Seokjin para esas tareas porque era encantador naturalmente, una vez se había encontrado con el actor Lee Jongsuk en ese lugar, pero al parecer al gerente le pareció que había estado trabajando perfectamente bien en ese tiempo y se atrevió a darle la oportunidad.

El acompañante de Taehyung abrió la boca y solo hasta entonces se dio cuenta que ellos dos no eran los únicos allí. Que él no estaba allí buscándolo como en los doramas.

Se fijó en él, creía haberlo visto en algunos de los doramas a los que Jimin insistía engancharlo. No recordaba su nombre y tampoco debía importarle. Debería estar emocionado de atender a Taehyung, pero simplemente no lo estaba. Era raro en él no verse feliz con una oportunidad como esa.

Rockstar | TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora