𝐎𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐀 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐫𝐦𝐞 - 𝐅𝐫𝐞𝐝 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

72. recordando a la perfección.

—ay estaba tan lindo.— Sam sonrió mientras peinaba su cabello.

—ya ven a la cama. Estoy ansioso por tenerte conmigo.— confesó sonrojado. Sam no aguanto más y se levantó quitando su bata mientras él la observaba.— uy, ¿Y eso?

—sabes que se me hacen más cómodos.— le dió una sonrisa mientras se adentraba a la cama. Lo sintió acomodarse y suspirar, y no pudo aguantar llevar su mano por debajo de su polera para acariciar su abdomen.

—te... Había extrañado.— ella asintio llevando sus labios con cuidado hasta su cuello.— amor, no sé si sea buena idea-

—shh... Hace tiempo no te tengo para mí sola. Solo déjame disfrutarte.— Fred se quejo levemente debatiendo si dejarse hasta perder la cordura o negarse para conservarla.

—adelante. Soy todo tuyo.— aspiro una gran bocanada de aire mientras sentía a su esposa melosa comenzar a besar suave su cuello. Sentía como cada vez la respiración de Sam en su cuello se sentía más caliente e iba dejando un rastro húmedo que le erizo la piel.

Su mano se cerró en su cintura, acercándola un poco más para incitarla a continuar. Lo tenía completamente duro, y cerró los ojos para evitar subirse o subirla arriba.

—Freddie...— susurró en su oído.

—¿Puedo tocarte, amor?— ella sonrió tomando su mejilla para que la mirara. Se acomodo acercando su cuerpo a él y asintió subiendo una de sus piernas a él. Fred la atacó con un beso profundo e introduciendo su lengua mientras agarraba su muslo y la hacía sentir su erección.

No sabía hasta donde iban a llegar, pero esos roces se sentía demasiados deliciosos.

—que rico... Extrañaba esto.— se subió a horcajadas de él y acaricio su pecho mientras movía sus caderas fingiendo estar montandolo. La fricción se sentía tan bien que aumento más el roce cada vez queriendo más.

—bésame.— ordenó. Se sentó quitando su polera para dormir y acaricio sus caderas viéndola más de cerca.— tócame... Haz lo que se te dé la gana.

Sam lo beso moviendo su cabeza de lado a lado y se recostó con él amando el calor que emanaba su cuerpo.

—¡Mmm!— gimió. Fred tiró de sus caderas hacia abajo subiendo las de él para que disfrutará más el contacto con su erección. Las oleadas en sus caderas no cesaron. Sam bajo su mano para acariciar lo que en mucho tiempo no había hecho, y las ganas de querer causarle placer hasta que se corriera aumentaron.— Fred... Antes de... ¿Podría dejarme el camisón?

—¿Qué? Digo, si, pero... ¿Por qué?— se sentó y acaricio su cintura.

—solo... Ayuda un poco a mi confianza. Mi cuerpo no es el de antes, tengo... Barriga.— mordió su labio esperando su aprobación, él simplemente beso sus labios.

—te dije que lo haríamos a tu manera, aunque quiero dejar claro que eso te molesta a ti... Yo te encuentro la mujer más sexy, carajo.— la acerco para morder el lóbulo de su oreja mientras bajaba a su cuello.

—¡Ah! Continua ahí, sigue.— inclino su cabeza para acercarlo por su cabellera rojiza. Disfrutaba tanto sus besos que sus caderas se mecian por si solas.

—solo quiero que te sientas bien... Que disfrutes hasta donde lleguemos.— subió sus manos a sus senos acariciandolos con suavidad mientras no dejaba de besarla.

Habían pasado meses, sus cuerpos parecían tener un reencuentro ansioso en el que querían volver a tocar cada centímetro de sus pieles.

—ay Samy... — aspiro su aroma de piel creyendo que podía fallecer.— extrañaba tanto acariciarte...