9

39 7 2
                                    

  Nuria black

- Me estas diciendo qué esto – observo mi entorno antes de mirarlo justamente a el – no tiene qué ver con ningún estúpido mito, leyenda o algo por él estiló.

- sí, eso dije.

- pero no tiene ciencia, ¿como puedo verte allá fuera?¿como puedo estar aquí? - pregunto, en lo qué solamente obtengo un encogimientos de hombro. Si bien al principio sentí miedo y fobia a qué me estuviera volviendo loca, me dije a mi misma qué me tranquilizará y aclarara mi mente para encontrar una salida.

- Enserio me gustaría saber sobre esto pero no tengo ni una mínima idea, flor - ignoró el hecho qué me haya llamado flor o invierno cada vez qué me habla, asiento en respuesta - Siento qué ha pasado mucho tiempo de conocerte - su ceño sé frunce - no sé, como si te conociera de toda la vida.

- Eso sería estúpido, ¿no?. Apenas compré el libro hace unas semanas - niego, porqué es mentira ¿verdad? El no puede sentir que me conoce, si nunca nos hemos hablado.

- bueno, pues así lo siento.

- estúpido libró – murmuró. escuchó pisadas fuerte y concisas, un chico alto de tez clara, cabello negro y unos ojos azules como el mar y una altura intimidante camina hacía nosotros, siento mis labios secarse cuando su mirada sé posa en mí.

¡Jesús, María y José!

¡Qué hombre!

Escuchó un tos fingida a mi lado, lo miró y éste me mira furioso, alzó una ceja en modo de respuesta y vuelvo admirar aquel semejante Dios. Le extiende una chaqueta, un gorro y unos guantes, a Elsy bautizado como el chico de cabello blanco o Jack Frost por mí. Pero así como la hermosa burbuja sé creo, así mismo desapareció cuando habló.

- le puedes decir a la ratita qué me deje de mirar cómo sí fuera un trozo de carne – alzo las cejas sorprendida por sus problemas.

       ¡Pero qué grosero!

-           No soy ninguna rarita, tengo nombre

- eso no me interesa.

- ¡idiota! - medió gritó frustrada, escuchó a Elsy reír y lo miró mal - no té rías, no es gracioso.

- lo siento

- qué más da, solo quiero volver a casa - cruzo los brazos, y sus ojos sé posan en mi senos - ¡Señor Jesús, dame una gota de paciencia!

- Somos hombres, y tenemos deseó. No me culpes por saber apreciar buenos momentos y lindas vistas.

- apenas té conozco y ya me caes fatal.

- me alegro, tampoco quiero caerte bien. Rarita.

      ¡Pero será idiota!

Estoy apunto de responder, cuando Elsy me tapa la boca con su mano y susurré en mi oído - déjalo, no sirve de nada enojarte con él ahora, lo necesitas para saber qué pasa - me suelta y empieza a caminar por donde su hermano sé ha ido.

Son un Par de idiotas.

()



Nuria

Si bien, cuando era niña quería vivir un cuento de hadas, y de princesa pasé a querer un Edward Collen en mi vida y luego a querer un Erick Zimmerman y después un Cristian Grey de novio y esposo, cada uno peor que otro, en fin.

     Gustos pulposos.

Pero a ver, es qué Ariel. Ella dejo a su familia por un hombre y perdió algo qué la hacía única, su voz. Por un hombre qué ni la reconocía y cuando vino otra pendeja por ahí sé fue.

       ¿Donde tenía la cabeza? Pues la verdad no se y yo toda ilusa.

Y, Bella. Encarcelada por una bestia qué quería terminar con una maldición.

       Ahhh, como defendía yo a bella.

Mi madre siempre me dijo, sé la heroína de tú propio cuento, y yo de pendeja anhelando un Príncipe en mi vida... A las malas aprendí qué los príncipes no existen. Qué Bestia, es la realidad de como son los hombres. Eso sí, tengo qué admitirlo Disney sé lució, mostró la verdadera cara de muchos hombre y ocultó la careta qué usan como perfectos. Y ahora, según yo. Estoy en un libro con el protagonista principal medio flechado , ¿Qué vengo siendo? La mala del cuento, la amante de la novela.. ¿Qué sería?¿la otra? Porqué yo, salgo de una mierda, y caigo en otra peor Así soy.

-           En qué tanto piensas – la mirada de Elsys choca con la mía.

-           En nada – observo las calles solitarias de Londres.

   Observó por la ventana del auto todo él paisaje, es exactamente todo igual qué la realidad... La diferencia es qué las luces navideñas cuelgan por todo los lados y todo está teñido de blanco por la nieve. Páramos frente a unos edificios qué conozco a la perfección.

  – Es mi apartamento – ambos chicos me observan con el ceño fruncido.

– No – los ojos azul cielo me observan fijamente. Me pone nerviosa – esté es el apartamento de Bota, mi hermana.

– deja de mirarme así, Elsy.

– bien– aparta la mirada y vuelve a mirar hacía el frente con una expresión fría – Pueda ser qué en tú mundo sepas cada rincón de Londres  pero aquí no, flor. Las cosas son muy distintas.

– Entiendo, pero tiene qué ser ¿dónde tú hermana qué me quedé?.

– sí, por el bien de todos sí.

– ok –  respondo, guardo silencio.

()

 

  – ¿Comes hamburguesas? – asiento dudosa. Observó a Elsy rebuscar en un hermoso librero algún tipo de libro. Me lo extiende y leo el nombre.

Twilight

 
Me río a carcajadas y le extiendo el libro, mientras niego. Me mira confuso y su hermana le pega en la nuca – ya leyó el libro, tonto. Toma es te de manzanilla té hará sentir más relajada.

 
– gracias – tomó un sorbo y lo disfrutó, porqué la verdad no está nada mal.

– ¿Escribes? – asiento, Elsy desaparece por la puerta que da a la habitación de Ruth – deja de mirar a mí hermano – su tono de voz, no carga ninguna pizca de alegría como segundos antes. Toma una respiración profunda y me mira fijamente.

     Qué cosa tienen está gente con la mirada

- Mira no puedo decir qué me caes mal, porqué apenas té conozco, pero están pasando cosas qué la verdad nos tiene a todos de los nervios aunque ellos no lo demuestren. Eres una lectora, qué puedes vernos y entrar al libro, eso no está bien. Elsy está flechado por tí... Y eso es otro falló... Elsy, tiene qué proponerle matrimonio a Mila en dos días y casarse, el último día del invierno.

Esas son cosas qué tienen qué pasar, porqué son las escenas más importantes del libro, y si no sucede. No sabemos qué pasará. Ahora mismo todo está tomando un rumbo diferente, el libro está cambiando y el simple hecho de qué no podemos saber qué pasará en dos minutos, en una hora o mañana nos aterra Nacimos de la tinta, la hoja e imaginación. En cualquier momento podemos ser dejados o moldeado como toda lectora hace.

-  solo quiero volver a casa – dejo la taza en la repisa.

- por eso necesitas despertar, Nuria.. Aún no es hora – su mano toca mi frente haciendo qué me balancee.

– espera, ¿qué? – vuelve a tocar mi frente y todo sé va volviendo borroso, me dice algo qué no llegó a entender.

 

Elsy Mort entre páginas (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora