Elsy Mort entre páginas (En Edición)

Melifluo

Capitulo dedicado a valetinamt

Elsy Mort

Solamente eres un personaje ficticio, no sientes, no amas, porqué eres un simple títere - sus palabras se repiten una y otra vez, haciendo eco en mi mente - simplemente no puedes decir qué me vas a enamorar porqué así tú lo quieras, porqué luego ¿Dónde quedó yo?... Pensaste aunque sea en eso, Elsy. El libro terminará y yo me quedaré anhelando volver a ésto y poder hablar contigo... Entiende que mi estabilidad emocional sé irá a la misma mierda, y qué tendré qué callar todo porqué nadie entendería mi amor. Estaré rota.

Me llamarán loca, demente y aseguró qué terminaré en un psiquiátrico.

Creo qué ya es hora de cerrar esté libró y dejarlo por concluido...

Adiós, Elsy.

Y, el tiempo a pasado, dos semanas exactamente. Y todo sé repite en mi mente. El libro sigue detenido por ella.

Soy egoísta, flor de invierno.

Ésto no es un adiós, ésto es solo un hasta luego

                           (❄️🍂)

pov Nuria

  — Quiero un príncipe como Jack Frost, abuela.

  — Jack Frost, no es un príncipe. Nena, es un guardián.

— Entonces no quiero ningún príncipe, abuela - una suave carcajada brota de ella, su mirada sé carga de ternura y me dedica una sonrisa dulce, antes de hablar.

— El hielo suele quemar, pequeña - río por lo que dice, y niego entre risas.

— El hielo es frío abuela, no quema... Eso fue tonto y sin sentido — choco mi frente con la suya y la dejo ahí — entonces abuela ¿tendré un Jack Frost cuando sea grande? — su mano derecha aparicia mi mejilla antes de levantarse conmigo en sus brazos. Me deja en una butaca y sé dirige al enorme estante qué está en el fondo, toma un banquillo para alcanzar una pequeña caja qué al arriba en el fondo, de ella saca una hoja y un lápiz.

— Toma, pequeña escribe tú cuento y atesora esa hoja con mucha fe, tal vez cuando sea grande encuentres tú témpano de hielo.

La alarma suena, me levanto camino hacia el baño cepillo mis dientes y tomó una ducha, lavo mi cabello 20 minutos más tarde me encuentro delineando mis ojos un poco. Me observo en el espejo admirando cada detalle, los jeans azul claro de talla alta blusa blanca y chaquetas negra y botas del mismo color, mi pelo riso en una forma rebelde y el maquillaje simple qué consiste en ojos delineados y brillo labial... Inconsistencia pienso en Elsy, sacudo mi cabeza de un lado a otro y río bajito... Busco la cadena de plata y la pulsera a juego.

— Ahora sí, estoy lista — tomó mi cartera negra y me miró por última vez en el espejo — hermosa, simplemente bella — lanzó un beso al espejo y río por mis ocurrencias. Salgo del apartamento dejando a Ruth en una conversación sería con su hermana Danielle.

El terrible tráfico de Londres me recibe, tomó un taxi le doy la indicación, me acomodo en el asiento trasero y busco mi teléfono el número de mi madre. Luego de tres tonos mi madre contesta, la música es lo primero qué me recibe Romeo Santos suena en todo su esplendor, inmediatamente reconozco la canción Hilito. varios segundos después escucho un saludo.

— ¿ola? — la voz infantil, me derrite el corazón.

— Hola, Pequeño Xabdiel - escuchó un pequeño awww del otro lado.

— Titi Nuni — ahora soy yo la qué articula un awww y lo escuchó reír, amo cuando quiere decir Tía Nuria...luego de hablar unos cuantos Minutos con él, donde en el fondo las canciones de Romeo seguían sonando.

— ahora tienes qué pasarle el celular a tía Neila — lo escuchó corre la música se detiene y un segundo más tarde tengo a mi madre al teléfono.

— ¡Hola, Nuria! — respondé eufórica mi madre, la característica tan propia de élla. Neila Mendoza, mujer de 35 años de piel canela, ojos de infartó y melena de envidia...su cabello largo y espeso color negro, ojos almendrados y grandes. Una reina en todo los sentidos, desborda alegría, amor, seguridad y madurez... Si bien ser madre siendo menor de edad no estaba en sus planes, a sido una gran madre y jefa.

— Hola, Madre — respondo a su saludo. su discurso de siempre me recibe, la es escuchó atentame mientras miro por la ventana. Le respondo en monosílabos cuando es necesario, minutos después  estoy contándole mi extraño sueño... Y mi mente sé dirige a unos ojos azules claro.

— Chiquita, tienes qué aprender a soltar — silencio — sé qué es difícil aceptar qué ya no está.

— Madre no es eso, simplemente no lo entenderías, la extrañó eso es cierto, pero madre siento que — por el rabillo del ojo observó cómo el taxista me mira atraves del espejo — mejor, hablamos luego... Cuidate, ma.

 
                          ❄️🍂

La librería de Jen sé encuentra vacía, una vez más. Las grandes repisas repletas de libros me causa añoranza, caminó hacia la sección de leyendas y mitos, mis ojos recorré cada nombre... Cada uno más integrante qué el anterior. Caminó hasta ver una pequeña división en color dorado, curiosa estiendo la mano para poder leer los nombres los mitos de Alas, Los Palz, Los protectores, La diosa de los sueños reales. Tomó el último libro, caminó hacía él señor Jen para pagar.

— Hola, Jen — me regala una sonrisa.

— ¿Ya estás leyendo el libro? — me muevo incómoda, con su mirada puesta en mí, niego.

— Me estás mintiendo

— Lo estoy leyendo, Jen. Pero tuve qué dejarlo — le entrego el libró, para qué lo registre y me cobré.

— No tienes qué temer a lo nuevo, Nuria.

— No entenderías si te lo digo — tomó la bolsa de papel, dispuesta a marcharme.

— Tal vez, sí.

— Adiós, señor Jen — camino hacía la salida, cuando Jen me detiene al hablar.

— Adiós, Nuria. Recuerda qué existe dos mundo — volteó a míralo — el real y el ficticio... Pocos pueden ver y saber si viven en una realidad o una fantasía — se va hacia la parte trasera de la librería dejándome confusa y una sensación no grata. Salgo rápidamente del local, caminó hacia la empresa Demion's.

                      ❄️🍂

 
  Al llegar a mi cubículo encuentro una pequeña carta en el escritorio, la palabra melifluo resplandece en el papel azul marino, mis pensamientos sé dirigen hacía mi jefe. Ansiosa tomó la carta, sacó un sobre dorado que sé encuentra en su interior con las letras en azul marino, las letras son delicadas y desprende elegancia.

                Melifluo

Eres es él sonido dulce qué me gusta escuchar, La sinfonía qué anhelo todo los días cantar.

Pd: No tengas miedo amarme, nunca me iré.

❄️

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Hola! Mis amores

Lo sé, no actualize...

Pero ya estoy aquí, vayan preparando mucho papel y pañitos, Elsy no tiene pensado rendirse.

Nos vemos en el próximo capítulo.