El día mil quinientos veintidós de mi vida fue cuando te cruzaste por primera vez en mi camino, con un cabello sumamente alborotado, las mejillas rosadas y un llanto insoportable, te encontrabas aferrado a un árbol porque no querías ingresar al jardín de niños, que infantil, pensé, sí, a mi corta edad de cuatro años llame a un niño de mi edad: infantil.
Y no fue todo, volviste a cruzarte en mi camino, estabas parado en el marco de la puerta de mi salón de clases y para rematar te sentaste junto a mi, ¡Junto a mi!, Mi corta vida estaba arruinada, no estaba preparada para hacer amigos y menos ser amiga del llorón, tenia una reputación de niña de cuatro años que cuidar.
Ese mismo día mi plan de alejarte de mí comenzó. No te dirigí la palabra, ni siquiera te voltee a ver, incluso cuando fuiste a tomar agua, hice algo que Diosito no me perdonaría, Te robe tu crayón azul, sabía que robar era malo, mi mamá siempre me lo dijo, pero era por una por una buena causa: que al día siguiente te sentaras con otro niño.
Que grande fue mi sorpresa cuando al día siguiente te volviste a sentar junto a mi, ¡Que masoquista!, Te había robado tu crayón azul, ódiame, soy una persona mala, ¿Tus papas no te advirtieron de esas personas?, la siguiente victima podría ser tu crayón amarillo, ¿No le temes a eso?, Claro que ya no estaba en mis planes robar, mi conciencia no me dejo dormir después de robarme ese crayón azul, prometí jamás hacerlo e incluso devolvérselo a el llorón.
Después de que mi malvado plan fallara, me resigne fácilmente, ¿Qué era lo peor que podía pasar?
Nota mental nunca, ¡Nunca! Digas "¿Qué es lo peor que puede pasar?" Solo estás retando a la vida para darte una patada en el trasero con mas intensidad que la vez anterior.
Fue un viernes cuando me hablaste por primera vez, no creí que te atreverías a tanto, creí que tú lenguaje se basaba en llorar, pero me alegre a pesar de todo, era el quinto día que asistía a ese lugar tan raro llamado prescolar y no había hablado con nadie, a excepción de la maestra cuando decía mi nombre completo y yo le tenía que responder "presente", aún no entendía porque, pero todos lo hacían, Recuerdo muy bien lo primero que me dijiste:
— ¿Quieres jugar conmigo en el recreo?
— Sí — Respondí un poco animada, porque a pesar de que era él llorón, y el primer día no quería sentarme con él, el que me invitará a jugar me parecía algo muy tierno.
Recuerdo que ese recreo hicimos pasteles de lodo y casi te comías un gusano, porque quisiste probar nuestra delicia culinaria.
Llegamos al salón de clases y todos nos veían, tenías la cara cubierta de lodo y yo las manos, la maestra no lo vio muy bien y nos cambió de asientos, todos creyeron que yo te obligue a comer lodo, podría ser una ladrona de crayones azules, pero una niña abusiva, jamás.
Aun separados por tres mesa bancos seguíamos en contacto, me lanzabas notas que no entendía, porque ni tu sabias escribir ni yo leer, pero era muy divertido.
Flashback
— ¡Julieta!, ¡Jason! — Grito lo suficientemente molesta la maestra que se podía ver una pequeña vena en su frente — ¿Por que están lanzándose papeles?
Nos quedamos callados, mirando el suelo.
— Si no van a hablar, excelente, ¡Fuera del salón!- Grito aun mas enojada y con la vena de su frente mas remarcada.
Salimos del salón. Por un lado estaba Julieta, feliz, porque así tenía mas tiempo de jugar sin que nadie los moleste, y por otro lado estaba Jason, llorando. Llorando como si del fin del mundo se tratara.
— Oye — Julieta lo llamo y toco su hombro — No hay porque llorar, ¿Quieres ir a hacer pasteles de lodo?, Pero esta vez no te los comas. — Sin respuesta alguna, Julieta lo tomo de ambas manos y lo guio hacia la caja de arena.
Jason se limpio ambos ojos y sonrió tan ampliamente que se podía distinguir que le faltaban tres dientes.
Fin del Flashback
Desde ese día no hubo fuerza humana que lograra separarnos, éramos como Timón y Pumba, claro que en ese entonces yo me consideraba Pumba porque a pesar de mis cuatro años era una niña muy alta, en cambio tu eras el mas pequeño del salón, y tal vez de toda la escuela, te quedaba grande el nombre de Timón, mejor dicho éramos como Tontín el pitufo y Pumba.
Fuiste mi único amigo de preescolar y no podía estar mas feliz con eso.
Pero de un día para otro tu papá consiguió un trabajo lejos de la ciudad y te fuiste, bueno, al menos eso fue lo que supe, porque no te despediste de mi, claro, me puse triste, pero ¿Qué podía hacer yo?, aparte solo faltaba una semana para librarme del tonto preescolar, creí que ya no era necesario tener un amigo, a fin de cuentas ya se terminaría mi vida escolar.
¡Pero no! aun faltaba la educación primaria, ¡Esto no estaba en el contrato mamá!
Seguir estudiando para mi fue una sorpresa, pero no era la única sorpresa que se presentaría en mi vida y de eso no tenia la menor duda.
¿Qué había pasado conmigo?, Nada, nadita, nada de nada, Tal vez la vida de las Julietas no es como te la pinta William Shakespeare, no es trágica, mucho menos romántica, solo era aburrida y monótona. Claro la niñez es divertida, Después de que Jason se fuera a quien sabe donde, Me hice de amigos, no eran muchos, pero definitivamente eran fieles y no había probabilidad de que alguno se fuera lejos.
Pero, ¿Qué había pasado con Jason Caruso?
Por supuesto que no empezare por donde estamos ahora mismo: el final. Así que voy desde el principio, y no, no hablo de preescolar, el principio donde Jason Caruso regreso a mi vida después de quince años sin saber nada de él.
Un buen lugar por donde empezar sería...
Hola, Querido lector, antes que nada gracias por estar aquí.
Esta es la primera historia que escribo, Acepto cualquier tipo de critica, observaciones, lo que sea, pero sin ofender, tengo mi corazoncito de pollito.
En fin espero que les haya gustado esta pequeña introducción. 🤝🏼
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¿Estamos bien?
Genç KurguLa vida de Julieta es una comedia, en cambio la vida de Jason es una tragedia. A veces es mejor terminar con el fiasco y decir que estamos bien.