VEINTIDOS

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Era noche buena, y todos se estaban arreglando para pasarlo con sus familiares y amigos. Jungkook sabía que ese día sería algo diferente. Comenzó su día con una manzana y un mensaje de buenos días de su bonito novio.

Estaba un poco nervioso, y emocionado, claro que se sentía así, si iba a tener una espuela cena virtual con su novio, ¿ya había dicho que era su novio? Bueno, en conclusión, ya quería tener su cena con Taehyung.

El reloj que le había comprado era precioso, estaba seguro que a su novio le encantaría. Con un listón de color amarillo que se encontró por ahí, hizo un pequeño milito, que pegó con cinta adhesiva, junto a una notita.

"Feliz navidad, osito.
Espero que te guste.
Te ama: Jungkook."

Que lindo.

Dejó el obsequio a un lado, mientras pensaba qué ponerse. Quería dejar a un lado su imagen de adolescente depresivo que no se bañaba. Quería verse bien para Taehyung, durante esos días se había empezado a sentir mejor, tentó física como mentalmente, había tenido una repentina ola de motivación, y decidió organizar un poco su vida.

Acomodó su cuarto, arregló su cama, y su apariencia. Cortó un poco su cabello, siguiendo tutoriales en internet, pues seguía castigado sin salir, dormía mejor, y se alimentaba mejor. Sus marcas no eran más que solo eso, pequeñas marcas blancas en sus brazos y en sus manos, que le recordaban diariamente el desastre que era.

Tenía pláticas virtuales con una psicóloga, una señora muy amable, con la voz más tranquila que había escuchado en su vida, claro que estaba avanzando, a su ritmo, pero lo iba haciendo. Tenía una manera de tranquilizarse después de pelear con su padre, solo era respirar, y contar hasta 100, mientras se repetía que todo estaría bien.

Todo estaba bien...

Si estaba junto a Taehyung, todo estaba bien.

Su padre adelantó su viaje a china, así que decidió adelantar su viaje con Taehyung. Irían a la misma casa en la que se dieron su primer beso, soohyun les había ayudado con la renta de esa casa por una semana. Jungkook tenía su viaje completamente planeado, todo sería tan especial, claro que si.

Solo pensaba en cada cosa que harían hasta que lo hacía sonrojar. Ambos estarían en una casa completamente solos,  y claramente no irían a hablar sobre la vida...¡oh, Dios! ¿Por qué pensaba en esas cosas? Estaba tan nervioso, ¿qué otras cosas podrían suceder?

Negó con su cabeza, mientras ponía una sonrisa boba y cerraba los ojos. Estaba muy enamorado, de verdad lo estaba. Aún no entendía como una sonrisa rectangular y ojitos de color chocolate lo había enamorado de tal manera, quería llorar, gritar, patalear o correr, aún no sabía porqué se sentía así, todas esas cosas que le pasaban eran emocionantes y aterradoras a la vez. Nunca se había sentido así, más bien, si lo había hecho, pero no de la misma intensidad. Así como cuando era pequeño, no sabía la razón por la cual se emocionaba a ver a Hoseok, no sabía porqué su corazón latía tan fuerte, pero ahora lo sabía, y lo vivía con mayor intensidad.

Esto era parte de un cambio, estaba comenzando a aceptarse como era.

Se sentía bien.

Abrió un cajón para buscar un reloj para ponerse, y sin querer, se topó con un pequeño frasco. Frunció su ceño, tomándolo y lo sacó del cajón, dándose cuenta que se trataba de un lipstick de cereza. ¿Desde cuando estaba eso ahí? Seguramente Soohyun lo habría dejado la última vez que estuvo ahí. Lo miró con gracia, analizándolo.

 ❝ homofobia ❞  [Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora