NOMINREN

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Un monstruo, un monstruo de verano. Así era como Renjun describía este tipo de locura paranormal que le sucedía a él y a Jeno hacían dos años. El verano de por si trae consigo nuevas experiencias, nuevas costumbres y cambios hormonales que aún les surgían, pues sus cuerpos ya no eran los mismos. Sin embargo, este cambio fue algo que nunca esperaron recibir.

Hacía años que no se dirigía la palabra con Jeno luego de aquel incidente. Pero el estar viviendo esta locura, meritaba llamarlo, y así fue como terminaron pasando tiempo juntos, solo por él. Renjun jura que jamás había quedado tan impactado como aquella noche, aterradora, pero la noche que más feliz le hizo. Sin importar cuanto lloró, estaba feliz de verlo nuevamente.

Al principio pensó que estaba loco o que estaba soñando, pero el tiempo pasó y si alucinaba realmente nada logró quitarselo. Jeno pensó que había enloquecido, no lo culpaba, ya que él también lo pensó, pero cuando el rubio también vió lo que él, supo que era real.

Jaemin había muerto cuando tenían catorce, calló al agua desde un alto puente o eso supusieron todos. Pero ellos lo veían, era aterrador para ambos. Querían convencerse de que quizá no murió y encontraron un cuerpo erróneo. Pero Renjun lo vió, él entró sin preguntar y lo vió sobre aquella camilla de hierro y lata como la llamaba él. Su dolor fue tal que la depresión lo consumió por mucho y nunca más habló con ninguno de sus amigos, mucho menos con Jeno.

Lo culpaba, ese día Jeno le dijo a Jaemin que lo esperara en el bosque lejano para aclarar cosas, pero no sabía exactamente dónde. Renjun lo sabía bien, Jaemin era, lamentablemente, su mejor amigo y le contaba todo. Jeno y él se besaron, pero ninguno se explicaba cómo pasó ni por qué, lo cual causó que se distanciaran un poco. Jaemin se deprimió, Jeno también lo hizo, pero el más deprimido era él al saber que sus sentimientos fueron indirectamente y no a sabiendas, rechazados. Jaemin era su todo y Jeno se lo arrebató sin siquiera haberlo tenido primero.

Renjun lo llamó, pero Jaemin no atendía, por lo que decidió ir por él aunque supiera que quería estar con Jeno a solas. Al menos solo quería asegurarse que estaba bien. Sin embargo, Jeno no llegó nunca, y Jaemin no estaba ahí. Lo llamó a gritos, suplicando que nada malo le hubiese pasado pues no estaba en su casa. Quizá ese idiota lo hizo llorar y se escondió. Se dijo a si mismo, pero grandes fueron su sorpresa y su dolor al ver que nada con lo que se había tratado de convencer y apaciguar su mal presentimiento, era real.

El puente había perdido tablas, un agujero enorme estaba en medio de este. Corrió abajo por el otro extremo, el agua corría con fuerza pero no le importo, bajó. Y comenzó a gritar el nombre de Jaemin, las lágrimas corrían por su rostro, su corazón latía rápido. Corrió para llegar al final del río, pero no hubo respuestas, ni vistas, ni nada. Llamó a la policía y a los padres del menor.

Esperó por un mes, se la pasaba revisando el celular, aún con ese rayito de esperanza de que Jaemin le dijera por mensaje o llamada o lo que fuera: "Estoy bien, solo escapé, lo siento Renjunnie. ¿Me perdonas?". Pero nada llego en todo el mes, y culpó a Jeno, lo culpaba de todo y ya no era su amigo, ahora era su mayor fuente de odio e ira. Hasta que se corrió la voz de que lo habían hallado... pero no precisamente vivo. La vida ya no era igual, no tenía amigos, no tenía a nadie. Hasta que...

- ¡Renjunnie! ¡Estamos en casa! - Su voz... Su hermosa voz. Dios, lo amaba tanto.

- No es mi casa. - Bufó Jeno.

- Ya, no seas gruñón Jeno, arruinas mi humor. - Se quejó Jaemin y corrió hacia Renjun. - Te tengo una sorpresa~. - Jaemin sacó su dulce favorito de detrás de su espalda. - Dulces para un dulce. Aunque estoy seguro de que no es tan dulce como tú.

Renjun se sonrojó y agradeció. Jeno rodó sus ojos y tomó la cintura del menor. - Nana, ayudame a cocinar.

- Pensé que posdríamos ir los tres a hacer un picnic, por eso traje tantos dulces y sandwiches. - Dijo el peli-negro, jugando con sus dedos.

𝕠𝕟𝕖 𝕤𝕙𝕠𝕥𝕤 ; 𝕟𝕠𝕞𝕚𝕟𝕣𝕖𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora