· Capítulo 40: Reencuentro I·

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– Oye, Porco.

– ¿Qué quieres ahora, ojos saltones? – La observa con mala cara de reojo.

– ¿Sabes que hablas en sueños?

– ¿Ah? ¿Y que se supone que decía?

– "Oh, sí, no pares, sigue, sigue, me encanta como te mueves sobre mi" – emula la chica con aparente emoción.

– ¡I-idiota! – Tartamudea poniéndose colorado e intentando agarrar a su compañera para agredirla – ¡Que sea la última vez que vienes a despertarme!

– Era broma – ríe ella, entrelazando sus dedos con los de él para retener su fuerza –. Pero vamos... – alza las cejas –, que no me lo niegues significa que sí has soñado con algo así.

- ¡Serás desgraciada! – Le grita mucho más abochornado por haber caído en su juego y aprieta los dientes, a la vez que ejerce más presión – ¡Si no te golpeo es para evitar más lagunas mentales y así dejar cuanto antes de ser tu maldito niñero!

- Tendré que aprovechar el bug entonces – sonríe con aparente inocencia.

- ¡Tú...!

Había pasado 1 semana desde que Amadahy se había infiltrado con la apariencia de Elisabeth Williams a Liberio y durante ese tiempo, había estado "a cuidado" de Porco Galliard. Esto se debía porque, nada más entrar al guetto, el rubio la llevó al hospital para comprobar su estado tras la caída del barranco, una vez allí la nativa se las apañó para hacer creer al médico que tenía amnesia y que, por eso, no recordaba algunos lugares o su vida antes del golpe. El profesional dictaminó que se tomara unos medicamentos que le favorecerían a recobrar la memoria y que no se separase del guerrero, pues tener a alguien de confianza al lado ayudaría a retomar la normalidad, cosa que a Porco, no le agradó nada.

– Sigo sin creerme que ese medicucho dijera aquella tontería – cansado, detiene la pelea que parecía más un juego y continúa andando por los pasillos –, ¿qué confianza podía haber entre nosotros si en ese momento llevábamos apenas 2 horas conociéndonos?

– Bueno – le sigue –, dijo que no lo parecía.

– Eso es porque tú misma te tomas demasiadas confianzas, no paraste de gastarme bromas pesadas incluso cuando te estaban auscultando.

– Ah, ¿sí? ¿Cómo qué?

– ¡¿Cómo qué?! – Repite, con un movimiento exagerado de manos – ¡Cuando te estabas quitando la camisa y yo me estaba marchando, dijiste que podía quedarme porque como me habías visto ya el pe...pe...! – Al no poder decir la palabra en alto, la omite – ¡Que no había porqué existir vergüenza entre nosotros!

– Pero eso es verdad, me enseñaste el pene nada más conocernos – dice sin más la dakota.

Justo en ese momento pasaban por al lado cuatro soldados, los cuales se quedan mirando con cierto menosprecio al muchacho, Porco podía leer entre líneas que esas miradas significaban: "maldito pervertido".

– ¡¿Cuántas veces tendré que decirte que no fue así!?! ¡Me pillaste meando, joder! – La zarandea con brusquedad, muy avergonzado por la situación – ¡Y no lo digas de esa forma y menos en alto! ¡Me vas a hacer parecer un exhibicionista!

– Ay, que dramática – rueda lo ojos.

– ¡No te soporto! ¡Espero que encontremos pronto los dichosos documentos que buscas, para que así recuperes tu maldita memoria y me dejes en paz! – Sacude a la joven con más ritmo, haciendo así que el cuello de ella peligrase.

ЄИGЄL MӨЯGЄИ · Attack on Titan / Shingeki no KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora