Tras la batalla de Eren contra la Titan Femenina y capturar a ésta, unos soldados del Reconocimiento hallan a una joven a las afueras de la muralla Rose, es decir, lo que antes era la muralla María. No se explican cómo ha podido sobrevivir con los t...
- Y... listo – indica en voz alta Connie al terminar de maniatar a una joven que intentaba quejarse, pero un impedimento en su boca le impedía hablar –. Ella era la última.
- Bien, entonces tú y Sasha quedaros junto a Hanji y el resto de soldados vigilando a los rehenes – ordena Levi.
- ¡No es justo! Yo quería ver a Amy bailar... – lloriquea entre susurros la castaña.
- ¿Esta es la bailarina? – La nativa, tapada por completo por una túnica negra con capucha, se pone de cuclillas para posicionarse a la altura de la fémina que acababa de ser atada – Que pelo rojo más bonito tiene... – se sincera sosteniendo un mechón de su pelo.
- Eh, psicótica, deja de coquetear y ve yendo al carro – le agarra del hombro para obligarla a levantarse –. Quedan menos de 3 horas para la función y cada uno debe estar en su posición.
- Ya voy, ya voy. No hace falta que te pongas celoso, de momento solo me van los chicos – bromea caminando hacia la salida –. Oh, menos tú Sasha, tú eres la excepción – mira hacia atrás para contemplar a su amiga –, solo tú haces que mi corazón palpite como una patata frita~ – canturrea entrelazando sus dedos y bombeando su pecho.
- Amy... – suspira la nombrada, uniendo sus propias manos como una enamorada.
Ambas reciben una severa mirada del Capitán para que dejaran sus tonterías a un lado y en seguida retoman la compostura, querían prevenir ciertos golpes a los que estaban acostumbradas, una más que la otra.
Cuando Amadahy entra a la parte trasera de la carroza, Armin, Jean, Historia y Eren, ya estaban ahí, estos dos últimos disfrazados iguales cuando fueron a Dauper, además de llevar una capa como el resto. En cuanto se acomoda en su asiento, sienten como los caballos comienzan a trotar, significando que tanto Levi como Mikasa habían iniciado la marcha para acceder a Mitras.
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Al cabo de una media hora, llegan al acceso de la muralla más céntrica, donde una muchedumbre vestida de gala hacía cola para entrar al espectáculo que se realizaría en un rato. Los Ackerman – también disfrazados –, se ojean entre ellos, ahí comenzaba la primera etapa del plan, conseguir entrar.
- Vale, nos hacemos pasar por los trabajadores de la obra, pero ¿cómo conseguimos entrar? Porque para acceder al Muro de Sina desde afuera, se necesitan permisos – musitó Levi.
- El papeleo deberá estar en el vehículo o en su defecto, que lo tenga encima alguno de ellos – pensó Erwin en voz alta.
- Exacto, una de las razones por las que debemos retener a los originales – señaló la heterocromiense.
- ¿Autorización? – Interpela un guardia con cara de pocos amigos y voz grave.
