· Capítulo 36: Luna ·

861 68 41
                                    

- Uno..., dos..., tres... No, así no, Jean.

- L-lo siento...

- Uno, dos..., tres... Tampoco, repetimos. Uno..., dos..., ay – se queja ella por el pisotón.

- ¡Perdona, perdona! – Pide disculpas repetidas veces con la cabeza –. ¡No consigo pillar tu ritmo...!

- Eso es porque no me agarras bien... – Le obliga a rodear el brazo por su espalda y que se aferre a su estrecha cintura – Así.

- ¡N-no puedo! – Se aparta de repente, dándose la vuelta.

- ¡Sí que puedes, yo confió en ti! ¡We can do it! – Flexiona un brazo con fuerza mientras que con la otra mano se arremanga y le aparece de repente un pañuelo atado en su cabeza.

- ¿Por qué... me elegiste a mí en primer lugar? – Cuestiona el castaño intentando mirarla de reojo.

- Pues aparte, de que necesitaba a alguien con la misma altura que yo con tacones... – hace una pausa –, eres un buen bailarín.

- No sé porque dices eso...

- Está claro, porque en aquella fiesta cuando aún éramos reclutas y bebimos un poco, saliste al medio de la sala y... – rememora con un dedo alzado.

- ¡No sigas! ¡Y borra eso de tu mente! – Grita abochornado.

- Todos dependen de nosotros, Jean, debemos de dar lo mejor que tengamos – se posiciona frente a él, le coge de las muñecas y las alza hasta casi a la altura de la cara –. Por eso, estoy segura de que aquí a 7 días nos convertiremos en unos magníficos bailarines de Tango – sonríe decidida y con ojos en forma de estrella.

- Yo... – desvía la mirada con una sonrisa nerviosa – no lo veo tan claro...

- Jean, piénsalo así – pasa su brazo por su espalda y lo deja caer a un lado de su cuello –, si todo sale bien, seremos los héroes de la misión y seremos recordados como los mejores infiltrados de la historia – con la mano libre la lleva hacia arriba y con lentitud la desplaza de izquierda a la derecha.

- ¿A dónde miras? ¿Qué se supone que tengo que ver? – Pregunta moviendo los ojos de ella a la nada sucesivamente.

- Se supone que tenías que imaginártelo – entrecierra los orbes con decepción y manteniéndose en la misma posición –. En fin – se separa y da dos palmadas –, menos cháchara y más mover esos pies. Sigue el compás que te marque y haz los pasos tu solo, luego probaremos los dos juntos.

- ¿Pero y el descanso?

- ¿Descanso? – Coloca una mano en su hombro y aprieta – Aquí no hay de eso y tenemos todavía "muuuucho" por delante... – sonríe con un aura de intimidación.

El castaño traga saliva a la vez que asiente con efusividad y obedece la indicación de la veinteañera sin rechistar, es cierto que se alegraba de haber sido el elegido para ser su acompañante en el baile, pero no se imaginaba que debería entrenar tan duro.

Amy marca la armonía con sus manos, sus pensamientos rememoran unos días atrás cuando Levi le hizo la encerrona con Erwin y los tres mantuvieron la ideación del plan para entrar a Sina.

- ¡Yo! – Saludó ella al estilo japonés, ocultando el nerviosismo que le generaba el estar frente quien había sido su tutor en todo ese tiempo.

Los de alto cargo se miraron entre ellos con incomprensión, les pareció muy extraño esa manera de decir hola, aun así, decidieron no darle muy importancia, estaban hablando de Amadahy, al fin y al cabo.

ЄИGЄL MӨЯGЄИ · Attack on Titan / Shingeki no KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora