ЄИGЄL MӨЯGЄИ · Attack on Titan / Shingeki no Kyojin

· Capítulo 43: Alucinación ·

Porco pica la puerta de su compañera por quinta vez aguardando a alguna respuesta, su paciencia se iba perdiendo por cada toque que daba, eran las 8 de la mañana y no quería acabar a gritos tan tempano. Algunas personas pasan por su lado, observándole como llevaba ahí parado desde hacía unos minutos y pareciendo ser ignorado. El rubio ya harto de esperar en vano y sintiéndose humillado por las miradas que recibía, estalla.

– ¡¿Qué narices haces, ojos saltones?! ¡¿Cuándo piensas salir?! ¡¿No me suplicaste que fuésemos a la Feria juntos?! ¡Despierta, joder! – Entra al cuarto de sopetón.

Su semblante de enfado pasa a uno de desconcierto al no encontrarse con la presencia de "Elisabeth" y pestañea incrédulo. Se adentra un poco más, la mochila que había visto alguna que otra vez no estaba, luego se acerca a la litera, la cual está intacta y eso le lleva a pensar lo que estaba ocurriendo: no había pasado la noche allí. Dubitativo se rasca la nuca, << ¿Dónde está? ¿Por qué no ha dormido en su habitación? >>, medita.

De repente, el suceso de la taberna viene a su mente: el rostro angustioso de ella mientras golpeaba la mesa y se levantaba para irse. Todavía no comprendía que había ocurrido para que reaccionase así, pero lo único que podía suponer es que esa podría ser la razón por la que no estaba en su dormitorio.

– ¿Se puede saber que te molestó tanto...? – Murmura cabizbajo, metiendo las manos en los bolsillos.

– Buenos días, Pokko.

– ¡Me cago en la...! – Ahoga un grito por el susto – ¡Por Dios, Pieck, no hagas eso! ¡¿Cuántas veces te lo he dicho?!

– Lo siento, pero es tu culpa por bajar la guardia – sonríe –. ¿Qué haces? ¿Buscas a alguien?

– Sí, a la idiota de Elisabeth, no sé dónde demonios está – realiza una mueca de inquietud.

– Pareces preocupado – ladea la cabeza, alzando una ceja.

– ¿Preocupado? ¿Yo? ¿Por ella? Já – se cruza de brazos –. Ni que fuera lo suficientemente importante como para permitirle que me genere eso. Ni hablar, estoy molesto, muchísimo. ¡¿Por qué cojones se pone tan pesada con que la lleve al Día de la Alegría y luego desaparece?! ¡No lo entiendo! – Grita, ofendido.

– Tal vez ha preferido ir con otra persona – eleva los hombros.

– ¿Me estás sugiriendo que me ha dado plantón? – Entrecierra los párpados.

– Eso o que... – su voz serena cambia a una seria – anoche se topó con algo que no contaba y se ha visto obligada a cambiar de planes.

– Algo con que no contaba... – repite Galliard, reflexionando los últimos momentos que tuvieron – ¿No me digas que de verdad se molestó por hablarle de otras chicas? Creía que Zeke lo dijo por decir...

– ¿Quién sabe? – De nuevo, vuelve a su habitual cara.

– Está claro, necesitas clases de seducción – manifiesta de gafas, apareciendo de la nada al lado de Pieck.

– ¡Santa mierda...! – Ahoga un grito – ¡Dejad de hacer eso!

Zeke ríe por la reacción de Porco y él, rechina los dientes, molesto.

– Bueno, espero que la localices pronto. Pieck-chan y yo nos vamos ya, queremos ver la apertura de la Feria.

– Eres tú quien quiere ver la cabalgata y quitarles los caramelos a los niños – indica la morena con cierto tono de burla.

– Ay, Pieck-chan, no me delates... – hace un gesto dramático, mientras se camina hacia la salida.

– ¿Vienes con nosotros, Pokko?