Capítulo 38

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A la semana siguiente Aika ya estaba cansada de que las de primero la siguieran, se querían asegurar si estaba bien del brazo, pero ya era viernes así que podría descansar. La pelinegra no comprendía su interés, pero ya estaba cansada de las sonrisas tontas que le daban, más aún cuando algunos chicos de segundo le preguntaron cómo había sido huir de Hiromu, ella recordando aun como gritaba su nombre.

Había dejado a sus amigas en la clase de informática y estaba frente a su casillero sacando unos libros, secretamente esperaba encontrarse con Rikako, no le veía desde el almuerzo cuando la castaña le había sonreído toda la hora, aun se sentía en las nubes. Intentaba hacer toda esa ardua labor sin chocar su yeso con el metal, cuando cerró la puerta se encontró con una chica de dientes ligeramente grandes que había visto antes, pertenecía al grupo popular, pero de las de primero. Le sonreía coquetamente mientras vestía el uniforme de deporte, Aika sonrió por educación.

- Hola... Mmm.

- Nana, es un placer ¿Aika Kobayashi?.- Preguntó dándole un beso en la mejilla y observándola con interés.

- Si, esa soy yo.- Dijo sin comprender y torció el cuello, juntando las cejas.- ¿Me buscabas?

Nana río tímidamente y la miró pestañeando.

- Eres más adorable de lo que me habían comentado.- Confesó y Aika abrió los ojos.

- ¿Te... te han hablado de mí?.- Preguntó aun sin creérselo, como de una chica invisible ahora era conocida por media escuela. (¿Cómo te explico?)

- Claro, este año has sido el centro de atención en los problemas, aunque tienes antecedentes del año pasado con la guerra de comida.- Dijo riendo nuevamente, sus ojos cafes brillaron con coquetería.- También cuando sucedió lo del capitán del equipo, dijeron que echaste una buena corrida.

- Ah, Hiromu no podría haberme alcanzado si no fuera porque me distraje.- Dijo en broma mientras guiñaba. (Tremendo problema en el que te metiste)

- Si, todos hablan de eso ¿Cuándo te quitaran el yeso?.- Preguntó acariciando extrañamente el brazo bueno de Aika, la pelinegra se sintió un poco incomoda.

- Bueno... dentro de otras dos semanas.- Arrugó la nariz al sentir un perfume muy conocido para ella.- Oye... tú de casualidad conoces...- No terminó de hablar ya que la menor estaba muy cerca de ella.

- ¿Si...?.- Preguntó fingiendo inocencia y tomando la mano de la pelinegra, Aika quería concentrarse, pero el perfume de Rikako la confundía.

- Eh... bueno... conoces a....- Dejó de hablar cuando escuchó un carraspeo a su espalda, casi de inmediato Nana se apartó de Aika con los ojos abiertos.

- Rikako.- La menor dijo su nombre como si se tratara de una profesora, Aika volvió a verla y allí estaba la chica de la cual estaba enamorada.

Rikako vestía su uniforme de porrista, sólo que llevaba el cabello suelto y cruzaba los brazos, sus ojos cafes parecían cuchillas sobre la joven niña castaña. (El tacón no es una opción, dale ahq)

Aika no pensó, quería quitar esa expresión de enojo del rostro de Rikako, pero al verla no pudo evitar formar una sonrisa de amor hacia su chica.

- Aida-san.- Dijo con una voz dulce logrando captar la atención de Rikako, que hace tan solo unos segundos estaba mirando a la niña que temblaba de pies a cabeza.

Rikako relajó su rostro, pero siguió con el fuego oscuro en sus ojos, observó a Aika con una actitud irritada.

- Conque hablando con las de primero ¿Uh?.- Preguntó en un tono amargo, Aika asintió con la cabeza, pero torció el cuello.

- Sí, estaba hablando con Nana.- Dijo mirando a la chica tras ella y le sonrió, la de primero fue tan descarada que le devolvió la sonrisa, aunque esta se borró al ver el rostro de Rikako. (Yo amo a Nana pero sigo sin superarlo ajhdbakjak)

- Yo... bueno, quería decirte que Arisa te busca, quiere verte en las duchas, ella es amiga de mi hermana y me pidió el favor.- Dijo evitando mirar los ojos furiosos de Rikako mientras observaba a Aika.- Solo quería decirte eso, nada más.- Dijo lo último mirando a Rikako antes de despedirse e irse por el pasillo.

- ¿Qué la habrá pasado? Parecía asustada.- Comentó Aika confundida por la actitud de la chica, luego pareció entender las palabras.- ¿Para qué querría verme Ari? ¿Por qué no te lo pidió a ti?

- Yo que sé, estaba ocupada.- Dijo rodando los ojos, aunque volvió la atención a Aika.- ¿No que no te gustaban las bajitas?.- Preguntó en un tono cortante. 

Aika frunció el ceño, intentando captar la insinuación, la chica había sido amable, pero ella prefería a las chicas como Rikako.

- No todas son malas.- Dijo pensativamente y luego sonrió.- Tu hermana es encantadora.

- ¡Ja! Claro, supongo.- Dijo la castaña, apretando los dientes y actuando con la actitud diva que tanto caracterizaba a Aina.

- ¿Estas enojada?.- Preguntó un poco divertida, Rikako río más fuerte y negó.

- Ya quisieras.

- ¿Cómo te va con tu novio?.- Preguntó la pelinegra un poco disgustada ya que ayer los había visto juntos, no se habían besado, pero no estaba segura que duraría así por siempre.

- ¿Hiromu? Él está perfecto, estamos de maravilla.- Mintió descaradamente y luego alzó la barbilla mientras mostraba una sonrisa hipócrita.- Besa mucho mejor que tú.

(Ya veremos, dijo el ciego)

Aika se tensó, pero sonrió con diversión. 

- No parecías opinar eso la última vez.- Dijo logrando que Rikako pestañease, pero, pronto para su gusto, recuperó la arrogancia que la caracterizaba.

- ¿Ese beso tonto? Pues sólo lo hice para saber cómo era besar a una chica, nada más y fue patético...- Comenzó a callarse cuando Aika se acercó con los ojos oscuros en fuego, la sujetó de la cintura con su mano sana y la apoyó contra los casilleros.

Al parecer era su posición favorita. Rikako colocó las manos en su estómago, pero sin intentar apartarla.

- ¿Ah sí?.- Dijo la pelinegra con un tono venenoso en sus palabras.- ¿No te gustó?

- No me movió ni un pelo.- Afirmó sintiendo la respiración de Aika quemarle los labios.- Para nada, creo que incluso deberías besarme otra vez para demostrarte que no es así.

(No es una mala idea la verdad)

Aika entrecerró los ojos, pensándoselo, la miró con intensidad y Rikako se sonrojó.

Acercó el rostro y con su nariz acaricio la de la castaña, también rozándola por la mandíbula y sus mejillas. Le dejaba un rastro de besos calientes por el rostro y luego fue hasta su oreja y la mordió con suavidad, logrando un gemido ahogado de Rikako.

- Aika....- Dijo con la voz cargada de emoción y la pelinegra río sobre su piel.

No la besó, siguió dándole pequeñas caricias en su rostro para luego juntar sus caras y apoyar su frente contra la suya, con sus labios prácticamente rozándose. Sus ojos estaban en los de Rikako. Se moría por besarla, pero prefirió sonreír cuando la castaña cerró los ojos, esperando el beso, y se separó de ella.

- Pues dile a tu novio que te bese, ya que el si logra moverte ¿Verdad?.- Dijo burlonamente al ver como Rikako seguía apoyada de los casilleros, con los ojos cerrados.

Rikako abrió los ojos y observó a Aika, antes de que su rostro se tornara rojo y mirara a la chica con furia, apretaba los puños y Aika comenzó a reír.

- ¡KOBAYASHI!.- Gritó enojada dispuesta a darle un puñetazo en la nariz y antes de que pudiera, Aika salió corriendo mientras sus carcajadas sonaban por todo el pasillo.

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