Extra #3

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A Rikako no le interesaba en lo más mínimo Hiromu Sakurada, era atractivo, pero nada más. (Alguien desayuno mal hoy)

No parecía pensar en otra cosa que, en el mismo, seguramente su cerebro era del tamaño de una nuez (Completamente correcto) considerando que reprobó informática. ¡¿Qué clase de idiota suspende informática?! (Es como reprobar deportes) Pero allí estaban, otra vez, frente al casillero de la castaña con el muchacho rogándole por salir a tomar un café. ¿Enserio? ¿Un café? ¿No pudo pensar en algo más original?

Además, el corte de pelo que llevaba le hacía parecer un pincho, sin ánimo de ofender.

(Por supuesto que fue con esa intención)

-¡Vamos, Rikako!-la castaña guardaba sus libros dándole la espalda, razón por la cual el chico no pudo verla rodando los ojos .- No te resistas, sal conmigo ¿Sabes cuántas chicas se mueren por esta oportunidad?-(No, por que no hay nadie) peinaba su cabello con sus manos y sonreía de forma burlona, pero irritante.

Le recordó a la sonrisa divertida que casi siempre mostraba Aika, la castaña sacudió la cabeza. Claro que no, la sonrisa de Aika era miles de veces más encantadora y le hacía sentir piruetas extrañas en el esestómago

(Totalmente de acuerdo)

Un tema que, desde hace unos meses, llevaba preocupando a Rikako como también molestándole. Era un fastidio, no podía estar en la misma habitación que la pelinegra sin sentirse insegura y nerviosa. ¡Así no era ella!¡Aida Rikako no actuaba así y menos por una chica! Aika era tan....¡Ahg! Ni siquiera quería pensar en ella las veinticuatro horas del día ¡No caería tan bajo! Volvió a ver al chico, frunciendo el ceño al verlo pero aun así sonriendo ya que eran amigos, y por mucho que la irritara, debía tratarlo bien.

-No, Hiromu. Ya te dije, no quiero salir con personas del grupo-sonrío coqueta antes de colgarse la mochila al hombro.

Hiromu se acercó a ella, queriendo acorralarla contra los casilleros, pero la castaña colocó una mano en su pecho alejándolo.

-Rikako, te aseguro que conmigo vas a pasarlo de maravilla-(eh, no gracias ¿te recuerdo que no tuviste ni los huevos bien puestos para salvarla?) afirmó con ojos seductores y relamiéndose los labios, Rikako torció la boca pensándolo. - Es una tontería que digas eso, no importa si soy del grupo o no, eres muy linda y quiero llevarte a salir ¿No entiendes?

Rikako se le quedó mirando, pensando seriamente si aceptar o no. Su mamá le había dicho que a esta edad empezaría las citas con los chicos, todo el rollo de lo novios y esas cosas. No estaría mal ¿Verdad? Hiromu era guapo (póngale un detector de mentiras), de buena familia, popular y seguramente el próximo año se uniría al equipo de la escuela. Era un buen partido.

Además le había dicho que era linda, Rikako sonrió aunque de todas formas pensaba negarse. Esperaría unos años más, aún no estaba interesada en el romance en su vida.

-Mira, Hiromu quiero aclarar que....-comenzó a hablar intentando no apartarlo, con su dedo empezó a trazar la mandíbula del chico que sonreía idiotizado, pero se interrumpió al escuchar risas.

Los dos voltearon, en el pasillo estaban el grupo de Aika y sus amigas (thomas and friends). Rikako las miraba, intentado entender que era lo gracioso y quedando desconcertada por pensar en lo linda que se veía la pelinegra con las mejillas sonrojadas y los ojos cerrados mientras se carcajeaba.

-¡Pero, Kyan! No puedes, tu mamá no va a estar de acuerdo-la baja, Rikako recordaba que se llamaba Ai, le dio un empujón en el hombro.

-Rikako-el moreno intentó hablar, pero Rikako lo acalló colocando un dedo en sus labios, quería escuchar.

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