Capítulo 43

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Era miércoles y Aika se había encargado de evitar a la castaña, cada vez que Rikako intentaba acercarse ella huía. (Cobarde) Algunos en el colegio la miraban, pero ella no les hacía caso, también estaba el problema de que tenía que evitar encontrarse con Hiromu y sus amigos. Por suerte King estaba feliz de la vida con Arisa, oficialmente ya estaban saliendo o así quedó cuando el lunes fueron por el pasillo tomadas de la mano, mucha gente quedó sorprendida, pero las amigas de King estaban felices. (Después de mucho tiempo Arisa dejó de fresearse)

- ¿Cuánto tiempo vas a seguir huyendo de Rikako?.- Le reclamó Anju mientras estaban en el aparcamiento.

Aika se recostó del capo y sonrió, no quería hablar de este tema y la mejor forma de evitarlo era bromeando.

- Ella no está lista para mi belleza, así de simple.- Ladeó la cabeza, estaba muy feliz.

(No es que tu estas pendeja o que mija)

- Rompió con su novio.- Le recordó la castaña mientras se cruzaba de brazos.

Aika ya estaba informada al respecto, eso fue lo primero que le dijeron cuando llegó el lunes, estaba muy feliz. Aunque fingió sentirse indiferente.

- Felicidades, así Hiromu va a querer matarme con más razón.- Se burló aunque arrugó el ceño, al ver que era todo lo contrario.

- Pues yo no creo.- Dijo Anju observando lo mismo que la pelinegra.

En una de las mesas estaba Hiromu riendo mientras intentaba acercarse a Aina, la chica se apartó de el e intentaba huirle, pero Hiromu la sostuvo de la muñeca mientras Naoto reía.

Aika sin saber muy bien comenzó a ir hasta ellos, escuchaba a Anju llamarla, pero sus ojos asesinos estaban en Hiromu mientras sonreía.

- ¿Ahora te quieres tirar a la amiga de tu ex? Qué poco varonil.- Le dijo soltando una carcajada, Hiromu al verla apretó los puños, pero sonrió.

- Estoy en el mercado, yo me tiro a quien quiera, bollera.- Dijo sujetando a Aina, la pelinegra llegó hasta él y le dio una patada en la rodilla.- ¡Mierda!

(¡Por puto!)

Aina se soltó mientras el chico se encogía de dolor y fue hasta los brazos de Suwa, que estaba llegando, la chica la abrazó con fuerza y miró con mala cara a Hiromu.

- Por esa razón te dejaron botado, no vuelvas a tocar a mi novia.- Suwa dijo amenazante y a pesar del miedo de Aina, la chica le sonrió feliz.

- Todos son unos idiotas, yo dejé a esa zorra.- Dijo Hiromu levantándose mientras planeaba arrojarse contra Aika.

- Yo que tu pensaría bien antes de hacerlo, si te detienen por una pelea otra vez, te sacan del equipo.- Mostró una sonrisa triunfadora y Hiromu hizo una mueca, Aika sabía que estaba en lo correcto.

- No importa, puedes quedarte con esa perra. Te dejo los restos, es una sucia que se tiraría a cualquiera.- Sonrío con arrogancia y Aika sintió la sangre arderle, apretó los dientes.

- A mí no me van a hacer nada por otra pelea más.- Dijo levantando los puños, le daba igual si la expulsaban, le iba a dar un golpe a ese idiota. (eSO MAMONAAAA, SIN MIEDO)

- ¡Aika!.- Le llamó una voz conocida.

Rikako la sostuvo por el brazo, evitando que fuera hasta él, llevaba el uniforme de animadora y su cabello estaba sudado mientras observaba con reproche a la pelinegra. Aika la observó con incredulidad, ya que no le hablaba desde hace muchos días.

- Hazle caso a la zorra, Kobayashi.- Le dijo Hiromu riendo, aunque nadie parecía seguirle la broma.

El rostro de Aika estaba rojo y apretaba los dientes, intentó acercarse, pero Rikako la sujetó con más fuerza e intentó jalarla.

- Aika, déjalo. No vale la pena.- Le dijo fulminándola con sus ojos cafe, Aika frunció el ceño.

Enojada, se soltó de Rikako, mientras caminaba dando pistones, hasta el auto de Suwa. La castaña la siguió, junto con Suwa y Aina.

Cuando llegó, la castaña le iba a decir algo, pero, al ver su enojo, se calló. Aika se subió al auto, dando un portazo y se cruzó de brazos en el asiento.

- Vamos, yo las llevo.- Ofreció Suwa dándole un tierno beso en los labios a Aina, quien sonrió.

Anju y Rikako aceptaron, la pelinegra sospechó que fue un plan de su amiga, ya que junto a ella se sentó Rikako mientras que Anju quedaba en el otro extremo y la animadora iba adelante con Suwa. Aika ignoró por completo a Rikako mientras apoyaba la cabeza en el cristal, Suwa y Aina hablaban, pero aun así todos podían sentir la tensión entre las dos chicas.

- Aika ¿Me vas a hablar?.- Le susurró la castaña, recibiendo el silencio de la otra chica, suspiró, aunque ahora más irritada.- Mira, fenómeno, te estoy hablando.

- Cállate, Aida.- Le dijo por debajo aun mirando por la ventana, no quería escucharla, no si iba a hablarle para rechazarla o burlarse.

(Pendeja)

- Aika.- Dijo la castaña ya rendida e intentó tomar a Aika de la mano, la chica la apartó y Rikako volvió hablar con la voz rota.- Aika, yo....

- Llegamos.- Dijo la pelinegra cuando Suwa se estacionó frente a su casa, se colocó la mochila.- Hasta luego, chicos.- Se despidió y todos hicieron lo propio, menos Rikako, que se desabrochó el cinturón y se bajó con ella.

- Pueden irse sin mí.- Les sonrió y le hizo señas a Aina de que llamaría más tarde, asintió y se fueron.

Aika la miró con una mueca, se encogió de hombros y fue hasta su casa, pero alguien la detuvo del brazo.

- Aika, no puedes ignorarme toda la vida.- Le dijo intentando captar su atención, la pelinegra no volteó a verla y Rikako se colocó frente a ella.- Mírame.

- ¿Por qué mierda te quedaste? Tengo hambre, Aida-san, déjame entrar.- Intentó hacerla a un lado, pero Rikako se aferró a sus brazos, acercándose a ella.- Aléjate.

- ¿Eso quieres?.- Preguntó burlándose, pero en sus ojos cafes había dolor, Aika contuvo el aliento cuando el rostro de Rikako se acercó al suyo.

- Aika... yo... yo....- La pelinegra no quería escucharlo, no lo soportaría.

Al parecer no se iba a burlar de ella, pero puede que la rechazara con amabilidad. Mucho peor.

- Yo... lo del otro día, era mentira.- Dijo sintiendo un dolor en su pecho, Rikako se alejó y la miró a los ojos.

(PENDEJA)

- ¿El otro día?.- Preguntó confundida.

- Si... lo que le dije a Hiromu... sólo le hice para dejarlo en ridículo.- Soltó y al ver los ojos de Rikako sintió cómo se le rompía el corazón, la castaña parecía querer llorar y Aika no sabía el por qué.- Oye...

(eRES UNA PENDEJA, BABOSA)

- Fue... tu no... ¿Fue mentira?.- Preguntó, alejándose un poco, mientras limpiaba una lagrima que se escapó de sus ojos.

Aika, al ver eso quedó arrepentida, quería decirle que era mentira y que ella estaba locamente enamorada. Pero sentía miedo de que la rechazara, aunque ¿Por qué Rikako lloraba? (Le quiero pegar)

- Oye....- Intentó acercarse nuevamente, pero Rikako se apartó de ella cómo si quemase, río con sorna mientras intentaba aparentar que estaba bien.

- Me parece perfecto, ya estaba fastidiada de tener a una idiota enamorada tras mío todos los días. Qué desagradable.- Dijo con una voz arrogante, antes de darse la vuelta y comenzar a caminar, lejos de la casa.

A Aika le dolió aquello, apretó los puños y no importa cuánto quisiera ir tras ella, no lo hizo.

 Entró a su casa, al subir a su cuarto lanzó su mochila y gritó durante varios minutos en la almohada, ella sabía de lo que era capaz Rikako. Sólo que, por una vez, deseó no conocerla tanto como para saberlo.

(Preparen las sillas señores)

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