Diez cosas que odio de ti [Krillin x No18]

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Mi novia me puso hace tiempo esta película. No creo ser el único en preguntarse en como estos dos comenzaron a hacer algo, entonces pensé que de alguna manera quedaban perfectos juntos.

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Un muchacho se aproximó a ella, le dedicó una sonrisa seductora mientras que ella retiraba suavemente uno de sus mechones dorados del rostro y este le devolvía la sonrisa. Era chica sin pasado ni presente, intentando que el futuro no le pareciera incierto, la primera idea que le vino en la cabeza fue comenzar a actuar como alguien de su edad, fingir que tenía una vida hasta que ella misma terminara convenciéndose que era así. Hace dos meses que No 17 se había ido, solo había desaparecido en la oscuridad susurrándole:

Todo debe cambiar.

Tomó un sorbo de su trago e inclinó su cabeza coquetamente, el muchacho que vestía camisa negra dejo expuesto un poco más su pecho con la excusa de acomodar su cuello.

─ ¿Me dejarías invitarte un tragó? ─ le preguntó el joven sentándose a su lado.

Ella afirmó con la cabeza y buscó acercar su mano a la de él.

Se inventó un par de anécdotas que le parecían un tanto absurdas, pero a él parecían divertirle, le sonrió un par de veces más, tocó sus piernas y acarició sus manos, tomaba su cabello amarillo sin dejar de verlo. El chico creía estar en sus mejores noches, una atractiva chica rubia se estaba acercando a él y con algo más de suerte terminaría de forma aún más maravillosa. Ella solo quería sentirse humana, no estaba segura de como podría ser así, quería encontrar algún propósito a esta existencia que ahora, que era solo de ella.

Su aliento olía a menta y algo de alcohol, se encontraba lo suficientemente cerca de ella para poder percibirlo, el calor de su cuerpo parecía indicarle que era lo correcto, ir más allá, sin embargo, al ultimo segundo una punzada en el interior de su pecho la había detenido, era un extraño sentimiento de incomodidad.

Lo empujaba hacia atrás, se levantaba de su asiento y avanzaba alejándose lo suficientemente para que el no pudiera detenerle.

Allí estaba la imagen de aquel chico calvo en su mente apareciendo de nuevo, como detestaba ello. Lanzándose a volar por los cielos, recitó en su mente de nuevo aquel verso que había ido completando con los días, para él:

Odio tu apariencia, tu estatura
ese traje naranja que sueles vestir
Odio que no tengas cabello
Y lo que al besarte me hiciste sentir
Odio tus espantosas botas
Y que hayas visto bondad en mi
Te odio, te quisiera asesinar
Que bien va a rimar
Odio que aparezcas en mi mente
Y que encuentre sonriendo si pienso en ti,
que me detengas cuando veo a alguien
Y odio que no lo hagas a tiempo.
Odio tanto estar sola
Que no hayas buscado aún,
Pero más odio que no te pueda odiar
Aunque seas un idiota,
Por más que no quisiera
Te he comenzado a amar.

Amor en tiempos saiyajinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora