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La pequeña Yvonne caminaba a paso rápido por las húmedas calles de Birminghan ya que estaba lloviendo y no quería manchar su vestido nuevo. Pero al dar la vuelta en una esquina chocó contra alguien y calló de trasero al barro.
Al levantarse y mirar su vestido color vino lleno de barro sus ojos se llenaron de lágrimas y tapó su boca rápidamente, sorprendida. Todo esto sin saber que había un chico mirándola justo frente a ella.
- Mi vestido nuevo, Matthew me matará cuando lo vea - sollozo en un susurró que el mayor logro escuchar.
Al levantar la mirada lo vio mirándola, serio como si estuviera conteniendo su ira, ya que el también se había llenado de barro al caer.
— Lo siento, no mire por donde iba — se disculpó ella bajando la mirada avergonzada.
El chico suavizó su mirada.
— Bueno, demonios, deberías mirar el camino si vas a estar corriendo de aquí para allá niña — habló con voz dura.
Yvonne solo bajó la mirada, aún triste por su vestido.
— Dame la mano, te acompañaré a casa y explicaré sobre tu vestido — comentó estirando su mano hacia ella, la cual lo miró con los ojos iluminados.
— ¿Haría eso por mí? — preguntó en un susurro, luego de tomar la mano del chico.
— Si, escuche que tu vestido era nuevo. También te compraré otro, mucho más bonito — le dio una media sonrisa — mi nombre es Arthur ¿Y el tuyo? —
— Yvonne, pero puedes decirme Yvi — ella también le sonrió.
— Es un lindo nombre para una niña bonita como tú — Yvonne se río.
— ¿Puedo llamarte Arty? —pregunto con ilusión, la pequeña niña de nueve años hacia el chico de apenas unos diecisiete.
— Si puedes, pero no muy alto o mi reputación de tipo duro se irá a la mierda — la niña sonrió.
— Esa es mi casa — señaló una puerta negra.
Arthur solamente asintió en silencio para después tocar la puerta. Minutos despues Matthew la abrió, y miro directamente hacia su hermana menor pareciendo enojado.
— ¿Donde demonios estabas? — dijo mientras se agachaba para ver que no estuviera lastimada — casi me vuelvo loco, me dijiste que volverías enseguida Yvi — tomo su pequeño rostro entre sus manos.
— Fue mi culpa — habló por primera vez Arthur, atrayendo la atención del otro chico — choque con ella y ensucie su vestido —
Matthew se paró derecho asintiendo.
— Te e dicho mil veces que mires por donde corres Yvonne — la reprendió para luego volverce hacia Arthur — gracias por traerla a casa, es una chiquilla desobediente —
