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— Tiene razón ¿saben? — dijo Kimber — ¿Por que deberian morir todos ustedes? Debería ser aquel que causó esto — dijo sacando rápidamente su arma, disparando hacia Thomas Shelby, quien cayó al suelo herido.
Nadie hizo nada, todo era silencio. Billy Kimber estalló en carcajadas mientras Thomas Shelby caía al suelo.
Yvonne camino con la mirada en alto para después hablar.
— Me decepcionas Kimber, ¿Nesecitas estar rodeado de hombres y con un arma para sentirte poderoso? — habló con burla, haciendo que todos la miraran.
Camino entre los Peaky quienes se movieron dejándola pasar, sorprendidos.
— Ada, maldita la hora en la que te pones los ovarios solo para arriesgar a que dejen a tu bebé como un colador — exclamo mirándola.
— ¿Y ahora qué? — se quejó Kimber dando la vuelta — vaya sorpresas me llevo hoy — comentó al reconocer a Yvonne — estás preciosa amor, tiempo sin verte —
— Es sorprendente que aún me recuerdes — la burla no dejo su voz, mientras lo miraba a los ojos.
— ¿Cómo olvidar a mi chica? — dijo él, con cinismo.
— Aww derrites mi corazón — comentó para hacerlo enojar —, ahora te puedes ir a la tumba sabiendo que Yvonne Fairchild fue quien te puso una bala en el cráneo, y todo el mundo lo sabrá — dijo levantando su revólver más rápido que él.
Una bala impactó en la frente de Billy Kimber, el cuerpo cayó en el lodo. La banda de Kimber apuntaban a Yvi haciéndola reír.
— Varios ya me conocen — dijo refiriéndose a algunos hombres de Kimber — pero bueno, una lástima lo de su jefe chicos. Yo digo que deberían volver a sus casas con sus lindas esposas, y si quieren un nuevo trabajo pueden buscarme. Como ya dije, soy Yvonne Fairchild — les guiño dando media vuelta para mirar a los Peaky.
Los hombres de Kimber dudaron, pero les estaban dando la oportunidad de irse, asi que no desaprovecharon el chance.
— Es un gusto volver a verlos chicos, se ven bien — comentó con burla acercándose a su hermano y besando su mejilla — un gusto volver a verte Matthew, te extrañé. Felicitaciones por tu boda, de hecho, te veré allí — sonrió marchándose.
No sin antes darle una mirada divertida a Thomas Shelby quien la miraba incrédulo -como todos, incluso Ada-.
