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Días más tarde Thomas se encontraba ignorando olímpicamente a su amiga, lo cual realmente a ella le dolía.
Una nueva chica había llegado al Garrison por el anuncio de empleo en el periódico. Su nombre era Grace, una mujer muy bella a la opinión de Yvonne.
El primer día de Grace resultó ser un día bastante ajetreado en el viejo pub Garrison. Si bien no tenía duda de que la mitad de los hombres que habían aparecido en el pub estaban aquí por la nueva camarera, no facilitó el trabajo.
—¿Siempre está tan lleno? — preguntó Grace, mientras atendía a los hombres que se acercaban a la barra.
— No, estos hombres están de camino a St. Andrews — respondió Harry, sabiendo muy bien por qué estaba tan ocupado.
— ¿Para rezar? — preguntó la rubia, Yvonne río al ver la expresión de Harry.
— St. Andrews es un campo de fútbol. Los Blues están jugando. Esa es la línea de ataque — dijo Harry, señalando al otro lado de la barra — y ese es el portero, aunque no lo creas —
Yvonne estaba apoyada tranquilamente en la barra cuando la ventana a su izquierda se abrió y dejó ver esa cara pálida de ojos celestes.
— Yvonne — asintió a modo de saludo hacia ella, la cual sonrió.
— Thomas, ¿Como estás? — lo miro esperando una respuesta, pero el solo desvío la mirada dándole a entender que no quería hablar con ella.
— Dame una botella de ron — fue lo único que respondió.
Ella simplemente suspiró y sin decir una palabra, tomo la primera botella del alcohol que encontró. Dejándola frente a él, quien hizo una mueca.
— ¿No me vas a preguntar que tipo quiero? — preguntó Thomas, luciendo serio.
Más sin embargo ella le sonrió.
— Lo dices como si no te conociera, Thomas — respondió — aunque, ¿Por qué una botella entera? —
— Arthur — respondió sin rodeos — se encontró con algunos policías que lo golpearon, le quebraron un maldito dedo — Yvonne negó con la cabeza.
— Maldito Arthur — luego sonrió de medio lado — dile que venga a casa más tarde —
Thomas solo asintió para tomar la botella y después de cerrar las puertas, marchándose. Al voltear vio que Grace la observaba.
— ¿Sucede algo? — preguntó.
— No — respondió la rubia — es que le diste ron gratis — Yvi asintió.
— Todo lo que ellos piden invita la casa, ¿Harry no te lo dijo? — frunció su ceño.
— Si, pero no creí que fuera él. No les tienes miedo como los demás — Yvonne sonrió de lado.
