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Yvonne se alejó de el cuando escucho como algo se caía al suelo

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Yvonne se alejó de el cuando escucho como algo se caía al suelo. Al voltear Kimber la miraba divertido mientras tiraba monedas y dinero al suelo.

— Recogerlas — ordenó

— Hazlo tú — respondió ella, caminando lentamente hacia atrás.

— Eres una maldita puta — gritó Kimber — si se me cae algo al suelo lo recoges. Quiero verte recogerlo. — exigió.

Yvonne permaneció firmemente en el lugar, hasta que los ojos de Kimber cambiaron. Su ira regresó y camino hacia ella.

Yvi se alejó de él, atrapada entre la pared y Kimber.

— Maldita zorra — se enfureció, agarrándola bruscamente por el pelo.

— ¡Aléjate de mi! — exclamo fuertemente cuando él presionó sus caderas contra las de ella.

Los minutos parecían eternos, Thomas había jurado que llegaría antes de que algo pasara pero Yvonne ya nisiquiera tenía esperanza.

— ¡Para, para por favor! — era lo único que entre llantos podía salir de la boca de Yvonne.

Billy Kimber hizo caso omiso a sus palabras mientras la forzaba cada vez más fuerte, jalaba su cabello y la presionaba contra la pared mientras la penetraba rápidamente y a fuerza bruta.

Una vez terminado su acto contra Yvonne quien seguían con lágrimas en su rostro, le escupió mirándole con desdén desde arriba.

— Esto es para que aprendas, maldita zorra — le dijo acomodando su pantalón.

Ella solo miro al suelo, jurando que mataría a ese hijo de puta que estaba frente a ella.

Yvonne se había acomodado el vestido, y limpiado la cara.

No podía hace nada más que esperar a que Thomas llegara para volver a casa con Matthew y Elena. Aún que lo que menos quería era ver a Thomas, esto le había pasado por culpa de él.

Minutos más tarde Thomas abrió la puerta de la habitación. Sus ojos se movieron de ella a Kimber y luego terminó de entrar, creyendo que había logrado llegar a tiempo.

Kimber miró directamente hacia ella quien solo pudo caminar rápidamente hacia Thomas.

— Vamos, vayamos a casa — dijo el, tomándole el brazo.

Ella se apartó sin mirarlo y camino por delante de él.

Una vez que llegaron hacia el auto Yvonne solo se sentó en el haciento de atrás para poder recostarse un poco. Quería olvidar, la sensación que había quedado en ella era horrible.

Se sentia sucia, usada. Como si fuera un maldito objeto desechable el cual puedes usar y luego tirar a la basura.

Ella y Thomas no hablaron en todo el camino, más sin embargo el se sentía bien consigo mismo aún creyendo que había llegado antes de que Kimber siquiera tocara a su hermanita.

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