𝐏𝐄𝐀𝐊𝐘 𝐁𝐋𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑𝐒 |𝑱𝒐𝒉𝒏 𝑺𝒉𝒆𝒍𝒃𝒚 <𝑷𝑨𝑼𝑺𝑨𝑫𝑨>

ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ ᵈⁱᵉᶜⁱˢᵉ́ⁱˢ

Una vez en la casa Yvonne siguió a James hasta el patio trasero dónde había tres hombres amordazados y cinco cuerpos en el suelo, cubiertos por mantas.

— Son ellos quienes las mataron, estaban aquí en Birminghan en busca de sus hermanos para poder amenazarla con matarlos. — le informó James.

Yvonne le indicó que les quitara el pañuelo que tenía en la boca.

— Miren lo que tenemos aquí, los ratones calleron en la trampa queriendo más que el queso — los miro con amargura.

— Señora, no es lo que parece.. — comenzó a hablar uno de ellos.

— ¿No? — preguntó Yvonne, el hombre negó desesperado.

— Ellos dos me obligaron a ayudarlos, dijeron que usted no era más que una mujer queriendo aparentar poder que no tiene y que jamás lastimaria ni a una mosca, por favor tengo hijos y una familia que cuidar — suplicó.

— Deberías haberlo pensado antes de meterte con mi familia — le disparó, marchándose la cara con sangre. Luego miro a James — cortales la lengua y una mano, si viven para mañana en la noche déjalos irse — comentó, el hombre asintió tomando una navaja.

Yvonne dirigió su mirada hacia las telas en el suelo, se acercó, destapando uno. Viendo a Linda, una chica que ella prometió protejer y darle una vida mejor.

Su rostro estaba cortado por la mitad, y su estomago igual. Negó con la cabeza para si misma volviendo a tapar el cuerpo.

Volteó y camino hacía la casa, dándose la vuelta antes de entrar.

— Llévalos lejos, no quiero que los niños escuchen y consigue tumbas en el cementerio, que sean bonitas — James asintió.

Entro en la casa viendo a Mark en la sala, tomando lo que parecía ser Whisky. Camino hacía el y se sentó en sus piernas, dejando su cabeza oculta en el huevo de su cuello, mientras el la abrazaba por la cintura apegandola más a él.

— ¿Que sucedió, amore? —

Yvonne no le respondió si no hasta algunos segundos después.

— Eran sólo niñas.. — susurró, Mark la sintió sollozar.

— Amor no puedes salvar a todos, esta bien, es nuestro trabajo — la apreto más a el.

— Les prometí una vida mejor.. —

— Y se las diste, ahora están bien. Lejos del dolor que implica vivir, yo tengo suerte de haberte encontrado o si no, no sería lo que soy hoy en día — susurró mientras la abrazaba con fuerza.

Yvonne solo pudo devolverle el gesto con tanta o más fuerza que el. Se sentia afortunada de estar casada con un hombre tan maravilloso como Mark, apesar de todo él siempre estaba para ella.