¿Me amas?

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Se conocieron en el lago durante el verano, Rub había escapado una semana lejos de todo y todos, era claro que no esperaba ver a otra persona allí, pero solo sucedió, Vegetta también estaría una semana allí, en la cabaña del otro lado del lago.

Rub solo podía pensar en que era un hombre guapo, fuerte, bastante atractivo, a decir verdad.

Vegetta pensó que ese chico se veía joven, lindo, incluso inocente, lo cual venía perfecto para él, solo necesitó invitarlo a comer y cenar un par de veces y ya lo tenía en su cama.

Es decir, está bien, ambos eran solteros, pero había un pequeño problema, ninguno dijo exactamente lo que quería, Veg era un adulto que no buscaba nada más que sexo mientras que Rub era un joven que pensó había encontrado al amor de su vida.

Lo que resto de la semana la pasaron bastante bien y al terminar se veían de vez en cuando en casa del mayor, él problema fue que el castaño quería más, verse fuera de esa casa, salir a pasear, tener citas en algún otro lugar y se lo decía, pero siempre obtenía las mismas respuestas.

"Sabes que estoy ocupado"

"Será para la próxima, chiki"

"Ese día tengo un compromiso"

La cosa es que pronto dejó de responderle tan seguido, pasaba días ignorando sus mensajes y llamadas.

– Deberías olvidarlo de una vez. - comenta Willy, su mejor amigo sentándose a su lado. – Sabes que no va a llamarte.

– Lo hará, cumplimos 6 meses este fin de semana.

– ¿El consciente de eso? Porque yo no recuerdo que te haya pedido ser novios, es una idea tuya.

– Claro que lo es, no tuvimos que hablarlo, siempre dice que me ama, es lógico que lo somos. - asegura el castaño viendo los últimos mensajes que le había mandado al castaño oscuro.

– Así no es cómo funciona, Rub y creo que lo sabes muy bien, pero se ha metido tanto en tu cabeza que no te das cuenta.

-Cállate, tú no sabes nada, él es un hombre ocupado, eso es todo. - dice enojado poniéndose a la defensiva.

- ¿Yo no sé nada? Solo con ver cuantas veces has llorado por su culpa y ver cómo le importas tan poco como parea desaparecer por semanas sin decirte una palabra, pero tienes razón, yo no sé nada. - sale del lugar azotando la puerta.

Una parte de Rub sabía que su amigo tenía razón, pero no podía aceptarlo, no quería hacerlo, él amaba a Vegetta y Vegetta también lo amaba ¿no?

Paso una semana para que el mayor le mandara un mensaje, solo era un saludo diciéndole que lo viera en su casa al día siguiente, solo eso, ni siquiera preguntaba cómo se encontraba o se disculpaba por desaparecer, nada y aun así el castaño estaba más que feliz con ese mensaje tan simple.

- ¿Me amas? - pregunto Rub recargado en el pecho del mayor después de haber tenido relaciones.

- ¿A qué viene eso? sabes que si- dijo con cierto tono de desinterés.

-Si, eso dices, pero te vas por mucho tiempo y nunca dices a dónde vas o que haces... ni siquiera me has preguntado como estoy y si somos novios deberíamos...- se vio interrumpido por la risa del contrario.

- ¿Novios? Lo siento cariño, pero no recuerdo que lo fueranos, aunque tienes razón, he sido muy desconsiderado contigo, te lo compensare. - pero eso no era verdad, ese niño era un completo fastidio, era divertido follar con el de vez en cuando, pero empezaba a ser aburrido y solo le exigía más y más.

Al día siguiente Vegetta se fue, desapareció de la ciudad e ignoraba todos y cada uno de los mensajes que le mandaba Rub, al igual que sus llamadas, simplemente se fue pues para el Rub ya era un problema y tenía más personas con las cuales podía acostarse.

Pero Rub se sentía devastado. ¿Había hecho o di8cho algo mal?

Vegetta aseguraba amarlo, pero se había ido ¿Toda su relación había sido una mentira?

Eso y más cosas se preguntaba mientras lloraba entre los brazos de su mejor amigo.

-Soy un idiota, debí hacerte caso.

- Intentaba evitarte esto, sentía que ese idiota solo te haría daño. - suspira acariciando su cabello con cierta delicadeza.

- Pensé que sería posible que me amara, que estúpido.

-Tú no eres estúpido, él es un idiota por jugar contigo de esa forma, yo sería tan feliz de poder estar contigo de esa forma... que me vieras de la misma forma...

El castaño se endereza limpiando las lágrimas que aún quedaban en sus ojos y le hacían ver borroso.

- ¿A qué te refieres?

-Yo... tu... me gustas, mucho, desde hace demasiado tiempo, incluso creo que te... te amo. - murmura apenas audible. nervioso y asuatado por el rechazo que seguro se acercaba.

- ¿Me amas?

Ruwigetta- One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora