Ruborn

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Rubius había tenido una vida un tanto conflictiva desde que era pequeño, pues de alguna forma siempre estaba peleando o discutiendo con alguien, aún así se le consideraba algúien tranquilo y sociable ¿Cómo? Ni a él le quedaba claro, pero no le importaba.

Tenía dos mejores amigos, Guillermo y Samuel, a los que dejó de ver gracias a que sus padres decidieron mudarse y cambiarlo de escuela, pero eso no era limitación para ellos, pues seguían hablando y escribiendose por lo que no fue razón para terminar con su amistad.

Las cosas se complicaron un poco cuando en preparatoria descubrió que su segundo género era Omega, no es que sus padres le tratarán diferente o algo por el estilo, más bien la gente actuaba diferente, en especial los alfas tontos de su escuela que pensaban que podían aprovecharse de sus castas.

Fue a mediados de su carrera que pareció que su vida dio un giro para mejor, pues conoció a Reborn, al principio chocaron un poco, pero después de conversar un rato mientras esperaban el autobus fue que se dieron cuenta que quizá no se llevaban tan mal después de todo.

Se juntaban para conversar y comer de ves en cuando, sin darse cuenta ya eran amigos y Rub no podía sentirse más feliz, pues de alguna forma se sentía cómodo y seguro con el alfa.

Fue después de una fiesta a la que asistieron ambos que se dio cuenta el porqué de ese sentimiento, pues de un momento a otro y gracias al alcohol que habían ingerido terminaron por tener sexo en una habitación al azar de esa casa.

No hicieron ningún escándalo al despertar, fue tan simple como admitir que se gustaban y empezar una relación.

Con lo que no contaban fue que el castaño terminaría en cinta después de esa noche.

Lo hablaron una vez tuvieron los resultados y ambos llegaron a la conclusión de que no sería fácil, pero querían intentarlo, querían una familia.

Y así fue, al menos por los primeros meses, pues Reborn comenzó a actuar de manera extraña, distante y no entendía porque hasta que decidió seguirlo y lo descubrió.

Rubius sabía que la ex pareja de su alfa había sido tóxica en esa relación, fue por eso que no podía entender porque estaban allí, en esa cafetería comiendo y charlando. ¿Acaso su novio había olvidado tan pronto como la pasó con Auron?

Quizá solo se juntaron para aclarar el pasado, al menos eso quiso creer hasta que los vio tomarse la mano sobre la mesa de la misma forma en la que lo hacía con él.

No, no podía ser cierto ¿Verdad? Auron incluso estaba saliendo con alguien ¿Por qué querría regresar con Reborn?

Se dio cuenta de la respuesta más tarde ese día, Auron regreso por el simple placer de confirmar que seguía teniendo al alfa en sus manos aún cuando iba a ser papá.

Los siguientes dos meses fueron los peores, peleas y discusiones constantes, gritos, lágrimas... Su relación se estaba rompiendo y todo gracias a ese Omega egoísta.

Casi al octavo mes de su embarazo sintió punzadas en el vientre, como si le clavaran agujas una y otra vez seguido de un dolor muy fuerte, intento llamar a Reb, pero no le contestaba, así que llamó Mangel, ese chico se había vuelto casi en su hermano cuando se mudó y al contrario del alfa, él si respondió al primer tono.

– Mangel... Mangel me duele- decía con la voz rota y entrecortado a causa del dolor y llanto.– Por favor...

– ¿Qué pasa? ¿Qué duele?- pregunto asustado su amigo, pudo escuchar una voz al fondo al igual que algunos ruidos, pero su atención no daba para saber de qué se trataba.

– Mi bebé...- se dejó caer a un lado de la puerta de su apartamento, las piernas le temblaban y sumándole el dolor, no pudo aguantar más estando de pie.

Ruwigetta- One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora