Amigos

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Rubén y Guillermo se conocían desde que eran pequeños, siempre habían sido muy unidos, a tal punto que si uno iba de vacaciones con su familia a algún lugar el otro lo acompañaba.

Por suerte sus padres se llevaban bien y no les molestaba tener que cuidar del amigo de su hijo.

Sin embargo Willy comenzó a sentir cosas por el castaño cuando entraron a secundaria, nunca dijo nada al respecto, solo se limitaba a seguir a su lado y ayudarlo cuando alguien le gustaba.

En preparatoria las cosas cambiaron un poco. Hubo una fiesta de bienvenida, obviamente no se la podían perder, así que fueron a divertirse, conocer a sus nuevos compañeros y tomar.

Pero ninguno de los dos había tomado jamás, pasaron de platicar tranquilos en un sofá a follar en una habitación al azar. Al despertar ninguno de los dos supo que hacer, Willy no recordaba demasiado de lo que había sucedido, pero Rub... Él recordaba perfectamente la declaración de su mejor amigo, sin embargo no menciono nada al respecto.

La siguiente semana fue algo incómoda, pero pronto lograron dejarlo atrás. La cosa es que ya no eran simples amigos que pasaban el rato viendo películas o jugando videojuegos, ahora parte de ese tiempo lo invertían en coger.

Willy estaba feliz, hasta que se dio cuenta de que coger no significaba que tuvieran algo serio, intento no prestarle mucha atención a esto y se enfocó en solo disfrutar. Hasta que apareció él.

Samuel era un estudiante nuevo y apenas llegó se fijó en Rub, la verdad no era nada extraño, siempre había tenido una larga cola de pretendientes o personas que solo querían un polvo y listo.

Solo que a Rub también le gustó y eso significó un problema para Willy. Había pasado a segundo plano, lo cual era muy extraño, siempre había sido la prioridad para Rub, así como Rub había sido la suya.

Después intento llevarse bien con el de ojos amatistas, pero no le agradaba a este, cuando el castaño estaba cerca actuaba amigable, pero cuando no, apenas y volteaba a verlo y era obvio el desagrado que tenía hacia su persona.

Un día Rub lo había invitado a su casa, pasaron de estar platicando a Rub desnudando a Willy, todo iba bien hasta que escucharon que alguien tocaba la puerta de la habitación, por alguna razón la reacción del castaño había sido tapar a Willy, esconderlo.

Simplemente se quedo quieto sin saber que hacer, era obvio que había alguien más en la cama. Vegetta simplemente lo ignoro hablando algo sobre una caja de arena y una camita.

El de ojos verdes se sentía bastante incómodo por lo que empezó a vestirse como podía debajo de la sábana, había dejado de prestar atención a la plática hasta que escucho que lo nombraban.

- Hola Guillermo.- se escuchó la voz del pelinegro casi fastidiado, como si el simple hecho de saludarlo le molestará.

- Hola... -respondio el saludo destapandose ya completamente vestido.

Vio como este tomaba a su amigo de la mano llevandoselo de la habitación dejando a Willy solo. Intento tragar el nudo que sentía en la garganta mientras se ponía los zapatos.

Salió de la habitación deteniéndose un momento ¿Debería despedirse? Tal vez solo irse ¿Sería grosero salir por la ventana?

Al final decidió que era mejor solo salir por la puerta principal intentando que nadie lo viera, pero claro que su suerte no era la mejor.

- Willy ¿Te vas ya? Podrías quedarte a ver una película.- le llama su mejor amigo levantándose del sofá para acercarse.

Rub conocía perfectamente a Willy, sabía que algo no estaba bien si este solo decidía irse sin decir nada, además de que sentía que si lo dejaba ir así nada más algo malo pasaría con su amistad, en especial porque este no había volteado a verlo en ningún momento.

Ruwigetta- One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora