Capítulo 16

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El sábado por la mañana Sasuke despertó muy temprano, dejó todo el departamento limpio y se preparó el desayuno. Realizó algunos apuntes que había descuidado secretamente por preparar clases o lecciones que el rubio entendiera y cuando se acercaba las cuatro de la tarde pensó en partir al veterinario, casi era su cita. Casi estalla de frustración luego de media hora intentando meter al gato en la caja transportadora para salir al veterinario, sintió más frustración cuando no pudo gritar el nombre del gato pues se encontró con que no le había puesto uno, ya pesaría en eso camino a la cita, a la que llegaría tarde y se maldecía por eso. No iba a abandonar su tarea a si, no perdería contra un gato, solo se estaba tomando un descanso. Se recostó en el sillón de la sala y se dispuso a escribirle al rubio.

¿En qué pensaba? No se sentía como a una colegiala ignorada, solo, por un segundo, creyó en que Naruto podría acompañarlo con su gato, apostaría que al rubio le parecería divertido, pero no servía de nada invitarlo si tenía que trabajar, solo se s...

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¿En qué pensaba? No se sentía como a una colegiala ignorada, solo, por un segundo, creyó en que Naruto podría acompañarlo con su gato, apostaría que al rubio le parecería divertido, pero no servía de nada invitarlo si tenía que trabajar, solo se sintió un poco decepcionado, no en que no pudiera acompañarlo, bueno en parte, pero también porque Naruto nunca le comentó que trabajara para su padrino, sabía del negocio de Jiraya pero no imaginó que Naruto trabajara ahí... bueno, había usado la palabra "ayudar" quizá solo había sido hoy... de alguna forma no se convencía del todo. Volvió a su misión autoimpuesta, trato de engañar al gato que aunque siempre caía, de una u otra forma no lograba permanecer en la caja, abrió una lata de comida para gato y la metió a la caja, de alguna forma el gato no entró hasta que Sasuke entró al baño, cuando lo vio dentro corrió tan rápido como pudo mientras pensaba en llamar al veterinario.

_ Mierda_ exclamó cuando el astuto gato salió más rápido de lo que había previsto.

Era todo, entró a su habitación frustrado, una hora sin resultados lo ponían así, hasta ahora el único que era capaz de desafiarlo sin temor era Naruto, y ahora tenía a un gato problemático, hablando de Naruto, seguía sintiéndose extraño respecto a no estar enterado del trabajo del rubio, es decir, claro que pese a que su padrino lo mantenía y tenía un tutor, querría ganar su propio dinero, pero era raro... buscó una camiseta negra de tres tallas más grande, era cómoda para no hacer nada y por hoy se rendía, vería películas o cualquier cosa hasta dormir. Justo pensaba en bañarse antes cuando lo vio, era el estúpido y terco gato dentro de la caja transportadora, dormido tan plácidamente, estaba dormido pero Sasuke juraría que se burlaba de él, intentó ignorarlo, caminó hasta su cocina a tomar agua pero no podía resistirse, bien, había ganado el gato, pero lo llevaría al veterinario como si su apellido fuera Uchiha. Tomó un taxi y llamó a la recepción del veterinario, muy a su pesar se disculpó por la demora y pidió que le hicieran otra cita para dentro de veinte minutos que llegaría o dejaría al gato dentro de la caja hasta la siguiente cita, estaba exasperado, por suerte le dijeron que podía llegar pronto, tenían libre la siguiente hora, bien, no todo era tan malo. La cita había ido bien, pero la joven veterinaria que le atendió le llamó la atención por no bautizar al gato, frunció el ceño, no por tener que pensar un nombre sino porque era claro que le coqueteaba. Sasuke no se definía a sí mismo como vanidoso, aunque pecaba de, y es que para los ojos del mundo Sasuke era atractivo, varonil, vanidoso, y ese sentimiento de superioridad y molestia que desprendía mantenía cautivadas a muchas, detestaba ser así, detestaba ser visto aunque aprendió a ignorar las miradas nunca se acostumbraría, salió con su característico rostro y buscó algún taxi... no vio ninguno entonces comprendió que su día iba en picada porque caminó varias calles hasta encontrar algún taxi ya que se aproximaba a calles con más comercios, la caja y el gato pesaban casi cuatro kilos, podía cargar más si quería pero era molesto. Revisó su aplicación, un conductor por fin respondía a su solicitud, se detuvo en la esquina a esperarlo. Normalmente habría estado viendo al frente sin inmutarse por el mundo pero escuchó una risa peculiar, a quien engañaba, la reconoció en segundos, giró en su búsqueda y vio que cruzando la calle, en una pequeña cafetería, sentado cerca de la ventana divertido con su acompañante, supuso que era Sakura y se molestó tanto, pensó en llegar y arruinarlo, llamar la atención de Sakura para que Naruto sufriera un instante, no ¿Por qué haría algo como eso? No podía permitirse los celos y menos darle alas a Sakura, pero su lógica llego un poco más tarde que la orden a su cerebro de no moverse de lugar, ya estaba caminando para cruzar la calle, no era Sakura, ahora podía ver porque cambió de ángulo, era una chica pálida y de cabello oscuro y largo con flequillo, tenía las mejillas rosadas y comía una galleta con forma de cabeza de gato y glaseado rosa ¿Quién era?

_ ¿eres Sasuke?

_ ¿eh?_ regresó de sus pensamientos_ Ah... si soy yo_ confirmó su identidad al conductor que lo miraba desde el auto.

_ ¿y? ¿Quieres el transporte?_ preguntó confundido al ver que no se disponía a subir al auto.

Pensó_ sí. Disculpa_ y subió la caja en el asiento de atrás antes de abordar él.

Esa chica...no sentía recordarla, más que no ser bueno con los rostros, no era bueno interesándose por los demás, aunque siempre estaba atento de su entorno o eso procuraba, no se esforzaba por recordar el rostro o nombre de la gente, aunque lo tenía que hacer por educación en casos exclusivos, pero a ella... le daba la impresión de haberla visto pero no recordaba en donde, en la escuela era lo más obvio, pero no, practicante la mayoría del tiempo estaba con Naruto y nunca la había visto interactuando con ella. Quizá es su amiga de otro lado, descartando que él la conociera, Naruto era demasiado amigable, pero ese estado de confusión por la joven fue muy breve pues apenas superó el shock de verlo con otra chica que no fuera Sakura, su novia y a la que penosamente tuvo que acostumbrarse, sintió el estómago vacío, los celos regresaban porque para estar con esa chica le había mentido, no estaba trabajando, estaba comiendo galletas con glaseado rosa y malteadas, apretó el puño aferrándose a su pantalón. Ciertamente sabía que no podía permitirse sentir celos, aunque los sintiera, con Sakura era molestos, pero con la extraña era aún más, porque ¿podía confiar en que la desconocida y Naruto solo eran amigos? Esa teoría a la aunque le hubiera gustado aferrarse se rompía cuando se hacía consiente de que Naruto le había mentido a él por estar con ella, a él, a Sasuke Uchiha, sabía que su nombre pesaba en Naruto (no como en el resto de la gente que le importaba lo distinguido del apellido) sabía al Uzumaki le importaba, no era tonto, aun si sus sentimientos no eran románticos (descartando por completo sus fantasías donde el beso en la fiesta fue producto de la explosión del deseo reprimido) sabía que Naruto le prestaba una atención superior que a cualquier otro, incluso a su novia o el resto de sus amigos, eran mejores amigos y eso les importaba a ambos, porque por muy románticos que fueran los sentimientos del Uchiha, ser su mejor amigo también era importante. Entones si le mentía a ÉL por estar con ELLA, era que le importaba más esa cita o que la tenía primero pero ¿Por qué mentirle? Sintió la necesidad de preguntarle a Sakura si sabía que su novio estaba con la chica del flequillo, evidentemente solo preguntaría por el paradero de Naruto, no, no tenía excusas, aunque no las necesitaba porque Sakura le respondería lo que preguntara sin embargo desechó la idea. El resto del camino a su casa imagino los escenarios, es que un Naruto infiel solo le parecía interesante si él era el cuerno, y por el morbo, y por la seductora idea de arrastrar a Naruto a la oscuridad con él, metafórica y literalmente, pero imaginarlo con otra chica... no le gustaba para nada, aunque... la mente brillante de Sasuke podía hacerle malas jugadas, podía ayudarle a planear y tener maravillosas calificaciones así como entender muchas de las cosas que pasaban a su alrededor, sin embargo también lo hacía imaginar escenarios retorcidos y sobre pensados que de alguna manera saciaban y lastimaban al Uchiha. En el caso de que Naruto fuera infiel con la chica de la cafetería... bueno, no le complacía la idea de que saliera con otra chica, pero si lo pensaba su descripción (la propia y la de la desconocida) eran similares, se veía recatada y un poco seria, aunque parecía amable y él carecía de esa bondad, ambos eran pelinegros y lacios, pálidos y siendo objetivos eran atractivos, en la mente masoquista de Sasuke, Naruto podría estar sintiendo atracción por el Uchiha pero al estar en proceso de negación debió querer satisfacerse o "regresar" al camino de la heterosexualidad con lo más parecido que encontró a Sasuke. Si, era una posibilidad.

Bajo del taxi luego de pagar, liberó al gato, en realidad lo intentó porque el gato parecía haber quedado fascinado con la caja transportadora, ya lucharía con él mañana, tenía que tomar un baño y dormir, o ver películas ridículas para quejarse o que lo mantuviera distraído de sus pensamientos, habría leído pero eso era mucho silencio y no quería encontrarse con la voz interna que le repetía los posibles escenarios en lo que Naruto si mantenía un amorío. 

Enredos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora