capitulo 12

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Luego de despedirse de su novia, corrió y trato de llegar al departamento de Sasuke lo más pronto posible. Al estar frente a la puerta sintió algo extraño en el pecho, la sensación le impedía tocar pese a que su dedo estaba a centímetros del timbre, era como sentir que no debería estar ahí; pero, al mismo tiempo, sentía muy necesario entrar en ese momento, como si lo necesitaran. Era muy poco común que Naruto no actuara por impulso, pero esta vez se había quedado congelado frente a la puerta por algunos minutos, por fin tocó el timbre. Se escuchó una voz extraña para él del otro lado y pasos que se acercaban, ¿Sasuke estaba con alguien?

Era claro que la voz de la persona misteriosa era masculina, y miles de escenarios pasaron por la mente del rubio. La puerta se abrió por fin, estaba un joven de unos 20 años dentro del departamento, con el cabello negro y atado en una coleta, era apuesto y vestía bien. Tenía la sensación de conocerle pero no sabía de dónde.

_ Naruto, hola_ le saludó amigablemente, con un tono que contrastaba con su fachada de una persona ruda.

_ H-hola_ devolvió el saludo aun sin saber de quien se trataba.

_ Con permiso_ le dijo pasando a su lado para alejarse por el pasillo.

Naruto lo miró estupefacto un rato, al verlo desaparecer en las escaleras, giró la mirada al azabache, que estaba a unos metros de la puerta, con la mirada abajo. Naruto sintió horrible en el pecho, no podría describirlo, pero era como si de pronto el mismo estuviese triste.

_ Sasuke...

_ Entra, tenemos mucho que hacer_ dijo con su voz habitual, pero Naruto reconoció en seguida el tono forzado de esta.

Entró y siguió a Sasuke hasta la habitación.

_ Lamento llegar tarde_ decía intentado sonar igual que siempre mientras dejaba su mochila sobre la mesa_ intenté llegar rápido pero el subterráneo estaba lleno y... Sasuke ¿estabas...?_ preguntó al notar los ojos cristalinos del Uchiha.

No completó la pregunta, el mismo lo confirmó cuando miró de frente a Sasuke, solo lo abrazó, envolviendo los brazos pálidos y fríos del Uchiha con los suyos. No pregunto qué pasaba, no lo sabía pero no importaba, solo necesitaba hacerle saber que estaba ahí, y lo logró, porque Sasuke correspondió al abrazo, aferrándose a su camiseta, y dejo que el llanto saliera, primero intentaba no hacer ruido, pero al sentir la palma cálida del rubio acariciando su espalda, dejó de controlarse, porque en el momento que se maldecía a sí mismo y a la vez odiaba a todos, había un rubio idiota que le consolaba sin pedirle nada, el único que lo vería así jamás, el único al que sentía podía mostrarle sus sombras y aun así se quedaría. Luego de un rato, el llanto cesó pero aun no dejaban el abrazo.

_ ¿podemos sentarnos?_ preguntó de pronto Naruto.

Sasuke lo soltó inmediatamente pero no se atrevía a verle el rostro, el Uzumaki tomó la manga del suéter y jaló de ella para acércalo a la cama. Se sentaron sobre ella y Naruto buscó abrazarle de nuevo, era una experiencia que le fascinó, estaba todo el día con el Uchiha pero solo se golpeaban o empujaban con frecuencia, nunca se habían abrazado, y era perfecto. De pronto, cuando se acostumbraba a la posición, surgieron dudas: ¿Sasuke lo dejaba abrazarle por ser él? ¿O sería que solo se había quebrado, y si cualquiera estuviera aquí igual lo habría permitido? Porque estaba seguro de que nadie había estado así con Sasuke antes, además ¿Por qué se sentía tan bien? Era como si ese fuera su lugar y ningún otro en el mundo.

Terminaron encendiendo el televisor para ver una película y recostados en la cama, se soltaron pero sabían que el otro estaba ahí, de vez en cuando ambos espiaban al otro y al verse descubiertos se sonrojaban y volvían la mirada al televisor, era muy extraño y Naruto no podía explicar porque esa sensación parecía que le calentaba el pecho, le gustaba verse descubierto, era prueba de que Sasuke también estaba observándole. La protagonista gritó de terror al verse acorralada por el terrible monstruo y Naruto gritó con ella, nunca admitiría si fue consiente o no, pero abrazó a Sasuke por la cintura, al sentir de nuevo el calor ajeno no quiso soltarse, esperaba a que el Uchiha lo alejara diciéndole que le daba asco o alguna broma de ese tipo, como siempre, pero no, entonces permaneció así, fue deslizando las piernas por el colchón hasta que terminó con la cabeza sobre el pecho del azabache.

Enredos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora