Capítulo 9

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Después de mi carrera, me duché y no me molesté en desayunar. Era miércoles, así que sabía que Louis no estaba trabajando, y no me apetecía mucho verlo. Era mi penúltimo día allí, quería salir y hacer algo. Así que salí a hacer turismo, principalmente caminando por las aceras, mirando escaparates, captando los sonidos y olores del centro de Key West. Compré algunos recuerdos y algunas baratijas para Jade, pero a la hora del almuerzo, me encontré en el café de Dee. Ella sonrió cuando entré, pero cuando se dio cuenta de que Liam y Louis no estaban conmigo, su sonrisa murió lentamente. Me sirvió un café que no le pedí, pero que acepté con gusto.

—Dime qué pasó. —Dijo ella con severidad. Traté de sonreírle, pero no pude hacerlo bien, así que me rendí. En vez de eso, me encogí de hombros.

—No estoy seguro, para ser honesto. — Frunció el ceño antes de hacer pucheros con sus gruesos labios.

—Y no has estado comiendo. —Dijo simplemente. Luego murmuró algo sobre niños tontos con un movimiento de cabeza mientras garabateaba algo en su libreta de pedidos, arrancó una página y se la entregó al cocinero a través de la ventana de servicio. Cuando me miró, suspiró.

—¿Así que no sabes lo que pasó? O simplemente no quieres decírmelo? —Esta vez sí sonreí. Dee era abrupta y mandona, franca y ruidosa. Me gustaba mucho ella.

—Las cosas iban bien. —Admití finalmente.— Demasiado bien, probablemente. Era perfecto. Pero hace tres días, algo cambió para Liam, y él... —No estaba seguro exactamente de cuánto debía decirle, así que me callé y tomé un sorbo de mi café—. Bueno, ya no es perfecto. — Dee asintió.

—¿Perfecto, dices? Déjame decirte algo sobre Liam, —Dijo ella. — lo conozco de toda la vida, y es un buen hombre. No fue fácil para él cuando se dio cuenta de que era gay, e intentó ser heterosexual por un tiempo, y bueno, eso fue... Desastroso. —Sonrió. Luego volvió a hablar en serio. —Pero tiene suerte. Viene de una buena familia que lo ama, a diferencia de la familia de Louis. —Ella agitó la cabeza.— Y sí, podría haber ido fácilmente a trabajar con su padre y transitar por la vida, pero se ha valido por sí mismo. Eso requiere agallas. Es un buen hombre de negocios. Es inteligente y divertido como el demonio cuando baja la guardia. —La miré, preguntándome cómo se suponía que el contarme todos sus buenos rasgos, algunos que conocía, otros que no... Se suponía que ayudaría. —Pero, Harry —Dijo en serio.— Liam es muchas cosas. Pero no es perfecto. He visto cómo lo mirabas la semana pasada, con los ojos soñadores como si el hombre no pudiera hacer nada malo. Bueno, cariño, es sólo un hombre. Y el Señor sabe cómo ustedes tres pueden mantenerse a raya. ¡Ya tengo bastantes problemas con uno solo!

Bufé y Dee se rio. Ella se fue, pero regresó con un plato de comida y lo puso frente a mí. Levanté ambas cejas y la miré. Ambos sabíamos que nunca había pedido la comida. Ella sonrió.

—Es una especialidad de la casa.

—¡Es la hamburguesa más grande que he visto!

Dee se rio.

—Te hará bien. No discutas conmigo. —Me reí a pesar de mí mismo.

—Uhm, ¿gracias?

Dee me miro y siguió hablando.

—Te preguntaré una cosa, Harry. No me contestes hasta después de haber comido, pero respóndeme a esto... Ahora lo que Liam y Louis tienen es amor verdadero. Tú y yo lo sabemos. Y eso es lo que quieres. Cariño, todos lo hacemos. Pero mi pregunta es esta. ¿Quieres lo que tienen con otra persona? ¿Puedes imaginarte con otro hombre? ¿Con otros dos hombres?

Se dirigió a otros clientes y me dejó solo con la hamburguesa más grande del mundo y mucho en lo qué pensar. Y Dee tenía razón. La hamburguesa estaba buena. No es que pudiera terminarla. Ni por asomo. Pero era la mezcla correcta de texturas, picante y sabrosa.

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