Capítulo 7

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Eso fue lo que hicimos. Nos turnamos para follar a Louis, pero no de uno en uno. Lo hicimos juntos. Liam y yo lo preparamos, lamiéndolo, chupándolo, y acariciándolo, estirándolo. Louis estaba a cuatro patas en la cama, mientras Liam y yo nos arrodillamos a su lado, detrás de él. Liam fue el primero en deslizarse en su interior, despacio, deliciosamente. Y yo miraba. Observé cómo se deslizaba la larga polla de Liam, y como luego la sacaba casi por completo y empujaba de nuevo hacia adentro. Una y otra vez.

—Oh, cariño. —Susurró Liam.

Louis gimió en respuesta.

—Joder, te sientes tan bien. —Liam gimió, casi dolorosamente. Así que lo besé. Jodidamente duro. Le sostuve la cara y le metí la lengua en la boca hasta que necesitábamos aire. Entonces salió de Louis, con la polla todavía dura como el acero. Me miró.

—Tu turno. —Dijo bruscamente.— Que se joda, fóllalo en serio.

Bombeé la polla en mi puño, asegurándome de que el condón estuviera bien enrollado y bien cubierto con lubricante, y me deslicé directamente dentro de él. Louis estaba todavía apretado, y tan caliente, y empujé tan profundo como pude. Louis arqueó la espalda.

—¡Oh, joder! ¡Harry! Sí, nene, ¡así de bien!—Liam se puso al lado de Louis y, agarrándole un puñado de pelo, echó su cabeza hacia atrás. Inclinado, Liam aplastó su boca contra la de Louis. Podía ver sus lenguas en movimiento, empujando al ritmo que se movía mi polla en su culo. Se sentía tan bien. Tan, tan jodidamente bien. Liam ahora se arrodilló frente a Louis, y lo levantó hasta ponerlo de rodillas, mientras yo todavía estaba enterrado en su culo. Acunó su rostro con adoración, amorosamente, y susurró.

—¿Sabes lo hermoso que eres ahora mismo? —Louis gimió. —Con la polla de Harry en el culo, ¿sabes lo bien que te ves? —Esta vez Louis y yo gemimos juntos. Mis empujes estaban perdiendo ritmo. No iba a durar mucho tiempo. —Te gusta que él esté dentro de ti, ¿no?—La voz de Liam era ronca, baja.—Te llena tan bien. —Las palabras de Liam, su voz, su rostro, el cuerpo de Louis, sus gemidos... Dios, estaba tan nervioso, tan cerca, pero no quería venirme. Todavía no. Salí lentamente, a regañadientes, y mi polla me dolía en protesta.

—¿Liam?

Liam estaba rápidamente a mi lado, volviendo a penetrar a Louis. Ambos gimieron, y el cuerpo de Louis empezó a retorcerse.

—Oh, Li. Dios, sí. —Liam lo penetró, más fuerte, más fuerte, más fuerte. Sus dedos se clavaron en sus caderas mientras lo follaba. Todo lo que pude hacer era mirar. Y bombear y apretarme, tratando de aliviar el dolor, la necesidad urgente.

—No puedo aguantarlo. —Gruñó Liam, luego se resistió por última vez y se sosegó por Louis. Su cuerpo estaba tenso, sus músculos estirados, y su cabeza cayó hacia atrás al llegar al clímax. Liam gimió y se deslizó fuera de Louis. —Acaba con él, Harry. —Murmuró, antes de acostarse junto a Louis, besándolo, mientras yo ocupaba mi lugar detrás de él. Levanté sus caderas, lo empujé sobre su espalda y le metí la polla de nuevo. Levantó su boca de la de Liam sólo para gemir mientras yo me estrellaba contra él. Liam puso sus manos en la cara de Louis y acercó sus bocas, besando con los labios abiertos y deslizando las lenguas. Hundía cada centímetro de mí en Louis, rodando mis caderas y moliendo más profundamente, haciéndolo quejarse y gemir. Presioné contra su glándula, haciéndole saltar.

—¡Oh, Harry! ¡Justo ahí! Sí, por favor. ¡Otra vez! —Hice lo que me pidió, una y otra vez, hasta que gritó en la boca de Liam. Su culo se apretó a mi alrededor, y yo había terminado. No pude resistir más. No quería hacerlo. De la polla de Louis brotaron gruesas ráfagas sobre la cama debajo de nosotros, y me hinché dentro de él, el placer me atravesó, pulsando caliente y grueso en el condón. Nos desplomamos en un sudoroso, pegajoso y saciado lío de extremidades y respiraciones irregulares.

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