|•Capítulo 3•| Explorando

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Salí del baño, con mi ropa húmeda.

—Toma esto, y vam.. —se detuvo al hablar cuando me vio

—Lavé mi ropa, que tenía sangre.

-Entiendo, solo toma esto rápido. -me dió el café que estaba en mi habitación.

Tome el café que el había preparado, estaba rico.

Luego salimos, pasábamos puentes, el siempre estaba atento y me decía que yo también debería prestar atención.

-¿Entonces haces esto porque la mascara lo ordena?

-Si.

-¿Y si no obedeces mueres?

-Si. -dijo con un tono cansado.

-Y los otros no pueden hablar pero.. -me detuve al ver que enfrente de nosotros habia otro enmascarado.

-Alejate un poco así no te salpica la sangre -dijo serio y apuntandolo.

Me alejé y lo observé

El otro enmascarado se acercó rápido, y entonces disparó, en la cabeza.

Tenias ganas de vomitar, era una horrible imagen. Pero me aguante, y tome coraje. Así se vive en este mundo.

-No tiene sentido, solo matas a cualquiera que se te cruze. Podría ser un familiar o amigo -dije acercándome a el.

-A mi también me gustaría saber para qué es esto, pero nunca lo sabremos.

-Que positivo -dije sarcástica.

-Soy realista. -recargó su arma.

-Pesismista.

-Charlatana.

Iba a decir algo pero el disparó, la bala pasó por cinco centímetros de distancia de mi brazo, y le dio a una enmascarada que estaba detrás de mí, a unos metros, esta se calló del puente.

Me aturdian los oídos, oía como si campanas me dejaran casi sorda.

-Podias haberme avisado.

-Te dije que prestaras atención.

-No estoy acostumbrada a esto.

-Te tendrás que acostumbrar. Te llevaré con unas chicas, deben tener tu edad, te dejaré con ellas.

-No sé ni cuantos años tengo.. ¿te volveré a ver?

-Primero tenemos que confirmar de que sigan vivas.

-Bueno.

Íbamos subiendo escaleras, hasta que nos quedamos en un tipo de living, nos sentamos y nuevamente se puso a fumar.

Me miró y se quedó así unos segundos.

-Mm ¿Pasa algo? -le pregunté.

-Eh-h no. Deberías tener un arma, algo para defenderte

-No quiero matar a nadie...

-Lo sé.. pero esas chicas no serán tus guardaespaldas.

-¿Y si no las encontamos?.

-No lo sé.

-¿Me.. abandonaras?.

-No seas dramática -dijo mientras se quitaba el sombrero negro.

Tenía un lindo cabello. Oscuro y se veía bien.

-¿Me lo prestas?.

-¿Para que?

-Para usarlo de zapato.

Este solo suspiró cabizbajo y me lo dio.

Me acomode el cabello y me lo puse.

-Oye, tengo hambre.

-Agarra de la mochila, tu parte el arroz, luego está parte es mía. -agarró su parte y se dio vuelta.

Y entonces vi que se quitó la máscara.

Tenia mucha curiosidad de como seria su rostro, seguro que era guapo.

Intente acercarme pero...

-Niña respeta la privacidad.

-Ya deja de decirme así.

Me quedé en mi lugar con las ganas de verlo.

Y comi sin quejarme.

-¿Tu ropa ya secó? Porque podrías resfritarte y eso sería un fastidio -dijo todavia estando de espaldas

-Si.. No te preocupes.. Gracias.

Nuevamente terminó de comer y se colocó la mascara.

Se dio vuelta, así quedando frente a frente, como a un metro de distancia.

-¿Por qué no me dejas ver tu rostro? -pregunté indignada.

-¿Para qué? -dijo levantándose.

-Otra vez con tus preguntas, es obvio, quiero verte.

-¿Motivo?

-Curiosidad.

-Bueno- dijo mientras tomaba su francotirador y empezó a caminar.

-¿Entonces me deja ver? -pregunte con esperanzas.

-No.

-Vamos.. Por favor. Al menos antes de que muera, o me valla con esas chicas.

-No morirás.

-¿Como lo sabes?.

-Por favor ____, detente con las preguntas. Ven vamos -dijo eso mientras agarró su sombrero que estaba en mi cabeza, y se lo puso.

Me quedé helada con la manera en la que dijo mi nombre, entonces lo seguí. Pasamos varios puentes, habrá disparado como cinco veces, tenía una puntería increíble.

En un momento aparecieron cuatro enmascarados. En un instante mato a uno, pero los otros eran veloces. Uno me agarró de los pelos y me tiró al suelo, iba a clavarme un cuchillo pero recibió un disparo en el pecho.

Estaba traumada, me levanté rápido.
Luego veo que el señor enmascarado tenía problemas con el ultimo, el otro había agarrado el francotirador, estaban a centímetros.

Estaban forcejeando.

Tenia miedo, pero decidí no pensarlo más, agarre el cuchillo del suelo y se lo clave en la espalda al enmascarado. Este se dio vuelta rápido, y con sus manos, que tenía como unas filosas uñas, me raspo la pierna y me empujó con fuerza.

Choque contra una pared y solté un gemido de dolor.
Pero en unos segundos ya, la bala del francotirador había atravesado su cerebro.

Me quedé estática mirando como sangraba.

-Bueno.. debemos irnos, ¿Puedes.. caminar? -su voz sonaba algo agitada.

-C-claro -dije dando unos pasos para delante.

Mi pierna sangraba, y no tenía energías para usar mi poder y no sentía esa electricidad que habia sentido antes.

-Vamos -dije caminando hacia el puente.

Caminaba lento, me dolía, pero me aguantaba y no me quejaba.

Las tiras de sangre salían rápidamente por cada paso que daba.

-Ahb, ¿qué haces? -pregunté al instante, este me levanto y me cargó entre sus brazos.

-Tardas mucho, y cada paso empeora. Vamos rápido -dijo caminando con prisa.

Verlo de cerca me daba más confianza.

No sabía su nombre, su edad, ni había visto su rostro, pero me sentía segura, con sus acciones, su voz y su olor único, era una mezcla entre olor a cigarrillos y un olor que daban ganas de tenerlo de perfume.

•Mi Ángel• ▪︎Invasión en las alturas/Tenkuu Shinpan▪︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora