•Mi Ángel• ▪︎Invasión en las alturas/Tenkuu Shinpan▪︎

|•Capítulo 57•| Final.

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Franqui..
 

Todo a mi alrededor se tornó oscuro.

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Despierto con dificultad al abrir mis ojos, me siento como si hubiera dormido por años, me siento extraña.

—Mujer —oí su voz cerca de mí.

Miro al lado mío, y ahí estaba, sentado sobre la cama.

—Franqui —lágrimas salieron de mis ojos cristalinos.

Repentinamente me abraza, fuerte, le devolví el abrazo y lloré entre sus brazos.
Podía sentir su calor corporal, su olor, sus brazos rodeándome, su respiración agitada, los fuertes latidos de su corazón.
Sus brazos me abrazaban con mucha fuerza.

—F-Franqui yo..—mi voz estaba quebrada, apenas me salía decir una palabra.

—Tu me salvaste —dejé de llorar al oírlo -Yo había perdido todas las esperanzas, creí que no volvería a verte.

—Yo creí que no volvería a escuchar tu voz, tus quejas y excusas —soltó una corta risa.

—Bueno, las seguirás escuchando, mujer —se separó de abrazo y luego guió sus manos hasta su máscara.

Lo miré atentamente.

—Tapate los ojos —levantó su máscara lentamente. 

—¡No, no! No me harás eso de nuevo sombrerito —me crucé de brazos.

—Confia en mí —me dijo con su tono de voz seductor.

Uff.

Me tapé los ojos con mis manos.
—¿Listo? —moví un poco los dedos para poder verlo.

Este estaba demasiado cerca, y me susurró en el oído. 
—Cuando salgamos de aquí, voy a besarte tanto, que vas a desear que use de nuevo la máscara —susurró en mi oído.

Me sonrojé y mordí mi labio inferior al oírlo, sentía las mariposas.

-No tendría problema con eso, Franqui~- susurré cerca de su oído. 

Este se puso frente a mí, y pude verlo finalmente.

Dios mío, que hombre más hermoso y perfecto.

Se me acercó hasta rosar nuestros labios.
—_____, ahora mismo voy a decirte todo —podía ver sus ojos tan de cerca, en ese momento me di cuenta lo enamorada que estoy.

—Pero luego de esto —lo agarré de la corbata y lo acerqué para besarlo, pasó sus manos por mi cintura suavemente pegándome hacia el, cerramos los ojos.

Y seguimos un profundo y largo beso, inconscientes de lo que sucedía fuera de eso, me recostó sobre esa misma cama y al querer acomodar mi pierna, esta rosó con su miembro. Soltó un suspiro.

Sonreí.

—Mira, encontré tu punto débil —reí.