Capítulo 4: Reyes

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Draco se levantó por los rayos de sol que golpeaban su cara. Soltó un gruñido de desagrado, como todos los días y abrió los ojos lentamente para quedarse viendo el techo. Entonces recordó que no estaba en su barco, principalmente porque sintió a su compañero moverse y llegar a su lado. Draco se atrevió a mirarlo y quedó hechizado por la paz de su expresión, que aumentaba la belleza de las facciones de su rostro...

¿Había dicho belleza?

Draco se quedó mirándolo solo por unos minutos, sin poder evitarlo. Entonces, como si hubiera sentido su penetrante mirada, incluso dormido, el moreno frunció las cejas y los ojos un poco, antes de abrirlos lentamente, para encontrarse como primera imagen del día unos hermosos ojos grises, mirándolo atentamente.

- Estás invadiendo mi espacio personal - Dijo Draco con suavidad

- ¿Enserio? Lo siento...

Aun así, ninguno de los dos se movió o se quejó.

»»»»»»»»

- ¿Qué tengo que hacer?

Draco ya se había bañado y puesto una incómoda ropa que le habían prestado. Harry se había puesto una túnica elegante y estaba listo para su reunión.

- Puedes acompañarme si quieres o puedes quedarte aquí leyendo, tengo una gran biblioteca.

- Me dejo tentar por la biblioteca, supongo que la literatura de este lugar será muy interesante.

- Lo es... entonces nos vemos luego

- Hasta luego

Harry salió por la puerta y la cerró con un hechizo, no era tan idiota como para creer que no se querría escapar. Le había dejado comida, bebida, entretenimiento y un baño con ducha que podía usar; así que, nadie podía decir que lo estaba tratando mal. Se alisó la túnica, mientras caminaba, aunque no tuviera ninguna arruga.

»»»»»»»»

- ...eso incrementaría un 0.47% los gastos del Ministerio Real y un 14.2% los gastos del departamento de transportes mágicos, deberíamos cortar al menos 2.38% del presupuesto de cada sub-departamento...

Harry intentaba prestar atención a la reunión, pero no podía dejar de pensar en el hombre que había dejado encerrado en su habitación, ¿y si intentaba salir y al no poder abrir la puerta le entraba el pánico? ¿Y si intentaba tirarse por las ventanas? ¿Y si se le acababa el aire? Harry detuvo sus pensamientos por aquel último, especialmente ridículo. Se obligó a concentrarse en la presentación.

- ...así que, finalmente, no veo viable la propuesta de la ministra Abbott...

Harry se quedó en silencio unos segundos, mientras todos lo observaban expectantes. Había prestado atención lo suficiente para conocer el panorama general.

- Yo creo que... deberíamos considerar la propuesta de la ministra Abbott en una segunda reunión, que sería celebrada junto con integrantes de la comunidad que nos den su punto de vista acerca de la situación real, no solo en números y teoría...

Al final lo consideraron y todos votaron a favor de celebrar una segunda reunión. Todos, a excepción del ministro Percy. La forma en que funcionaba el Ministerio Real era que había seis ministros y un rey; el rey tiene todo el poder, la única forma de desestimar una propuesta o mandato del rey, es que al menos cinco de los ministros voten en contra. Harry se levantó junto al resto, se despidió de todos y prácticamente salió corriendo hacia su dormitorio.

- Mierda, mierda, mierda, que no haya pasado nada, que no haya pasado nada... - Murmuraba en voz baja, mientras caminaba rápidamente por los pasillos

Cuando llegó, deshizo el hechizo y bajó las escaleras corriendo, solo para encontrar al hombre frente a la chimenea encendida, con muchos libros esparcidos por todos lados. Estaba tan concentrado en la lectura que ni siquiera había notado a Harry ahí. Suspiró aliviado, mientras se acercaba a él.

- Veo que no quemaste mi dormitorio - Dijo con frialdad

Él pegó un respingo por la sorpresa y miró a Harry.

- No soy tan idiota, ¿sabes? ¿Quién crees que robó grandes embarcaciones, con valiosa carga de joyas, oro, plata, gemas y burló a las autoridades de las formas más inimaginables, escondiéndose en sus narices?

- Mmm... ¿barbanegra?

Draco rio en su interior, sabiendo que era verdad, pues él nunca había robado de ese modo, solo robaba para sobrevivir, aun así, era feliz. Pero no se lo iba a admitir al arrogante monarca que tenía en frente. Cómo odiaba a los reyes.

- Ja ja ja, muy gracioso, no podrías hacer ni la mitad de lo que he hecho en mi vida...

- ¿Tal vez por qué la mitad de lo que hiciste en tu vida es ilegal?

Draco lo miró con orgullo, amaba ser ilegal. Con una legalidad tan absurda como la del reino británico, cualquiera lo amaría.

- Sí, es cierto... pero me refería a que eres un niño bonito que se queda sentado con sus aristócratas amigos... - Draco dudó, pero finalmente la furia le ganó - ...decidiendo el destino de miles de personas, sin mover un solo dedo, mientras ellos trabajan, cada día sudan lo que tú nunca harías en tu vida, solo para poder mantenerse, por mantener vivos a sus hijos, para alimentarlos, para no tener que ver esa mirada de muerte inminente en sus pequeños y tiernos ojos; y aun así, no es suficiente, aun así, tienen que ver morir a sus hijos, padres, esposas, mientras tú te deleitas con tus absurdos lujos y ríes de su desgracia.

Bueno... tal vez Draco se había dejado llevar un poco.

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