Extra: Nunca falta el drama

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– ¡Harry James Riddle! ¡¿Dónde demonios estás?!

Draco había entrado en la sala común de Ravenclaw como un tornado. 

– ¡¿Dónde está ese idiota?! 

– ¡Cálmate, Draco! 

– ¡No me digas que me calme! ¡Tú eres otro idiota, Albus! ¡Creí que eras mi amigo!

Albus rio como si no se hubiera podido contener. 

– ¿De qué te ríes? ¡¿Crees que no me enteré?! 

– Créeme, sé que te enteraste. No veo otra razón para la que vengas gritando de ese modo. Aun así, ¿qué te hace pensar que Harry está aquí? 

– ¡Sé que ese cobarde se está escondiendo aquí! 

Albus abrió la boca, seguramente para mentir de nuevo, pero Draco no se lo permitió. Se adentró a los dormitorios hasta dar con el de Scorpius y Albus. Ahí encontró a Harry con Scorpius. 

– ¡Tú! ¡Desgraciado! ¡Te escondes como un cobarde!

Harry palideció al ver a Draco. 

– ¿Qué... qué pasó... Draco? - Preguntó con nerviosismo

– Delphi me dijo que Rose le dijo que Yann le había dicho que Albus le contó que iba a ir al baile de Yule contigo!!

– Bueno... es verdad.

Harry parecía estar recuperando su seguridad. En ese momento Albus entró al dormitorio.

– ¿Así que no lo niegas?

– No. Yo puedo salir con quien quiera.

Draco pareció sumamente ofendido. 

– Así que no solo vas a ir al baile con Albus, ¡estás saliendo con él!

– ¡Pues sí! ¡¿Por qué te importa?!

– Te dije que me gustaba Albus, por eso no puedes salir con él.

Albus se acercó a la pelea, para intervenir.

– ¿Te gusto, Draco? - Preguntó aguantando la risa

– ¡Cállate! ¡¿No ves que estoy sosteniendo una conversación con Harry?! – Dijo Draco sin siquiera mirarlo

– Pues también me dijiste que te gustaba Scorpius... y Teddy... y Yann... y Hugo... y Karl... y todo maldito chico que se me ha acercado. ¿Es que acaso te gusta todo el castillo? 

– ¡¿Es que acaso necesitas un novio tan desesperadamente?! ¡¿Por qué no te puedes quedar soltero y ya?!

– Tú no eres mi padre, ni nada parecido Draco. No puedes decirme con quién salir y con quién no, o si puedo hacerlo. Si tienes una verdadera razón por la que no quieres que salga con nadie, dilo ahora. 

– Yo...

Draco ya no parecía enojado, sino profundamente herido.  Abrió la boca, como si fuera a decir algo realmente importante; pero se retractó en último momento.

– Tienes razón... Lo siento, Harry.

Los tres chicos observaron a Draco salir con un aire deprimido.

– ¡Que idiota! ¡Te tenía justo ahí! ¡Y te dejó ir de nuevo! 

Harry se sentó en la cama de Scorpius con frustración, haciendo un puchero con sus cejas fruncidas.

– ¡Te dije que no funcionaría! ¡Lo conozco demasiado bien!

– Tenías que intentarlo... - Dijo Albus sentándose a su lado

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