Capítulo 13: Nuevo hogar

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– ¿Dónde estoy? ¿Qué era esa cosa que...?

– Lo siento por eso, fue un hechizo malogrado cerca de tu casa, ese... dardo. Te puso muy mal, por eso estás aquí...

– ¿Aquí dónde?

Draco observó la habitación. Era rustica, toda construida de madera sin procesar, pero era sofisticada de cierta manera, incluso reconfortante. Tenía unas cuantas cómodas y muebles, un par de ventanas con vista a un fresco y exquisito día, lámparas de aceite, y un crepitante fuego en la chimenea frente a Draco.

– Es un refugio de aislamiento... Te contagiaste de algo... Malo, pero inofensivo...

– ¡¿Qué?! – Exclamó Draco alarmado

– Cálmate, cálmate, cálmate, por favor... Alterarte solo te pondrá peor.

– ¡¡¿Cómo qué peor?!!

Draco sintió su piel hormiguear, como si fuera un peligroso aviso de tomar su propio control y expulsarlo del mando.

– Toma esto...

Draco bebió el té caliente que Potter le ofreció, sin dudarlo. Entonces sintió una tranquilidad invadirlo. Había entendido el mensaje "No alterarse"

­– Es solo un calmante, no te di nada raro...

– Quiero explicaciones, y ya idiota

La sonrisa de Harry iluminó su rostro, se veía tan feliz.

– Me alegra ver que eres el mismo...

– ¿A qué te refieres?

– A que... te... te despertaste bien

– Como sea, explícame lo de la enfermedad...

– No es una enfermedad, es más... una condición... Te hace vulnerable a las otras personas...

– ¿Vulnerable en qué sentido?

– Pues... en que, si alguien está enfermo, te puede contagiar muy fácilmente y cosas así...

– Creía que aquí no había enfermedades... Como esto es tierra maravilla.

– Oh, no, hay muchas enfermedades... Solo que suelen atacar el núcleo de magia de las personas y eso las debilita físicamente...

Draco vio el rostro de Harry ensombrecerse por un segundo. Pasado el momento, Harry sonrió como si nada hubiera sucedido.

– Pero ese no... no es el tipo de enfermedad que tienes...

– Está bien... Por cierto, ¿a qué te referías con núcleo de magia?

– Es donde la magia se conserva en tu cuerpo, es como una corriente constante. La magia que haces sale y la isla deja que entre más a ti para que vuelvas a utilizarla... algo así

– Mmm... Creo que lo entiendo... ¡Eh! ¿Y qué haces tú aquí? ¿No se supone que podrías pegarme el herpes que seguramente tienes?... Digo, eres un rey, debes haber estado con muchas mujeres... – Dijo con cierto rencor en la voz

Harry exhibió una sonrisa ladina.

– ¿Y cómo exactamente te pegaría el herpes?

Draco abrió la boca para decir algo, pero se detuvo en el acto. Cuando se dio cuenta de lo que Harry se refería, se ruborizó violentamente. No sabía qué lo había causado, seguro era solo un chiste, porque era imposible que lo hiciera. Pero algo en la sonrisa de Harry, algo en su mirada, algo en el tono de su voz, algo hacía que Draco se agitara en contra de su voluntad.

– No... no seas idiota... Mejor tráeme algo de comer, me muero de hambre.

– Como ordene, su majestad...

Harry hizo una reverencia y salió de la habitación.

»»»»»»»»

– ...y la verdad es que no me contestaste qué hacías aquí – Dijo Draco comiendo una empanada de calabaza que Harry había hecho especialmente para él

– ¿Te preocupa que te pegue algo? Soy un tipo muy sano...

– Me preocupa que dejaste a tu gente...

– Yo no los dejé, seguiré atendiendo cada uno de los aspectos del reino, desde aquí...

– Me alegra, no te perdonaría que los abandonaras... Aunque eso no contesta totalmente la pregunta de qué exactamente haces aquí.

– Por cierto... Se me había olvidado mencionar que dormiste tres semanas...

Draco casi escupe su empanada de calabaza.

– ¡¡¿Qué?!!

– No te alteres, por favor – Le rogó Harry

– Lo siento... ¿Qué?

– Supongo que notaste que hace más frio... Estamos iniciando diciembre.

– Bueno... – Dijo Draco recuperando la compostura – ...pudiste haber empezado por eso.

– No quería asustarte.

– Lo hiciste de todas formas, pero tranquilo, entendí el mensaje: "No alterarse"

– Sí... No alterarse

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